Rusia-Ucrania: 12 meses de sanciones, crisis e injerencia de Occidente
El primer año de las hostilidades entre Rusia y Ucrania está marcado por una sentencia reciente del presidente Vladimir Putin: Occidente pretende convertir el conflicto en una confrontación global.
Tras 12 meses de contienda bélica, este 24 de febrero Rusia y Ucrania llegan al primer año de hostilidades marcado por una sentencia reciente del presidente Vladimir Putin: Occidente pretende convertir el conflicto en una confrontación global y responderemos adecuadamente… es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla.
No es difícil para algunos desenfocar los factores que propiciaron la operación especial y la verdad es que la génesis de la guerra radica únicamente en las históricas ambiciones expansionistas de la OTAN en Europa del Este.
Hasta 2020, Naciones Unidas calculó la muerte de unas 15 mil personas a manos de los ultraderechistas ucranianos como parte de un genocidio étnico y cultural, en el cual también intentaron eliminar todo lo relacionado con el pasado común con Rusia.
Una lección comprobada es que salvaguardar la integridad territorial y tomar represalias en base a amenazas palpables contrarias a los objetivos estadounidenses es penalizado, de ahí que la escalada ruso-ucraniana terminó en un enfrentamiento abierto entre Washington y Occidente contra Moscú.
Aunque la guerra en Ucrania avizore un conflicto prolongado sin un aparente final a la vista, pone en riesgo el apoyo de los países occidentales a Kiev. La situación económica como consecuencia de la crisis puede llevar a que los gobiernos moderen su respaldo a Ucrania y empujen a Volodímir Zelenski a negociar.
El conflicto desató una nueva carrera armamentista que recuerda a analistas la preparación de la década de 1930 para la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos aumentó la producción de armas para reemplazar las reservas enviadas a Ucrania y son millonarias las sumas aprobadas por el Departamento del Tesoro en apoyo a Zelenski.
Por su parte, Francia planea aumentar el gasto militar en un tercio para 2030, mientras Alemania abandonó su antigua prohibición de enviar armas a zonas de conflicto y puso a disposición de Kiev, misiles y tanques.
Escalada contra Rusia
Desde febrero de 2022, cuando Rusia anunció el despliegue militar especial en los territorios del Donbás, la Unión Europea y Occidente arremetieron con una andanada de sanciones.
Rusia enfrenta más de 11 mil 300 medidas punitivas en este momento, la mayoría desde el inicio del conflicto con Ucrania; algo jamás visto en la historia de esa nación.
Según el director del departamento de América Latina del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Alexandr Schetinin, se trata de una guerra económica, humanitaria, sin reglas, en la que violan todas las normas de la economía de mercado y apuntan no solo contra Moscú, sino también contra el resto del planeta.
En respuesta a las sanciones, Rusia adoptó medidas para proteger la estabilidad socioeconómica, sobre todo en la regulación de las exportaciones y el manejo de divisas, y la economía se adaptó a la nueva situación y consolidó su independencia y autonomía.
No les bastó el cerco contra el gobierno ruso, por ello el presidente Vladimir Putin denunció ante la Asamblea Federal que Occidente suministró armamentos a Ucrania por valor de unos 150 mil millones de dólares, tras el comienzo de las hostilidades.
A inicios de este mes, la jefa de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, adelantó que el mecanismo regional prepara un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, el décimo desde febrero de 2022.
Las medidas coercitivas incluirán más de 10 mil millones de euros en restricciones adicionales a la exportación.
¿Los misiles del conflicto llegaron a Europa?
Las implicaciones para Europa del conflicto en Ucrania parecen estar vinculadas, cada vez más, al efecto bumerán de las sanciones contra Rusia y a un creciente lugar de la industria militar en su economía.
Estados Unidos logró su objetivo de llevar a los europeos a planificar gruesos presupuestos de defensa que, en opinión de expertos, los alejan de su práctica de ser un centro de producción de bienes.
La primera etapa comenzó en la época del expresidente Donald Trump, quien sostuvo que el suministro de gas y petróleo ruso a Europa constituía una amenaza para su seguridad energética.
Finalmente, el mandatario Joe Biden llevó al viejo continente a renunciar a la compra de petróleo y gas a Rusia, para permitir la entrada en el mercado europeo de las empresas norteamericanas.
Las sanciones aplicadas contra Rusia por Occidente, incluido el boicot a la compra de su petróleo y gas, catalizaron el alza energética y la consiguiente inflación europea.
Además, se consolidó la teoría de una supuesta amenaza bélica para Europa que llevó a las naciones a justificar un incremento inusitado de sus gastos de Defensa.
De hecho, el pasado año las 10 mayores empresas de armamentos en el orbe aumentaron su valor en 18,1 por ciento respecto a 2021 al pasar de una cotización de 539 mil 549 millones de dólares a 637 mil 100 millones.
Europa, en medio de la crisis socioeconómica que genera las sanciones a Rusia, se enfrasca en un visible aumento de gastos bélicos, cuando el conflicto en Ucrania amenaza cada vez más con salirse de sus fronteras.
Los vulnerables pagan el precio más alto
Según un informe publicado por la Agencia ONU Mujeres sobre las crisis agravadas por la guerra, los mercados mundiales de la energía y los alimentos sintieron la presión del conflicto y con ellos la población mundial.
Rusia y Ucrania, dos países entre los grandes productores de alimentos básicos, aportan el 90 por ciento del suministro de trigo en Armenia, Azerbaiyán, Eritrea, Georgia, Mongolia y Somalia.
Además, Kiev es uno de los proveedores fundamentales de trigo del Programa Mundial de Alimentos, que proporciona asistencia a 115,5 millones de personas en más de 120 países. Por su parte, Moscú es uno de los tres mayores productores de crudo del mundo, además del segundo productor y el principal exportador de gas natural.
La alteración de los procesos de exportación y producción debido a la guerra limitan cada vez más la disponibilidad de estos productos básicos. El acceso mundial al petróleo y al gas disminuye notablemente.
Gran parte del trigo, el maíz y la cebada del mundo permanece en Ucrania y Rusia. Y una parte aún mayor del suministro mundial de fertilizantes, especialmente importante para la agricultura en los países cuyo suelo está agotado, permanece en Rusia y Bielorrusia.
Con el objetivo de aliviar este panorama, surgió la Iniciativa de Cereales del Mar Negro, que permitió reanudar las exportaciones ucranianas el 1 de agosto de 2022 e intentar aliviar esta situación. Sin embargo, varias denuncias de funcionarios rusos incluido el propio presidente Putin aseguran que los suministros de cereales de Ucrania no llegan a los países más pobres.
A su vez, la escasez impulsa los precios hasta niveles récord. El costo de los alimentos aumentó un 50 por ciento desde el comienzo de 2022 y el costo del combustible para el transporte, una de las principales causas de la inflación en África en 2021, ascendió todavía más desde el inicio de la guerra.
La desorbitada subida de los precios impulsa una crisis del costo de la vida en todo el mundo, que tiene una incidencia desproporcionada en los países en desarrollo. Las comunidades de África, Asia, América Latina y Medio Oriente se ven gravemente afectadas, y los hogares que ya eran vulnerables pagan el precio más alto.
Rusia asegura que las condiciones para poner fin al conflicto fueron entregadas a Kiev, son públicas, forman parte de las discusiones entre las delegaciones de ambos países y están relacionadas con la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, la inclusión de su estatuto de estado neutral en la Constitución, el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia, así como la independencia de las autoproclamadas y adheridas por referendo a la Federación, Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
Además, recalcó que la solución de la crisis ucraniana tiene como premisa esencial la necesidad de eliminar las bases que la provocaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario