Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

  Interesados comunicarse a correo: erubielcamacho43@yahoo.com.mx  si quieren versión impresa o electrónica donativo voluntario .

miércoles, 28 de abril de 2021

LA VIRUELA EN LA CONQUISTA DE MÉXICO NO LA TRAJERON, LA PROVOCARON

 

Códice FlorentinoLA VIRUELA EN LA CONQUISTA DE MÉXICONO LA TRAJERON, LA PROVOCARONJUANCASTROSOTOn“Vida y muerte de una gran ciudad”, el historiador Enrique Semonos recuerda esos eventos inverosímiles de la conquista de Méxicoen 1521, en el marco de su quinto centenario. En el último capítulo,algo llama la atención en nuestros tiempos de supuesta pandemia:Los habitantes de México-Tenochtitlan hacinados en la ciu-dad se vieron diezmados por la viruela y otras enfermedadespropiciadas por la falta de alimentos, agua potable y loscuer-pos insepultos”.Propiciadas, subrayamos.Hechos que Bernal Díaz del Castillo, en su monumental obra, no consi-deró vitales para el triunfo de la conquista ‒quizá para no demeritar suvaliente lucha como conquistadores bajo el mando de Hernán Cortés.1A la luz de otras investigaciones que escapan al establishment en ma-teria de salud, la famosa viruela que supuestamente trajeron los españo-les, según otras fuentes,2no sería un virus traído de Europa, ni la trajo unnegro de Cuba meses después, a México,como dice Bernal Díaz; ni ungrupo de indígenas que llevaron a España, sino las condiciones destructi-vas que crearon los conquistadores a su paso, en aquella despiadada gue-rra movida por la ambición de oro y heroísmo, causando la muerte de mi-les de guerreros y pobladores, entre ellos Cuitláhuac, líder mexica:Era el estado de sitio y la destrucción de casas, canales y demás es-tructura hidráulica; aguas contaminadas, podredumbre e insalubridad delambiente por los tantos cadáveres de personas y animales quequedabana la intemperie o caían al agua sin ser sepultados, a causa de la guerra;falta de alimentos, desnutrición, heridos agonizando, desolación, terror yel consecuente debilitamiento del sistema inmune. Un excelente escenariopara las enfermedades como la viruela que entonces brotaron, empeo-rando dicho escenario de guerra.Efectivamente, en medio de tanta inmundicia, desde dentro emanaronlos virus en los cuerpos de aquella gente, como una reacción natural dedesintoxicación. Era la viruela. Rebasados por la total falta de higiene ysin saber cómo tratar la nueva enfermedad, murió la mayoría.En este tenor, los cantares mexica-nos, unos años después de consu-mada la conquista, son citados en “Lavisión de los vencidos”:3“En los caminos yacen dardos ro-tos,los cabellos están esparci-dos.Destechadas están las casas,enrojecidos tienen sus muros.“Gusanos pululan por calles yplazas,y en las paredes están salpi-cados los sesos.Rojas están lasaguas, están como teñidas,ycuando las bebimos,escomo si be-biéramos agua de salitre.“Golpeábamos, en tanto, los mu-ros de adobe, y era nuestra heren-cia una red de agujeros. Con los es-cudos fue su resguardo, pero ni conescudos puede ser sostenida su so-ledad. Hemos comido palos de co-lorín (eritrina), hemos masticadograma salitrosa, piedras de adobe,lagartijas, ratones, tierra en polvo,gusanos...”.Esto no lo había entre los aztecas an-tes de la conquista. Y con ello nació laviruela, tanto en México como en otraspartes de América Latina. Pero los es-pañoles no la trajeron: la provocaron,como hemos visto.Este enfoque es diferente a la ideaque la medicina capitalista ha imbuidoen muchos médicos e investigadorescontemporáneos: el virus que llega defuera, nos infecta y ¡se necesita unavacuna!Científicos callados por el sistemadel capital, han documentado que losvirus son a causa de las malas condi-ciones del huésped, por la pobre ali-mentación y las condiciones insalu-bres como las provocadas por dichaguerra, no por contagio de un virus nipor la falta de una vacuna.1Cfr. Bernal DÏAZ del CASTILLO, “Historia verda-dera de la conquista de la Nueva España”, cap.CXXIV, CXXX.2Cfr. Edmundo FAYANAS, “Historia de las epide-mias”, 1 abr 2020.3Cfr. Miguel LEON PORTILLA, “La visi

No hay comentarios:

Publicar un comentario