Sor Juana Inés de la Cruz, la mayor practicante de autobiografía en el país: Adriana González Mateos
- El Colegio Nacional <elcolegionacional@colnal.mx>CCO:erubielcamacho43@yahoo.com.mxmié. 23 de sep. a las 12:44
23 de septiembre 2020
ECN/ 241
Artes y LetrasSOR JUANA INÉS DE LA CRUZ, LA MAYOR PRACTICANTE DE AUTOBIOGRAFÍA EN EL PAÍS: ADRIANA GONZÁLEZ MATEOS
*El Colegio Nacional transmitió en vivo el 22 de septiembre la tercera mesa del ciclo Deconstrucción Femenina, que coordina el colegiado Vicente Quirarte
*Bajo el título Autobiografía Femenina, la sesión contó con la participación de la historiadora Leonor García-Millé, la narradora y ensayista Adriana González Mateos y las psicólogas Bianca Pérez Reyes y Verónica Corona
*“Si el género es una condición social que establece lo que significa el ser mujer en un momento histórico y una sociedad determinados, la autobiografía femenina muestra la manera en que una autora se viste con la vestimenta cultural que le ha sido impuesta”: Leonor García-Millé
Las autobiografías femeninas son ese cuarto de espejos en el que nosotras podemos vernos representadas, podemos reconocernos y encontrar notables parecidos, detectar consignas y redescubrir sensaciones ya sentidas, comentó la historiadora Leonor García-Millé durante su participación en la mesa Autobiografía Femenina, transmitida en vivo por las plataformas digitales de El Colegio Nacional el 22 de septiembre.
La sesión forma parte del ciclo Deconstrucción Femenina, que coordina el colegiado Vicente Quirarte y en la que también participaron la narradora y ensayista Adriana González Mateos y las psicólogas Bianca Pérez Reyes y Verónica Corona, quien fue la moderadora.
García-Millé impartió la ponencia Mi mirada sobre autobiografías femeninas, un cuarto de espejos, en la que se refirió a éstas como una puerta para expresar la voz de las mujeres y hablar de su historia, “aunque escribir el propio relato de vida puede ser un acto sumamente individual, en realidad es un acto que está cruzado por lo colectivo, situado en un tiempo y en un lugar histórico”.
Agregó que, en Europa, en el Siglo XVIII nacieron las primeras autobiografías escritas por hombres blancos occidentales, porque a ellos se les atribuía el reino de la experiencia digna de ser escrita, publicada y leída. Labor que se ha ido ampliando a mujeres, sujetos coloniales y otros grupos.
“Asomarse a una experiencia narrada es asomarse a una interpretación de la misma, una que está realizándose desde el presente en el que se escribe y no en el pasado en el que sucedió. Es con los colores del presente con los que se pinta el recuerdo”, puntualizó la autora del libro Los Tiempos revueltos.
Comentó que, si el género es una condición social que establece lo que significa el ser mujer en un momento histórico y una sociedad determinados, la autobiografía escrita por una mujer da la posibilidad de ver la manera particular en que una autora se viste con la vestimenta cultural que le ha sido impuesta y si sigue o no las instrucciones que vienen en una etiqueta.
García-Millé puntualizó que, de acuerdo con el relato que la autora desea contar en su autobiografía se sitúan toda una serie de personajes, es ella quien determina a los principales, a los secundarios y a los que no merecen ser nombrados. Y las madres y abuelas suelen determinarse como pilares estos relatos.
Agregó que “las mujeres en medio de roles, expectativas, comportamientos y discursos que se les imponen dan cuerpo a su experiencia personal en las autobiografías y construyen una manera particular de vivir esto que se llama ser mujer, porque no existe una manera natural de serlo. Leer autobiografías femeninas es establecer un diálogo con estas voces”.
Por su parte la narradora y ensayista Adriana González Mateos, comentó que tradicionalmente la autobiografía es algo que las mujeres han practicado para su familia y para sus amigos, junto con otros géneros similares como los diarios, las cartas y los libros de viaje, que fueron considerados géneros menores porque no tenían el mismo prestigio que otros publicados por hombres; sin embargo, la ventaja de estos relatos fue que les proporcionaron a las mujeres una mayor libertad para decir lo que pensaron.
La ganadora del Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas 1996 por su libro Borges y Escher: Un doble recorrido del laberinto, recordó a Sor Juana Inés de la Cruz como “la mayor practicante de autobiografía” en el país. Se refirió a La Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, carta de la religiosa y escritora novohispana realizada en el Convento de San Jerónimo, a mediados del Siglo XVII.
En este relato Sor Filotea es un alias para el obispo de Puebla y muestra cómo una mujer se puede dirigir a otra sin correr el riesgo de ser irrespetuosa e inoportuna. En palabras de la ensayista “el eje de la historia es una serie de juegos que ella hace en relación a tres términos: saber, decir y negación. Toda gira en torno a lo que le conviene decir y callar a una mujer, y la autora insiste en que no tiene la libertad de hablar”.
González Mateos agregó que Sor Juana escribe en un espacio de resistencia frente al poder y el Obispo en su libro permite dar la palabra a una subordinada. Retomó la frase de la religiosa en la que menciona que “si Aristóteles hubiera guisado mucho más hubiera escrito”, y aseguró que la autora de Hombres necios que acusáis escribió en un espacio acotado, desde donde resistió y puso en práctica su afán por el saber y amor por el conocimiento.
La también ganadora del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen hizo énfasis en el lema feminista “lo personal es político”, una condición presente en las autobiografías de las mujeres. “La carta de Sor Juana se va a reactualizar en otros contextos en el que las mujeres no tienen acceso a la palabra y muestra los límites de lo que las mujeres pueden decir”.
“Esta situación es pasado, no podemos no considerar los fenómenos en nuestras vidas desde el 2016 cuando los “secretos” que a las mujeres les costaba trabajo hablar, como los de violaciones y el acoso, se convirtieron en un tema de protestas en la red, y esto fue una polifonía autobiográfica de las mujeres que tomaron conciencia de que no estaban solas”.
Al tomar la palabra la psicóloga Bianca Pérez Reyes retomó la idea de “lo personal también es político” debido a que hay un conjunto de experiencias que atraviesa a las mujeres históricamente y de forma colectiva. La creadora y coordinadora general de la Asociación de Psicología Feministas (SORECE), compartió su historia y explicó que después de padecer cáncer de tiroides descubrió que la teoría feminista le puede salvar la vida a muchas mujeres.
Invitó a hacer una transformación del dolor y convertirlo en algo que sirva a las demás. Abordar lo personal, las heridas, reconocer estos mecanismos, el inconsciente, pero no quedarse en la terapia tradicional que invita a buscar el origen de la falla y pensar que el sufrimiento se construye colectivamente y, por lo mismo, tiene el potencial de transformarse. “La única manera que tenemos para hacer algo diferente es esa rebeldía, podemos construir otros espacios donde se puedan nombrar la experiencia de cada una y hacer un tejido que nos sostenga a todas.
De alguna forma todas podemos contar momentos dolorosos que nos han atravesado la vida y el cuerpo, pero asumir esa responsabilidad de ser más que víctima, más que un cuerpo doliente, ser una sujeta política que pueda transformar eso que le está pasando en algo que pueda servir a las otras es un discurso potente”, finalizó la especialista en teoría e investigación feminista.
El colegiado Vicente Quirarte adelantó que El Colegio Nacional publicará el libro titulado País llamado infancia, en el que se incluyen fragmentos biográficos de escritoras como Sor Juana Inés de la Cruz, Concepción Lombardo, Rosario Castellanos y Guadalupe Nettel.
La conferencia Autobiografía Femenina, se encuentra disponible en la página de YouTube de El Colegio Nacional: elcolegionacionalmx.
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