Fin a la ocupación de Jerusalén: Tierra Santa, Tierra de Todos
De la mano del lobby sionista y el plan de su fundador Tehodor Herzl, apoyado por Inglaterra y Estados Unidos, se forjó un polo de tensión máximo en el “límite” entre Oriente y Occidente. Millares de palestinos viven desgracias tras la creación de un Estado racista llamado Israel.
Hoy, dos pueblos separados con violencia, palestinos e israelíes, viven aislados por un frío muro donde la muerte puede encontrar a quien intente subvertirlo. Esa Alemania nazi que persiguió a descendientes hebreos y violó sistemáticamente derechos humanos, hoy tiene su símil en Israel, el aliado de Washington en Medio Oriente, que le fabrica armas y provee servicios para ir por el oro negro.
Siendo un conflicto de larga data, indigna la debilidad de la comunidad internacional para intervenir en el asunto; Israel es protegido en su actuar criminal por las grandes potencias del mundo, mientras el pueblo palestino, en su lucha por construir su propio Estado, ha sido boicoteado decenas de veces por las zancadillas del gobierno “oculto” en Washington.
No obstante, la autodeterminación del pueblo palestino poco a poco ha ido ganando terreno. Recién este año en Chile -en voz de Piñera-, se abogó porque el reconocimiento del Estado palestino se haga efectivo, sin detallar los temas de fronteras.
Precisamente en Jerusalén está el Axis Mundis -punto donde convergen todos los puntos cardinales, el cielo y la tierra- para tres de las religiones más numerosas del mundo. Para el islam en el Monte del Templo (Cúpula de la Roca), para los judíos el Templo de Salomón, y también para los cristianos por la cruz en el monte Calvario, o el monte de los Olivos.
Para muchos apegados a las escrituras bíblicas, vivimos tiempos de Apocalipsis. El problema es que existen quienes se lo toman demasiado en serio. Los judíos fanáticos esperan erigir, según los textos, el tercer Templo de Salomón en Jerusalén, mientras los musulmanes fanáticos desean hacer justicia con quienes se alejaron del monoteísmo y consideran opresores de la humanidad.
Al anterior dilema se suma que si no se cumple lo expreso en las “sagradas escrituras”, todo su paradigma comenzará poco a poco a derrumbarse, lo que también preocupa a fanáticos como los evangélicos cristianos con asiento en Estados Unidos, o a los también conocidos sionistas cristianos, a quienes envían a “colonizar Palestina” a cambio de casa y tierra.
Creemos que el anti-semitismo, tal vez inventado por los mismos semitas, existe. Hoy, confusamente, las principales víctimas de éste son los árabes y los musulmanes y no los judíos. Lo vemos actualmente de manera patente en un Medio Oriente que se encuentra cercado por el sionismo que emana de Estados Unidos e Israel.
Recordemos lo que decía el padre del sionismo internacional Teodoro Herzl: “Somos una nación, un pueblo… Cuando los judíos nos hundamos, seremos proletarios revolucionarios, seremos los suboficiales de los partidos revolucionarios. Al elevarnos nosotros, subirá también el inmarcesible poder del dinero judío…”
Este es un tema complejo y queremos dejar en claro que no estamos en contra de ninguna raza o creencia religiosa. Creemos que todos quienes habitamos este vasto planeta somos humanos, primero que todo, por tanto, nos debemos respeto, cuidado y socorro mutuo.
Condenaremos y seguiremos informando para denunciar al opresor sea quien fuere, estamos al servicio de los pueblos, creemos que usted ya lo sabe.
Queremos también expresar que, tal vez, la mejor solución para Jerusalén es que ella sea tierra de nadie y de todos, un Estado laico que abra sus puertas para la espiritualidad, y acoja por igual a todos quienes se sienten hijos de Dios; pero también creemos que quienes deben decidir su futuro, no son otros que quienes ancestralmente han vivido en el fértil lugar -debe respetarse el derecho a autodeterminación de los pueblos-.
Muchos de nuestros lectores tal vez se han sorprendido o se preguntan por qué decidimos llevar este tema a portada. Lo hemos hecho pues creemos que es parte de las noticias que importan, parte de la historia no contada que merecemos conocer y para lo cual, en unión de fuerzas con la Federación Palestina de Chile, a quien saludamos, hemos hecho posible.
Lo efectuamos pues en los medios masivos domina el poder del sionismo, por lo que es necesario equilibrar la balanza. Es conocido su interés por los medios de comunicación para instalar su agenda de “elegidos” por sobre la de los pueblos del mundo. Para muestra una cita del Barón de Montefiore -sionista- del año 1840: “¡Perderéis el tiempo charlando! Mientras la prensa del mundo entero no se halle en nuestras manos, será infructuoso todo lo que hiciereis. Es preciso que dominemos, o al menos influyamos, en la prensa universal, si hemos de alucinar y cautivar a los pueblos”.
Estimados lectores y lectoras ¡La prensa para los pueblos y no para UN pueblo! ¡Palestina Libre, estamos contigo!
Al cierre de esta edición, el Senado de Chile aprobó el 11 de mayo el Convenio Upov 91, que impedirá a los campesinos guardar la semilla y extenderá el tiempo de vigencia de los derechos y garantías de las transnacionales que vendan semillas híbridas y transgénicas en el país. No a los transgénicos, otra causa ciudadana en la que sumar.
No podemos dejar de entregar en este editorial, nuestro irrestricto apoyo a las luchas sociales que se libran en nuestro país. Nos referimos a los ciudadanos movilizados por una Patagonia sin Represas y al mundo de la educación. Vayan para ellos nuestro apoyo. Estas páginas son vuestras.
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