LA venganza por el robo de la presidencia a Andrés Manuel López
Obrador (AMLO) en 2006, se consumó con las elecciones del pa-
sado 2 de junio, ratificado por el Tribunal Federal Electoral a favor de
Claudia Sheinbaum. El presidente la impuso a su imagen y semejanza,
para cobijarse bajo sus faldas ante los escándalos de corrupción en todas
las secretarías del Ejecutivo que él dirige y en toda su carrera política, en
especial lo relacionado con el narcotráfico ‒¡respaldando al narcogobierno
de Sinaloa!‒; así como la corrupción en el partido Morena y en todas sus
gubernaturas, todo lo cual se pretende esconder inútilmente al público.
El evidente fraude electoral tuvo que acudir a la caída del sistema para
adulterar el conteo de votos, ya que todas las chapuzas conocidas y posi-
bles que la ciudadanía observó, no fueron suficientes para darle el triunfo
a Sheinbaum. Los partidos opositores hicieron nada para impedirlo o si-
quiera protestar: una vez más traicionaron al pueblo y, el “trámite”, se dio.
Ante esta pasividad de los partidos opositores y de la misma candidata
ganadora, Xóchtl Gálvez ‒quienes de inmediato aceptaron una falsa de-
rrota‒, un grupo de ciudadanos iniciaron el conteo de los votos, descu-
briendo que se invirtieron los resultados electorales: los votos de Xóchith
serían para Claudia y viceversa. Es decir, el resultado verdadero fue justo
al revés ‒en Kgosni 392 se explicó lo simple que esto puede llegar a ser.
Sí, la paliza fue para Claudia, Morena y el presidente del país ‒quien
ya había perdido 15 millones de votos en la consulta de revocación de
mandato en 2022‒. A esa conclusión llegan las investigaciones de “Car-
peta púrpura”, del abogado Guillermo Handam y cientos de ciudadanos
que hicieron esta ingente labor de contabilidad y cotejo, con el apoyo de
miles de votantes que enviaron la información de sus casillas. Todo de
manera voluntaria y espontánea, contra el desdén de los partidos.
Esto explica el rostro adusto y triste de Claudia: se sabe perdedora, y
una impostora, ilegal e ilegítima, representante de la mediocridad ¡y de la
mujer! “Haiga sido como haiga sido” se robó la presidencia y de peor modo
que Felipe Calderón en 2006. Juraron que no son iguales y, efectiva-
mente, resultaron ser peores. ¡Y claro, igual apoya al narcogobernador!
Ante la cada vez más clara intervención del narcotráfico en estas elec-
ciones, lo que tenemos es eso, una narcopresidenta y una pregunta:
¿cuánto dinero del crimen organizado circuló para callar cualquier protesta
y recibir la rendición? ¿Cuántas amenazas? ¿Cuánto recibió el INE? ¿El
tribunal electroral? ¿Cuánto las dirigencias políticas? ¿Qué negociaron?
1 El presente artículo, lo mismo que Kgosni, no apoya a ningún partido político; sólo intenta evidenciar
que el sistema político, republicano y electoral, está podrido desde su raíz y que es imposible obtener
con él la anhelada democracia. Si usted no vota y entiende esto, no se distraiga con los partidos y
continúe construyendo autonomías, este artículo no es para usted.
Lo cierto es que una guerra entre la
clase política sólo evidenciaría su co-
rrupción generalizada; entonces, por
el bien de ellos mismos, extienden la
mano, cierran la cloaca y a callar.
Así las cosas, los resultados de
esta auditoria ciudadana, de este
“prep alternativo”, concluyen que, de
acuerdo a las leyes, la elección debe
anularse y que muchos implicados en
el fraude deben estar presos, empe-
zando por los presidentes de la repú-
blica, del INE y del Tribunal Electo-
ral... ¡Pero los jueces son más de lo
mismo! Que se vayan todos. Y si no se
pueden quitar, ignóralos.
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