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jueves, 14 de julio de 2011

la importancia de la kaaba

La Kaâba junto con la piedra Negra ninguna de las dos cosas se adoran en el Islam. Los musulmanes única y exclusivamente adoramos a Al-lah. La Kaaba es el lugar de adoración que fue construido hace casi 4000 años por Abraham y su hijo Ismael, la Paz y las Bendiciones sean con ellos, por orden de Al-lâh.
Esta construcción fue hecha de piedra, donde fue el lugar original de un santuario establecido por Adán, la Paz y las Bendiciones sean con él. Al-lâh le ordenó a Abraham, la Paz y las Bendiciones sean con él, que convocase a toda la humanidad para visitar la Kaaba. Por eso, cuando los peregrinos visitan la Kaaba, dicen:

''Heme aquí (labbayka)
¡ Oh, Dios ¡ Heme aquí ¡ Heme aquí ¡ Tú no tienes asociado alguno. ¡ Heme aquí ? Que las alabanzas y la Gracia sean las Tuyas, y que Tu Autoridad sea indiscutida."

El padre y el hijo (Ismael), verdaderos monoteístas (musulmanes), levantaban así las fundaciones con temor en el corazón, queriendo obtener la complacencia divina. Mientras que construían la Ka'bah, estaban temerosos de que Allah no aceptara su humilde servicio, entonces comenzaron a rezar. ¡Llenos de fidelidad, de humildad y temerosos de Allah! Esta es la esencia de Monoteísmo, el pilar fundamental de la fe y de las acciones grandes y pequeñas para que todos los musulmanes sigan.

Cuando estaba levantada a cierta altura, Ibrahim (la paz esté sobre él) ordenó a su hijo que seleccionara un trozo de roca para marcar el ángulo principal. Cuando Ismael comenzó a buscarla apareció ante el, el Arcángel Gabriel con la piedra negra traída desde el cielo.

Profeta Muhammad (la paz y Bendiciones estén sobre él) dijo:

“La piedra negra descendió de cielo, y era más blanca que la leche, pero los pecados de la gente la han ennegrecido”. Tirmidhi, Kitab Al-Hajj, el libro de la peregrinación.

Ibrahim (la paz esté sobre él) tomó la piedra y la colocó en el lugar en donde permanece hasta nuestros días. Es una piedra celestial y no terrenal. Ha sido seleccionada por Allah para su casa sagrada (Ka'bah).



Esta piedra no se adora, ni se posterna tampoco en su dirección: la posternación tiene valor en dirección a cualquier punto del edificio. El peregrino pone su mano si quiere (es opcional), sobre esta piedra para prestar juramento de fidelidad y obediencia a Al-lâh.

Está situada sobre una hornacina de plata que, en la esquina oriental la protege. La piedra en si, como dijo el Profeta, la Paz y las Bendiciones sean con él,
"ni perjudica ni beneficia”
La Kaaba además, fue un lugar en el que se practicó la idolatría posteriormente a Abraham. La gente se desvió del camino que indicó Al-lâh al profeta Abraham y llenó la kaaba con multitud de ídolos y deidades, de todas las formas imaginables. Hasta que llegó el Islam que barrió a todos los dioses, para instaurar el Tawhid, la Unicidad que siempre nos recordaron todos los profetas y enviados de Al-lâh. Actualmente la Kaaba se encuentra cubierta por la kesua o manto de la Kaaba, suspendida en el techo y sujeta con cordones a los anillos de bronce fijados en la base, es una funda de seda negra cuyas inscripciones doradas reproducen versículos y al-hadices referentes a la Unicidad de Al-lâh. El manto se renueva todos los años. Así, pues, la Kaaba no es más que una figura cúbica vacía. Dentro no hay nada.


Porque los musulmanes solo nos rendimos a Al-lâh. El Islam surge cuando se han derribado los ídolos. Se es musulmán precisamente cuando no se tiene ninguna religión. El musulmán busca a su Señor verdadero desde la espontaneidad. Se intuye a Al-lâh cuando han sido barridos todas los velos que enturbian la razón del ser humano, cuando se ha renunciado completamente a todo deseo de poder, de imponer nuestras fantasías a una realidad que no depende de nosotros para desplegarse.

Los peregrinos se anulan ante Al-lâh, dejan de ser átomos separados y por unos instantes viven la reconstrucción cosmogónica del Universo a partir de un encendido punto de Luz. Peregrinar es, para un musulmán, morir al espacio y al tiempo, pues una vez que el viajero llega a la orilla del mundo y se zambulle en la corriente vertical de su eje, el Creador lo recibe en Su océano de Paz

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