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sábado, 20 de agosto de 2011

Elecciones en Guatemala

Elecciones en Guatemala

En Guatemala se celebran el 11 de septiembre las elecciones generales, es decir, elecciones directas para presidente y vicepresidente del Gobierno por el régimen presidencialista existente, de 158 diputados que se dividen en dos listados, el listado nacional y el listado de los diputados distritales o departamentales, en Guatemala solamente hay una cámara, los 20 diputados al Parlamento Centroamericano y las 333 corporaciones municipales correspondientes a igual número de municipios.

Estas elecciones se dan en el marco de una frágil democracia formal que se ha ido estabilizando en estos últimos 25 años en Guatemala a partir de la entrada en vigor de la constitución (1985) y, en especial, después de la firma de la paz (1996). Pareciera que este tipo de democracia ha llegado para quedarse sin mayores sobresaltos a pesar de los problemas de gobernabilidad, violencia electoral y pobreza generalizada. Así lo demuestra el historial de las últimas elecciones 1995, 1999, 2003, 2007. Los golpes de estado y los fraudes, al menos escandalosos, han ido quedando atrás. La participación de los ciudadanos se mantiene en un promedio aceptable, con las dificultades de infraestructuras, culturales y étnicas de un Estado que nunca se estructuró a partir de las características de la población de Guatemala.

Si bien hay elementos de democracia formal que vienen funcionando e instituciones estables al respecto, sin embargo se puede afirmar que hay un deterioro y descomposición de la vida democrática real. Hay un empobrecimiento del sistema de partidos y electoral como un espacio para vigorizar la democracia, profundizar la cultura y las reglas. El analista político y columnista G. Berganza es sumamente crítico al respecto al afirmar que tenemos partidos políticos que no representan ni canalizan corrientes de opinión sino son empresas electorales donde sus líderes canalizan fondos, los invierten y los recuperan. Los accionistas-financistas de los partidos son en definitiva los que hacen la agenda, la condicionan y administran(1) No son los ciudadanos y las ciudadanas los que definen estas situaciones.

La fuerza política que acumuló el movimiento revolucionario con su estrategia políticomilitar y con la negociación, -que llegó a ser la fuerza política más grande del país por el grado de organización que acumuló, hasta llegar resquebrajar el poder político del ejército-, no se refleja ni se tradujo después de la firma de la paz en votos para la formación política que surgió de dicho movimiento insurgente y de resistencia, la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-. En las últimas elecciones no llegó al 3% de votos y estuvo a punto de perder su status de partido político (que se mantiene con un 5% de los votos para la presidencia) o logrando algún diputado en el congreso. El obtener dos diputados salvó su status. Los mejores resultados obtenidos por las candidaturas de la izquierda desde la firma de los acuerdos de paz es un 15% de los votos en la elección del año 2000 por medio de la una coalición. En el campo electoral hay un vacío inmenso que se viene profundizando y que no acaba de encontrar los resortes sociales que lo salve. Muy diferente a la situación que viene viviendo el Salvador y la izquierda que ha tenido un crecimiento sostenido hasta ganar las últimas elecciones y permitir opciones entre derecha e izquierda. El esquema político nacional, aunque se pluralizó y abrió el abanico de corrientes ideológicas, no ha generado las condiciones para que esa gran población activa y movilizada antes de la firma de la paz, se acomode en el sistema político legal y tampoco ha tenido la fuerza social de presión para abrirlo y reformar seriamente los mecanismos de participación. El laberinto formal del sistema político y electoral ha desgastado y dispersado su fuerza original.

Algunas características de las elecciones del 2011 y su contexto

Las elecciones de este año 2011 tienen unas características especiales que se pueden reducir a lo siguiente. Se dan en un gobierno, amalgama de corrientes, intereses y debilidades desde grupos conservadores, empresarios financistas del partido, un contingente de socialdemócratas fundadores del la UNE y un grupo proveniente de la izquierda, que se encumbró en el mismo. En el gobierno actual ha destacado por su persistencia la primera dama, Sandra Torres y los programas sociales que han sido la carta fuerte sobre la que proyectaba su continuidad y las posibilidades del triunfo electoral de septiembre en base al cálculo mecánico del respaldo social de las familias pobres "beneficiadas” y a partir del supuesto de la posibilidad de manipulación de las instituciones que debían solventar las dificultades para la inscripción como candidata. La candidata oficial no ha sido inscrita y deja al partido de la UNE en alianza con la GANA en una situación de suma debilidad en esta coyuntura.

No abordamos otros aspectos del gobierno en política económica y fiscal para no alargar estas notas y centrarnos en el aspecto electoral. Pero se puede afirmar que el gobierno no deja huella de socialdemócrata, ni de rostro maya, ni de su opción por los pobres, como lo proclamó A. Colom en el discurso de toma de posesión hace tres años. Si bien es cierto que ha mantenido y legitimado los programas de cohesión social, los mismos han sido poco transparentes y han descohesionado liderazgos, comunidades y organizaciones mujeres por el carácter clientelar con que han estado sistemáticamente manejados.

La propaganda electoral nos viene inundando desde hace más de un año en medio de onerosas, ilegales y misteriosas inversiones cuyos orígenes nadie esclarece ni sanciona; ni siquiera el Tribunal Supremo Electoral.

La campaña electoral ha congelado las agendas tanto en el congreso como del ejecutivo en lo que va de año, en alguna medida de las administraciones municipales, generando un gran vacío y demandas sociales sin respuesta.

Hay que reconocer y destacar la persecución al crimen organizado y los logros significativos alcanzados por la fiscalía general y la CICIG que han ganado credibilidad y respaldo nacional e internacional. En esta línea avanza la lucha contra la impunidad por crímenes del pasado y represión reciente de grupos que se consideraban intocables. Hay algún fortalecimiento de las instituciones, pequeñas luces pero importantes en el túnel de la impunidad.

Se ha mantenido y agudizado la conflictividad social en varias zonas en cuanto a la disputa de los recursos naturales por parte de las grandes empresas. También se ha elevado la respuesta y la movilización comunitaria.

Guatemala, después de Honduras y El salvador, tiene el porcentaje más alto de asesinatos: 48 por 100.000 habitantes. La violencia ha llegado al proceso electoral proveniente en gran medida del crimen organizado. De todos es conocido, incluso asumido, que hay un actor oculto en la coyuntura que va a librar una batalla sin miramiento en dominar y someter especialmente en las municipalidades de los territorios donde se mueven y operan. Esto es una dificultad adicional para las elecciones.

¿Qué cuadro electoral tenemos? ¿Qué dicen las encuestas?

Se venía desarrollando una exacerbada lucha entre el Partido Patriota y el partido oficial de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) que pretendía seguir gobernando, aprovechando sus programas sociales hasta que la Corte de Constitucionalidad negó el amparo y la inscripción a la presidencia de su candidata. En medio de esa pugna que ha marcado el último año, y que sin duda se va a diluir en este último mes, existen esfuerzos por crear nuevas agrupaciones políticas, y reactivar otras activas desde hace varios años en este tipo de contiendas que tratan de posicionarse y ganar espacios, cuotas de poder y buscar alianzas ya sea a nivel del congreso o en diferentes zonas del país. Estos son LIDER, CREO, Viva-Encuentro, UCN, PAN, Unionista, FRG, ADN, CASA.

Un elemento nuevo en la perspectiva general de este año puede ser el Frente Amplio, una alianza electoral de las agrupaciones de izquierda e inicialmente de varias organizaciones sociales que finalmente se retiraron de la misma. Esta la integran los partidos URNG, ANN, Winaq’ y el Movimiento Nueva República que no ha logrado su status de partido político. Al menos su programa y su candidata, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz (1992) se distancia notablemente de las agrupaciones claramente ubicadas en la derecha conservadora.

Las encuestas(2), salvo la del mes de julio, han ido presentando un ascenso de la candidatura del PP, Otto Pérez Molina, general en retiro, y un descenso de la de Sandra Torres, candidata de la alianza UNE-GANA, cuando estaba en la lucha por su inscripción. Según la misma Encuesta de Prensa Libre, el 29 de junio, Otto Pérez Molina tenía una intención de voto del 42.5% y Sandra Torres del 15.1%; Suger del CREO (7.7%) y Baldizón de LIDER (6.1%) seguían en su disputa del tercer lugar. Rigoberta Menchú del Frente alcanzaba un 1.7% de intención de voto.

Sin embargo, según CID-Gallup, hacia el 20 de junio la diferencia era bastante menor: Otto Pérez Molina alcanzaba 34% y Sandra Torres 25%. A mitad de Julio, Vox Latina encuentra que Otto Pérez Molina tiene una intención de voto de 40.1% y Sandra Torres de 15.2%. Baldizón

y Suger disputan el tercer lugar con 4.7% y 4.2%. Se mantiene el alto porcentaje de indecisos.

La última encuesta disponible Encuesta Presidencial de Prensa Libre salió a luz pública

el 1 de agosto y fue trabajada del 22 al 26 de julio. En ella Otto Pérez Molina desciende a un 37.6

% de intención de voto, mientras que Sandra Torres asciende a un 17.2%. Suger (9%) y Baldizón

(8.4%) se disputan el tercer lugar. Rigoberta Menchú sube al 2.3%.

Al no ser inscrita Sandra Torres como candidata, una encuesta de Vox Latina encontraba que Otto Pérez Molina ganaría las elecciones presidenciales en primera vuelta con un 60% de los votos. De ser así sería esta la única vez en que una candidatura presidencial ganara en primera vuelta desde Arévalo y Arbenz en la década revolucionaria (1945-54). La encuesta de Datos - Prensa Libre asignan una distribución de los votos de la UNE-GANA donde un 4% se sumaría a la candidatura de Pérez Molina, en porcentajes descendientes se distribuyen los demás partidos hasta la izquierda que puede subir en un 0.9%.

Hasta la fecha la formación UNE-GANA no se había pronunciado sobre alianzas a nivel presidencial, sino establece como prioridad defender la alianza, luchar por un fuerte bloque de diputados y corporaciones municipales "para defender los programas sociales”. Las declaraciones dan a entender un temor y posible tendencia a debilitarse la alianza. Una tendencia fuerte es que pudiera haber un reencuentro de UNE-GANA con LIDER y que su binomio Baldizón – Blandón sea beneficiado para poder competir en una segunda vuelta con el PP encabezado por O. Pérez Molina.

La sociedad civil organizada se está expresando en esta coyuntura de diferentes formas, desde colectivos de mujeres que se pronuncian por el voto insumiso, otros colectivos argumentan sobre el voto nulo ante lo inconveniente e impresentable de las dos opciones que tienen alguna posibilidad de ganar en la primera vuelta del día 11 de septiembre. Otros se pronuncian por la necesidad de contribuir y crear condiciones para fortalecer la participación bien informada, consciente y crítica del sistema político en el que nos movemos y ver la coyuntura electoral, como un momento favorable para dar a conocer y confrontar a los liderazgos con la agenda por la que trabajan muchas organizaciones para el desarrollo comunitario y territorial. Gana espacio la tendencia a fundamentar el voto cruzado, ante la poca solidez y consistencia que tienen los partidos políticos para votar en línea por uno de ello. En los últimos meses se han intensificado diferentes campañas para motivar a los jóvenes a la participación. El padrón electoral es de siete millones cuatrocientos mil de casi 14 millones de habitantes que tiene Guatemala.

¿Qué escenario podemos perfilar para los próximos años?

Sin sobredimensionar las posibilidades de cambio que entrañan las elecciones en las circunstancias en que se están llevando a cabo en Guatemala, se puede perfilar un gobierno del Partido Patriota encabezado por el general retirado Otto Pérez Molina con pocos cambios en la visión y modelo del desarrollo del país, ampliando sus alianzas y confianzas al capital extranjero para fortalecer los megaproyectos y sus inversiones, una mayor estructuración de la presión y represión contra los movimientos de resistencia, especialmente en las territorios indígenas.

También se prevén dificultades económicas serias en el financiamiento del estado ante el raquítico presupuesto que el propio PP, partido actualmente en la oposición, ha mantenido estrangulado en la coyuntura electoral y un problema fiscal que limita todas sus posibilidades sociales. Cierta autonomía del PP con relación a los núcleos de la clase empresarial puede darle algún margen de avances en este sentido. Aunque O. Pérez Molina, general retirado, trata de presentar como liberal con una proyección social que acorte las grandes brechas de la desigualdad y la pobreza, es una incógnita es qué se puede traducir como políticas viables. No habría que hacerse grandes expectativas sobre lo que la "mano dura” ofrece en el combate a la delincuencia y al crimen organizado, dado que son problemas de dimensión regional y están íntimamente conectados con los problemas de pobreza. No podrá detener abiertamente la lucha contra la impunidad, aunque tratará de relentizarla o anularla discretamente.

Lo previsible a partir de enero es que se instale un congreso marcado por agrupaciones conservadoras y un mínimo bloque de izquierda o centro izquierda con un papel muy importante en juego político de control y fiscalización de los intentos impositivos de Ejecutivo.

En las corporaciones municipales, salvo algunos espacios democráticos conquistados por agrupaciones de URNG, (ni siquiera se puede decir del Frente Amplio porque la alianza no se ha dado a nivel municipal en la mayor parte de los municipios), tendrá un gran peso el PP, y en general hay que prever que van atravesar dificultades económicas y endeudamiento insalvable. Desde el punto de vista simbólico y de la memoria histórica hay que ir pensando en un escenario difícil de digerir pero no paralizante.

Guatemala, 11 de agosto del 2011.

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