LA "CUENTA LARGA" DE LOS MAYAS
Los mayas asociaron los ciclos de días que se repetían constantemente computando los días sucesivos en línea recta; así lograban una fijación cronológica precisa. La creación del mundo en su forma actual constituye el punto de partida de la cuenta larga. En principio era similar al calendario cristiano, cuyas fechas indican los días, los meses y los años transcurridos desde el nacimiento de Cristo.Para calcular y representar el tiempo transcurrido, los mayas, basándose en sus observaciones astronómicas, desarrollaron un sistema de datación independiente con sus propios valores de posición, que dividía su calendario en periodos temporales cada vez más largos.
El día, k’in, era el periodo más corto. Tras esta unidad básica venía el siguiente periodo, de 20 días de duración, que se denominaba “winal” o “winik”.
En el tercer nivel superior se producía un desvío hacia el sistema vigesimal puro. En lugar de la esperada unidad 400 aparecía, multiplicando el winal por el factor 18, una unidad de sólo 360 días, que según las diversas regiones, se conocía con el nombre de “haab” o “tun”, es decir, “año” o “piedra”.
Este desvío respondía evidentemente al intento de lograr una aproximación aritmética al año ordinario de 365 días. Todas las unidades siguientes de la cuenta larga volvían a multiplicarse por el factor 20. Así, 20 tun, con sus 7.200 días en total, formaban un k’atun, es decir, un periodo de tiempo de aproximadamente 20 años. Luego, 20 k’atun, con sus 144.000 días en total (aproximadamente 395 años) constituían un bak’tun; 20 bak’tun, con sus 2.880.000 días u 8.000 tun en total, originaban un piktun (unos 7.890 años), el cual, a su vez, multiplicado por 20, daba lugar a un kalabtun de 57.600.000 días (unos 157.810 años). Los mayas redujeron esta serie matemática a la magnitud 2021 tun. Con estos cálculos trataban de fijar con precisión en su calendario el primer día de la creación del mundo y de integrarse en el orden cósmico.
Los nombres en uso de los diferentes periodos temporales corresponden a designaciones de la época colonial y proceden de fuentes yucatecas. Hasta la fecha únicamente han podido descifrarse en inscripciones los términos correspondientes a las designaciones de los tres valores de posición más bajos: día, mes y año (k’in, winal o winik y haab o tun). Al escribir una fecha en la cuenta larga, se colocaba al principio el llamado “glifo introductor”, con un elemento intercambiable en su interior que hacía referencia a los meses haab. Este símbolo representaba al patrón protector del mes haab en curso y cambiaba al término de los 20 días o, en su caso, de los 5 días del wayeb.
El cambio anual de los portadores del año tenía lugar en una ceremonia solemne. Para ello, se amontonaban piedras en los accesos de las poblaciones mayas, que se encontraban en los cuatro puntos cardinales, y sobre las piedras se colocaban estatuas de los portadores del año. Por ejemplo, al término de un año k’an, se fabricaba una estatua ritual de arcilla del bakab en curso, llamada k’an way u haab (“durmiente amarillo del año”), que se colocaba sobre el montón de piedras del acceso sur, y a continuación se trasladaba en procesión al centro de la población. El día de año nuevo se llevaba el mismo portador del año al acceso este de la aldea, donde permanecería a lo largo de un año ordinario. Al año siguiente se colocaba el siguiente portador del año en el norte
Al igual que los números, los periodos temporales se representaban como unidades abstractas o mediante una forma de cabeza. El bak’tun (144.000 días) se representa mediante un búho, con una mano humana en lugar del medio pico inferior. El k’atun (7.200 días) aparecía como una lechuza mítica. Un búho con sólo medio pico y un ojo en forma del signo del
día Hix indicaba el tun o haab (360 días). El winal o winik (20 días) se representaba como cocodrilo. Para “día” se utilizaba el dios del Sol.
Venían a continuación, en sucesión decreciente, los periodos bak’tun, k’atun, tun, winik y k’in. Según esto, la fecha anotada en la estela 11 de Yaxchilán indica que desde la creación del mundo habían transcurrido exactamente 9 bak’tun de 144.000 días cada uno, 16 k’atun de 7.200 días y 1 tun de 360 días, con un total de 1.411.600 días; la rueda calendárica correspondiente a la fecha era 11 ajaw 8 tzek.
Como sucede habitualmente en la cuenta larga, la fecha de la estela 11 comienza con un jeroglífico de gran tamaño; se trata del llamado “glifo introductor”. Aparece a continuación la fecha propiamente dicha, registrada en dobles columnas que se leen de arriba abajo: 9 bak’tun, 16 k’atun, 1 tun, 0 winik y 0 k’in, es decir, el día 29 de abril del año 752 d.C. A continuación aparece la serie complementaria, con datos del calendario lunar y de otros ciclos rituales. Finalmente se incluyen el verbo
correspondiente al acto de alzar una estela (no transcrito) y el nombre del nuevo soberano. La relación sobre Yucatán de Diego de Landa y los textos mayas de Oxkutzcab y Yaxkukul, escritos con caracteres latinos durante la época colonial, facilitan la armonización de la cronología europea con el calendario maya. Así, por ejemplo, del día de la creación, que para los mayas era el 4 ajaw 8 kumk’u, correspondía al 8 de septiembre del año 3113 a.C. del calendario juliano, utilizado en Europa hasta la reforma del calendario que el papa Gregorio XIII (1502-1585) llevó a cabo en el año 1582. Por tanto, la fecha de la estela 11 de Yaxchilán corresponde al 29 de abril del año 752 d.C.
Los mayas adoptaron el principio de la cuenta larga de los pueblos mixe-zoque. Las primeras referencias a la existencia de este calendario datan de la época comprendida entre los años 50 a.C. y 200 d.C. De esta forma, pues, la cuenta larga es el sistema más antiguo del mundo con la cifra 0, muy anterior al sistema aritmético indio.
1 k’in = 1 día
1 uinal = 20 días
1 tun = 18_20 = 360 días
1 katún = 20_18_20 = 7200 días
1 baktún = 20_20_18_20 = 144000 días
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