El chicle, la historia de la goma de mascar de origen prehispánico
¿Sabías que el chicle se produce a partir del árbol del chicozapote? Te contamos su proceso de transformación al estilo estadounidense.
¿Conoces el origen del chicle o goma de mascar? Aunque en la actualidad ya no se produce de forma natural, en el pasado el chicle era elaborado con la savia del árbol chiclero o chicozapote, originario de nuestro país. Asimismo, el chicle fue creado gracias al ingenio de los pueblos mayas, quienes fueron los primeros en producir la goma de mascar con el polímero.
El chiclero o chicozapote (Manilkara zapota) es un árbol cuyo hábitat natural se extiende desde México hasta Sudamérica, especialmente en los climas tropicales. Durante la colonia, el chicozapote se introdujo en Filipinas a través del Galeón de Manila y, actualmente, crece de forma abundante en otros países asiáticos como Bangladesh, Indonesia, Malasia, etcétera.
El árbol chiclero pertenece a la familia Sapotaceae, es perennifolio y posee un gran tamaño, llegando a medir 35 metros de alto y 1,5 metros de diámetro. Sus frutos son una baya carnosa, café, jugosa y dulce, la cual es conocida popularmente como zapote.
La palabra chicle es de origen náhuatl y proviene de la voz tzictli, mientras que en maya era llamada sicte. Debido a su sabor ligeramente dulce, el chicle fue utilizado como goma de mascar desde épocas prehispánicas. El chicle es un polímero gomoso que se obtiene de la savia del árbol.
¿Cómo se hace el chicle?
El proceso de la extracción del chicle es un proceso muy parecido al de la extracción de caucho. Durante la temporada de lluvias, los campesinos suben hasta las ramas más altas del árbol de chicle y cortan el tronco con marcas en zigzag. El árbol “sangra” la savia, misma que se deposita en contenedores en la parte cercana al suelo. Las técnicas de extracción de la savia se pierde en la época prehispánica.
Para conservar el Manilkara zapota, éste sólo se corta a partir de que cumple 25 años. Asimismo, se deja descansar y cicatrizar por tres años. Debido a los riesgo que sufría la especie, durante el siglo pasado se reemplazo el uso del chicle orgánico por derivados de petróleo.
La técnica tradicional de la preparación del chicle incluye su cocción. Inicialmnete se filtra el líquido para quitar las impurezas, y luego se coloca en ollas al fuego, donde comienza la evaporación del agua.
La cocción de la savia tarda aproximadamente una hora, durante la cual el productor chiclero no debe dejar de mover para evitar que se pegue. Cuando la sustancia alcanza un color caramelo y consistencia viscoza, se coloca en un molde y se deja enfriar. Posteriormente se puede agregar sabores y endulzantes, con lo cual el chicle orgánico está listo.
Del sicte a la goma de mascar
La industrialización del chicle, como hoy lo conocemos, se debe al presidente Antonio López de Santa Anna, quien durante su exilio en Estados Unidos se hizo llevar un cargamento de chicle, el cual consumía constantemente. Un conocido de López de Santa Anna, Thomas Adams, pensó en industrializar el chicle como sustituto del caucho, sin embargo, el material resultó ser muy blando.
El hábito del presidente mexicano hizo que Adams pensara un segundo plan para la resina, el cual consistía en en comercializarlo como alternativa a la parafina, entonces utilizada como goma de mascar. En 1871 se lanzó la goma de mascar de chicle bajo el nombre de Adams New York Chewing Gum. Cuatro años más tarde, Adams agregó jarabe de arce y regaliz para dar mejor sabor a la goma.
El sabor a menta, tan popular en las gomas de mascar, no llegó sino a hasta 1880, cuando William White produjo Yucatán, su propia marca de chicle. La popularización del chicle estilo americano se logró en 1915, cuando William Wrigley Jr envió una caja con tablillas de goma de mascar a todas las personas que aparecían en las guías telefónicas de Estados Unidos.
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