Palestina. Hacinados como ganado, vigilados y tiroteados: el inhumano reparto de migajas en las jaulas del hambre en Gaza

Resumen Medio Oriente, 29 de mayo de 2025.
El conflicto entre Israel y Palestina es un enfrentamiento entre estos dos territorios de Oriente Próximo que fue germinando hasta que, tras la declaración del Estado de Israel, comenzó un periodo de expansión y anexión de territorios palestinos. Desde entonces se han sucedido varias guerras en la región, dos Intifadas en Palestina y numerosos enfrentamientos. En 2023, el conflicto se ha convertido en una guerra entre Israel y Hamás, la organización que gobierna en la Franja de Gaza, uno de los dos territorios palestinos.
El contexto El bloqueo total a la entrada de ayuda ha dado paso a un goteo irrisorio de provisiones por parte de una organización promovida por Israel y EEUU. No solo es insuficiente, sino que las condiciones en las que se reparte son inhumanas.
Las claves:
- Soldados israelíes dispararon contra quienes intentaban conseguir comida, dejando varios muertos y medio centenar de heridos
- La ayuda es muy escasa y solo ha llegado al sur del devastado enclave palestino, mientras los ataques continúan
Apiñados en filas interminables, enjaulados entre vallas, bajo un sol inclemente. Es la imagen de las colas del hambre en el sur de Gaza, donde más de dos meses de bloqueo israelí a la entrada de ayuda humanitaria han dado paso a la distribución de una cantidad irrisoria de provisiones por parte de la llamada ‘Fundación Humanitaria de Gaza‘, una polémica organización privada respaldada por Israel y Estados Unidos.
La propia entidad ha indicado en las últimas horas que ha distribuido 8.000 cajas de comida, una ayuda nimia para una población de más de dos millones de personas y que, además, de momento solo llega al sur del devastado enclave palestino, mientras Israel sigue adelante con sus ataques contra varios puntos de la Franja, donde ha masacrado ya a más de 54.000 personas desde el 7 de octubre de 2023.
En la sureña ciudad de Rafah, controlada por el ejército de Israel, miles de gazatíes desesperados por conseguir algo de comer se lanzaron a los puntos de distribución de esa ayuda, cuyo reparto se realizaba en condiciones inhumanas, de las que dan cuenta las imágenes difundidas en redes sociales y también citadas por la agencia Reuters, que recuerdan más a un campo de concentración que a una ONG, con largas colas de personas hacinadas en pasillos separados por vallas metálicas.
Las autoridades de la Franja, controladas por Hamás, denunciaron el martes que los soldados israelíes dispararon contra las personas que bregaban para hacerse con algo que echarse a la boca en uno de los centros de reparto, matando al menos a tres palestinos e hiriendo a 46, mientras que otras siete personas fueron dadas por desaparecidas.
Según un comunicado gazatí citado por Europa Press, las víctimas eran civiles que recibieron balas reales en uno de los dos puntos de distribución abiertos en la ciudad sureña. El ejército israelí, por su parte, sostiene que sus tropas realizaron “disparos de advertencia” desde el exterior del centro de distribución. La ONU, a su vez, ha confirmado 47 heridos de bala mientras intentaban conseguir ayuda, recoge Reuters.
Temor de los gazatíes
La citada ‘Fundación Humanitaria de Gaza’ comenzó a distribuir ayuda el lunes, pero muchos palestinos temen ser sometidos a exámenes biométricos en los puntos de reparto. “Quiero ir porque tengo hambre y mis niños tienen hambre, pero tengo miedo“, señalaba un padre de siete hijos, que explicaba, en declaraciones a Reuters, que les había llegado que la compañía que reparte la ayuda pertenecía a Israel y que Hamás había pedido no acudir.
Israel ha dicho que sus soldados no se van a involucrar en la distribución de la ayuda, pero el respaldo por parte de Tel Aviv y Washington a la iniciativa pone en cuestión la neutralidad de la fundación, cuyo director dimitió inesperadamente el pasado domingo. Las autoridades israelíes, precisamente, han dicho que una de las ventajas de este sistema es que permite examinar a los destinatarios de la ayuda para excluir a cualquiera que consideren vinculado con Hamás.
Grupos humanitarios informados sobre los planes de la fundación y citados también por Reuters afirman que cualquier persona que acceda a la ayuda deberá someterse a una tecnología de reconocimiento facial. Y muchos palestinos temen que esa información termine en manos israelíes para ser utilizada para rastrearles y ponerles en el punto de mira. Oficialmente no se ha hecho público cómo funciona exactamente el sistema.
Una fundación sospechosa
Tanto Naciones Unidas como ONG internacionales rechazan esta fundación privada por varios motivos, entre ellos porque consideran que va en contra del principio de que la ayuda humanitaria se distribuya de forma independiente y no por una de las partes en el conflicto. Estados Unidos, sin embargo, la apoya.
Pero, además de ese temor a que su ayuda se utilice como un mecanismo de control para buscar vínculos con Hamás, lo cierto es que su asistencia solo llega a quienes se desplacen al sur de la Franja, en lo que muchos ven una estrategia para forzar el desplazamiento de miles de personas y recluirlas en una pequeña parte del territorio gazatí.
Las propias autoridades de Gaza creen que detrás no hay “una auténtica intención humanitaria” del Gobierno de Benjamin Netanyahu y Hamás ha denunciado que los puntos de reparto de ayuda, en realidad son “una trampa que amenaza la vida de los civiles“.
No hay comentarios:
Publicar un comentario