Libia desde Benghazi

Libia desde Benghazi
Argel.
De regreso de Libia, donde se reunió con los miembros del Consejo Nacional de Transición, los jóvenes insurgentes y los responsables de Trípoli, Saïda Benhabiles (*), antigua minstra argelina y presidente de una asociación, hizo ayer (15 de junio) revelaciones a Temps D'Algerie, en Argel, durante la Conferencia de la Sociedad Civil, que pueden salpicar a los regímenes de Nicolas Sarkozy, Gran Bretaña y los Estados Unidos de América.

El conflicto libio es un montaje pieza a pieza, según la ex ministra, que tiene pruebas irrefutables de las intenciones de los países occidentales que le declararon la guerra al "ex amigo" Mouamar El Kaddafi.

De hecho, Saïda Benhabiles efectuó recientemente un viaje "peligroso", que pudo costarle la vida, para ver de cerca la "revuelta" del pueblo libio, convertida en "fondo de comercio de los gobernantes europeos y americanos, así como de ciertos dirigentes despiadados de los países árabes, especialmente el Emir de Qatar".

La ex ministra necesitó la autorización del escritor y filósofo franco-judío, Bernard Henri Lévy para llegar a Benghazi. Éste último se ha convertido en "el jefe de los insurgentes". "Está al tanto de todas las acciones", subrayó nuestra ministra, preguntándose por el papel de este personaje en el conflicto libio.

"Las fuerzas de la OTAN matan a los civiles, a los niños, a las mujeres, a simples ciudadanos y disparan sobre todo lo que se mueve. Hemos visto imágenes horribles, ni los hospitales se han escapado de la alianza militar. La ONU tiene que suspender de urgencia la resolución de intervención de las fuerzas militares en Libia. Esta es una masacre a la población. Lo que he visto en Libia es imperdonable".

"Hay más banderas francesas que libias", asegura, ofuscada e indignada. "Los ciudadanos libios no pueden aceptar que un país tan rico de la noche a la mañana se vuelva terreno para los aviones. Todos los libios están armados, hasta los niños tienen fusiles y pistolas. No hay seguridad de ningún tipo y los grupos terroristas que se escaparon de las prisiones pueden hacer y hacen lo que quieren".

"Es el caos total", agrega, señalando que el guía de la Revolución libia tiene el mérito de haber distribuido la riqueza a su pueblo, pero no ha hecho lo mismo para armarlo políticamente contra Occidente. "No estoy en contra de las manifestaciones por la democracia y el desarrollo del país con más libertad y crítica, sino de la forma como las cosas han sido manejadas en Libia, nos dimos cuenta de que las fuerzas extranjeras han hecho todo para destruir a este país rebosante de riquezas naturales inestimables", señaló. "La revuelta libia no es ni popular, ni espontánea, y mucho menos, democrática", según ella.

Se trata de una sanción inflingida al pueblo libio por "los amos del mundo" que han perdido Túnez y Egipto, y que igualmente quieren destruir Siria entrenando "los medios de comunicación de la guerra, entre otros la cadena Al Jazeera y otros canales americanos y europeos".

El Consejo Nacional de Transición se compone de súbditos de otros países que no tienen nada que ver con Libia, el resto de los miembros del CNT son personajes oportunistas, como el ex ministro de justicia de Kadhafi, Mustapha Abdujalil Al Bayda, hoy presidente del Consejo.

A éstos, hay que agregarles los monarquistas tradicionalistas Senoussi, que quieren tomar revancha contra la Revolución Verde, utilizando a los libios. Todos los servicios de inteligencia están presentes en Libia, sobre todo en Benghazi, el servicio del Mossad, la DGSE francesa y los británicos. El país está infestado de agentes secretos que utilizan y tienen acceso a todas las nuevas tecnologías de propaganda de guerra y mediática.

El ejército libio se enfrenta a fuerzas militares venidas de Israel y de las potencias occidentales. La ex ministra argelina promete organizar una conferencia de prensa en Argel para revelar los secretos de esta guerra declarada al pueblo libio y de repasar las circunstancias de su viaje de más de un mes en este país hermano, en el que ella ha pasado noches en vela por miedo de ser detenida por los servicios de inteligencia israelíes o europeos. Notamos que la misión fue llevada a cabo bajo el emblema del Centro Francés de Investigaciones sobre Inteligencia (CF2R), lo que le permitió a la argelina pasar desapercibida y evitar los chequeos en las fronteras.

El otro punto a subrayar es la negativa de las autoridades francesas (el ministerio de Asuntos Exteriores) de brindar un local a los animadores del grupo que llevaron a cabo la misión en Libia para que puedan hacer público su informe. Hizo falta la ayuda del director de la revista Afrique Asie para que los animadores del Centro pudiesen tener derecho a la palabra en un país que se reclama como la nación de los derechos humanos.

Nota:
(*) Saïda Benhabiles fue Ministra de la Solidaridad de Argelia, es presidenta de la Asociación Internacional de las Víctimas del Terrorismo, que provee ayuda sicosocial a las víctimas de la guerra, y ganadora del Premio de las Naciones Unidas sociedad civil 2001.