Una vez más, la lógica es absurda cuando se trata de
justificar lo injustificable. Durante la falsa pandemia
de Covid, las autoridades enfermaron a la gente
para que no se enferme. ¡Cómo? Sí, y ahora, para que los
bosques no se incendien ¡les prenden fuego! Claro, todo
en nombre de la “ciencia”: nadie dice pío y todo se justifica.
Diversos videos evidencian incendios provocados me-
diante rayos láser, como sucedió en Hawái y en Chile; o
usando drones u otros medios, como en Veracruz, donde
se culpa a los campesinos que tradicionalmente queman
sus parcelas. Ah, pero espere, ésta es la explicación “cien-
tífica”: Resulta que le llaman “contrafuego” a un fuego pro-
vocado para extinguir otro, también provocado. Y se habla
de “fuego controlado”, táctico y ¡preventivo! (Ver video)
Estos programas tecnológicos usan drones para detectar zonas áridas
de bosques con posibilidades de incendio, y se les prende fuego antes de
que la naturaleza lo haga. Sí, para que no se incendien ¡se adelantan a
incendiarlos primero! Vaya explicación. ¡Qué inteligentes! Naturalmente
consideran que la audiencia es idiota y se le puede decir cualquier cosa.
Así aseguran que nadie acuda a apagarlos de verdad, y que esos ga-
ses de la quema lleguen a la atmósfera.
Por cierto, parecido “al fuego preventivo”, el tratado de pandemias que
la OMS quiere imponer en mayo, igual justifica las vacunas en una “situa-
ción pandémica”: no se necesita que haya pandemia, basta con haber
amenazas o posibilidades de pandemia... y se le prende fuego a la salud.
Bien, se estima que dichos fuegos son parte de la Agenda 2030, que
tiene entre sus fines, combatir el supuesto cambio climático, ¡provocado
con dichos incendios! ¿Suena absurdo? Y lo es. Mas no se cambia así el
clima, sino el ambiente, que es
distinto; el clima involucra muchas
otras variables, incluso cósmicas.
Una cosa es el cambio climá-
tico y otra la depredación industrial
de la ecología; no es lo mismo.
Pero se pretende provocar una
narrativa de crisis climática, y
luego una serie de medidas de
control social. ¡Ahí están los he-
chos!, nos dicen: ¡bosques ar-
diendo por el calentamiento glo-
bal! Sin embargo, los incendios
naturales han ido a la baja en el
mundo, afirma el físico Steven Koolin,
de la Universidad de Nueva York. En
cambio, aumentan los incendios oca-
sionados por la intervención humana.
De hecho, así lo asevera el Minis-
terio de Agricultura de Chile: “El origen
de los incendios, recae en la acción
humana. El 99,7% de los incendios se
inician, ya sea por descuidos o negli-
gencias en la manipulación de fuentes
de calor, o por prácticas agrícolas o
por intencionalidad, originada en moti-
vaciones de distinto tipo, incluso la de-
lictiva”. Lo mismo se afirma en México.
Dicha Agenda 2030 simula una cri-
sis climática, acabando con los recur-
sos naturales que proveen alimentos,
ocasionando hambrunas, más muer-
tes y despoblación.
Asimismo, cierran centros agrope-
cuarios en Europa y se paga por des-
truir árboles frutales. Y ya no se hable
de tecnologías de manipulación me-
teorológica como el proyecto Haarp.
Esto no se podría sin la complicidad
de partidos, gobiernos y “científicos”
corruptos que callan y cooperan.
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