México: capitalismo y 70 por ciento de pobres
Por Pedro Echeverría V.
Mexico
En México tenemos 113 millones de habitantes y de ellos el 70 por ciento -78 millones vive en la pobreza y alrededor de 40 millones en la miseria; entre tanto un puñado de ricos -unos cinco mil- han concentrado enormes riquezas en distintos campos de la economía. Calderón y su gobierno culpan a "crisis externa que nos llegó sin que México tuviera algo que ver", pero esconde que su propio gobierno fue incapaz de ver más que "un catarrito", que México no pudo resistir y que otros países la sufrieron menos.
Si como señala el secretario Ejecutivo de Coneval de México, Gonzalo Hernández, "la pobreza es responsabilidad de todos los órdenes de gobierno y éste debe establecer los mecanismos ‘de Estado' para garantizar el acceso a los derechos sociales plasmados en la Constitución", entonces la Constitución Mexicana sirve para un carajo o los gobiernos encargados de guardar su vigencia son grandes traidores a ella y al pueblo. De lo que sí estoy seguro es que esa Constitución -producto de la revolución burguesa- es una Carta Magna que plasma en grandes letras el respeto a la propiedad privada y el gobierno (ahora sí) defiende con todas sus fuerzas a los grandes propietarios. Por ello, aunque se diga mil veces que la Constitución protege al pueblo lo que se puede demostrar desde que fue proclamada en 1917, es que dicho documento ha servido para proteger a gobierno y empresarios.
Por eso el presidente ilegítimo Felipe Calderón -como todos los gobiernos del PRI y del PAN- lleva el cinismo y la demagogia hasta sus últimas consecuencias. Se publica hoy en La Jornada que: "Tras conocerse que se sumaron 3.2 millones de mexicanos a la pobreza entre 2008 y 2010, Calderón aseguró que gracias a la responsabilidad con la cual los "gobiernos humanistas" han conducido a la nación, hoy México no tiene los efectos terribles que sufren las economías más desarrolladas ni padece el "empobrecimiento general" de otras épocas. Al referirse a las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social sobre el incremento de la población pobre, de 48.8 a 52 millones, Calderón dijo: "los datos muestran que entre 2008 y 2010, aun en medio de la crisis, se logró reducir carencias importantes en acceso a servicios de salud y seguridad social". ¿Se habrá vista acaso mayor cinismo gubernamental?
En México tenemos 113 millones de habitantes y de ellos el 70 por ciento -78 millones vive en la pobreza y alrededor de 40 millones en la miseria; entre tanto un puñado de ricos -unos cinco mil- han concentrado enormes riquezas en distintos campos de la economía. Calderón y su gobierno culpan a "crisis externa que nos llegó sin que México tuviera algo que ver", pero esconde que su propio gobierno fue incapaz de ver más que "un catarrito", que México no pudo resistir y que otros países la sufrieron menos. Si el gobierno panista de Fox fue funesto para los trabajadores del país, el de Calderón lo ha superado con creces. Así como Fox a los tres años de gobernar debió de renunciar, Calderón después de su primer año de gobierno -al intensificarse la inseguridad, el desempleo y la pobreza- debió de ser expulsado de la Presidencia.
Datos conservadores (con el fin de no disgustar mucho) publicados por el Coneval (organismo paraoficial) demuestran que en la medición por ingresos, que fue la metodología oficial que se usó hasta hace dos años, el número de pobres patrimoniales creció en 7.1 millones de personas, ya que pasó de 50.6 millones (47.7 por ciento) en 2008 a 57.7 millones (51.3 por ciento) en 2010. Lo anterior nos demuestra que a esta condición de pobreza se sumaron 13 millones de mexicanos durante los primeros cuatro años del gobierno de Calderón, ya que en 2006 eran 44.7 millones. Son 13 millones de pobres, más los que se acumulen en los siguientes años de gobierno. Por eso Calderón ordenó que de inmediato salieran sus secretarios de salud, educación y desarrollo social a hacer declaraciones echándole la culpa a la crisis externa para aminorar el peso de la denuncia publicada.
Desde 2009 se publicó: En los próximos meses la pobreza en México afectará directamente a 60 millones de personas, es decir, al 55 por ciento de la población, debido a que la crisis ha ocasionado un aumento catastrófico en los índices de desempleo, ya que en el último trimestre perdieron su trabajo 250 mil mexicanos. Tan sólo en el 2009 habrá más de un millón de desempleados y más de un millón de mexicanos van a necesitar trabajos nuevos. La Secretaría de Desarrollo Social considera que 54% de los mexicanos (57.8 millones) vive en pobreza de patrimonio, lo que indica que vive con menos de 4 dólares diarios, ($53.00) mientras que el 32% (34.3 millones) lo hace con menos de 2.5 dólares ($33.00), y 24% (25.7 millones) con menos de 2 dólares ($27.00). Bajo esta perspectiva, los Estados de mayor pobreza en el país son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Durango, y en ellos se concentran altos porcentajes de población indígena.
Aunque nos esté llevando el carajo ver a millones de limosneros, a millones de familias en la miseria, a decenas de millones en el desempleo y subempleo, aunque se esté derrumbando el país en pedazos, Calderón declara que todo está bien y exige que "hay que hablar bien de México". Nadie habla mal de México porque es país con ricos recursos naturales, con campesinos, obreros, empleados, trabajadores, que -cuando se les paga y se les trata bien- son muy productivos y honrados. De lo que no se puede hablar bien es de los gobiernos mexicanos siempre corruptos hasta el extremo; de sus empresarios explotadores que pagan salarios de hambre; de sus medios de información que desinforman mintiendo; de la inmensa mayoría de sus intelectuales que se venden al poder y del sector más poderoso del clero (los jerarcas) en estrecha alianza con la clase dominante.
Es tan feliz "este país del que sólo se debe hablar bien, según Calderón", que pueden verse a dos galanes de las clases acomodadas que, por el sólo gusto, ofrecen buena música de violín y guitarra a las personas que salen del Metro y también se ve a un niño que ofrece vasos de jugo a cada una de ellas. Pero además estas variedades musicales se repiten en cientos de miles de lugares de la ciudad de México y demás ciudades del país. Pero para mayor goce, en cada uno de los mil vagones de las distintas líneas del Metro también se podrá encontrar a uno o dos personas que ofrecen productos variados para los miembros de la familia. Lo único malo es que en México -aunque no le guste al presidente- le llaman a esos, millones de adultos, jóvenes y niños, limosneros, vendedores ambulantes, malabaristas, tragafuegos o desempleados. www.ecoportal.net
Pedro Echeverría V.
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