¡Señor! ¡Póngase el velo!
Yo opino con velo ¿y usted?
Mujeres - 14/07/2011 8:40 - Autor: Vanessa Rivera de la Fuente - Fuente: vriveradelafuente.wordpress.comVota:- Resultado 59 votos | Más... Etiquetas: velo, hiyab, vanessa rivera, musulmanas, mujeres, libertad expresion, burka
Yo opino con velo ¿y usted?Hablando de opinar. Bastante roncha ha sacado en algunos conocidos y anónimos la publicación de mi artículo en Webislam “Sin burka yo quiero vivir”, sobre la niña de 15 años que decidió no asistir más a la escuela para poder usar libremente la burka.
De todos las sentencias a favor y en contra- que me motivan aún más a ejercer el derecho de registrar mis pensamientos escribiendo, hay una que me provoca una mezcla de indignación y risa, como cuando alguna autoridad se escarba la nariz en medio de un acto protocolar.
El dueño de la opinión es anónimo y busca este anonimato por elección. Cuestiono la validez que una opinión dicha así, sin asumirla del todo, desde la oscuridad de un Nick-Name y la impunidad de una pantalla, puede tener. A lo menos, no es valiente opinar así, no se cumplen los requisitos del diálogo, por lo cual presumo que la intención no era establecer un diálogo sino simplemente atacar y denostar.
El NN en cuestión manifestaba con mucho encono poco disimulado que yo no estaba autorizada a opinar ni sobre el islam ni sobre el tema de la burka ya que “Si hubiera escrito esa nota y se hubiera sacado su foto con su hiyab (velo islámico) puesto, quizás mi opinión sería otra. Pero como se presenta sin su hiyab, para mí su opinión no vale nada…”
No, no es una broma. Lo dijo en serio (corregí las faltas de ortografía del post en cuestión por amor al idioma). Tal parece que existen Anonymous que no sólo pretenden erigirse en policías de la conciencia ajena, sino que además, desean establecer requisitos al libre ejercicio de la facultad de pensar y controlar las cabezas de las mujeres al estilo de un Womenizer con defectos de fabricación.
Voy más allá. Este tipo de sectarismos, que promueven una disciplina de la imagen como una antesala de la disciplina de la mente, tan propio de las mentes fascistoides, trascienden el ámbito intelectual y se instalan en el sistema de mercado, en la educación, en la moda, en el modo de vivir, comer, caminar y hacer el amor. Ideas especialmente nocivas cuando son invocadas y repetidas una y otra vez como argumento en defensa de un concepto o valor mayor: Los valores humanos (como si éstos fueran privilegio sólo de algunos), la religión o – sin la mínima duda ni pudor al respecto, Dios.
¿Realmente la persona que escribió el post está totalmente segura de poder clasificar a los demás como aptos o no aptos para opinar y de hacerlo en representación de Dios? Idea peligrosa con mucho sabor a delirio mesiánico.
Hasta el momento, nunca he visto estas conductas discriminatorias ni estos intentos de control dirigido a los hombres. Sólo los he visto- y padecido, hacia las mujeres. Debe ser porque soy mujer, por lo tanto me golpean los decretos totalitarios que atañen sólo a mi género.
Tengo que decir que un post es lo de menos. Ha sido el disparo- de una pistola chiquita de fogueo- que me animó a la reflexión y a escribir este artículo
Todos los días, las mujeres recibimos decretos de parte de un gran conglomerado social, económico y político, que, amorfo y onmipresente, actúa como un Big Brother de la vida cotidiana. Muchas mujeres consumen sus habilidades tratando de entrar en los corsés impuestos por la ameba del “deber ser”. El deber ser impuesto por otros, no aquél que elegimos luego de meditar sobre nuestras capacidades. Corsés que castigan las espaldas de quienes pujan por diferenciarse. Corsés que jamás serán de nuestras tallas. Porque cada una de nosotras es una creatura única.
Y es por esta razón que es tan importante conservar la lucidez y el absoluto convencimiento de que no hay crimen ni daño en ser una misma. Lo único malo al respecto, es el riesgo de matar la originalidad de cada uno de nosotros, mujeres y hombres, que es la esencia de nuestra creación. Existe fortaleza en el ser humano para aguantar las críticas y superar los obstáculos y golpes que te dan la vida y tus semejantes cuando no te respetan como tal. Eso pasa, es como todo en la vida, sólo un momento. El goce de vivir según las cualidades especiales entregadas a cada uno por Dios, es eterno.
Por último, un juego de malsana lógica. Si yo, siendo mujer, no puedo opinar sobre cosas de mujeres ni menos, siendo musulmana, sobre cuestiones de velo islámico porque al momento de publicarse el artículo no llevaba uno: ¿Con qué moral y autoridad opina sobre mí, que soy una mujer, alguien que no es mujer? ¿Con qué permiso opina sobre el velo alguien que no lleva velo? Tendría que decirle: Si quiere seguir charlando, ¡Señor! ¡Póngase el velo!!
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