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martes, 10 de enero de 2012

cerro quemado lugar donde nace el sol

El lugar donde nace el sol

^Hl texto v fotos: David Jaramillo En época de oscuridad, las deidades Hikuri (peyote) y Venado soñaron al Cerro del Wirikuta como el lugar donde el padre Sol tenía que nacer. Fue ahí donde los wixárítarí o huícholes contemplaron la unión de los cuatro puntos cardinales y vieron el origen del Sol y su elevado camino al cielo.
Año tras año, y desde hace más de 25 siglos, los huicholes acuden en peregrinaciones al corazón del Wirikuta o cerro El Quemado, ubicado al norte de San Luis Potosí, para recolectar el peyote y así poder comunicarse con sus dioses.
Ahora, este sitio sagrado está en riesgo. En 1994 fue denominado por el gobierno de San Luis Potosí "Sitio de Protección del Patrimonio Histórico y Cultural y Zona Sujeta a Protección Ecológica Wirikuta". Sin embargo, 15 años después el gobierno federal ignoró el decreto y, a través de la Secretaria de Economía, otorgó por 3 millones de dólares 22 concesiones de explotación minera a la empresa transnacional First Majestic Silver Corp.
El 70 por ciento de esta concesión se encuentra en el área natural protegida.
"Es una desgracia que el cerro El Quemado sea amenazado por una empresa canadiense, la que tiene la concesión para explotar las venas de plata que existen en nuestro territorio sagrado", reclama Santos de la Cruz, autoridad agraria huichola.
HEREDEROS DE SANGRE SAGRADA En México actualmente viven alrededor de 20 mil huicholes, asentados en la Sierra Madre Occidental, que se extiende por los estados de Jalisco, Nayarit y Durango.
A diferencia del resto de las culturas, los huicholes son los que mejor han logrado preservar una visión del mundo y de la naturaleza.
Practicantes de una religión naturalista y politeísta, han sabido mantener una sabiduría milenaria, heredada de generación en generación, en la que el elemento fundamental es el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza.
Por ello, para esta cultura, el territorio es ante todo un espacio sagrado, un templo, habitado por una constelación de dioses que adquieren forma de plantas, animales, rocas, cuevas, manantiales, montañas, fuerzas diversas de la naturaleza. De esta manera el Sol se convierte en padre, la lluvia o el cielo en madre y el viento y el venado en hermanos de los seres humanos.
Su principal característica cultural es el vínculo entre el maíz, el venado y el peyote. Este último es el medio más importante para transcender del mundo material al sagrado. El peyote es una persona grande, un ser viejo que cuenta el origen de la existencia y el porqué del "ser" y del "todo".
Sus primeras deidades caminaron con sacrificio y se ubicaron en diferentes lugares como el desierto de San Luis Potosí, donde descansa el hermano mayor o el Tamatsi Kayaumarí (venado azul), quien le canta al Sol para recrear al mundo.
Dentro de su cosmovisión, el cerro El Quemado es el lugar donde nace el Sol y se forma la Tierra. Para ellos este espacio representa las velas o los soportes de la vida, es decir, está vivo. Ahí llevan a cabo los ritos y las ceremonias milenarias.
Cada año, familias completas realizan un peregrinaje de más de 48 kilómetros hacía el Wirikuta, cuyo nombre proviene del verbo huichol "huinma", que significa ungir o tocar.
De esa manera, las deidades ungen a los huicholes que recorren su lomo.
Dirigidos por sus marakames o cantadores, que son el puente entre lo visible e invisible, dejan ofrendas durante su recorrido. La esencia espiritual de este peregrinar es retomar los pasos de la creación, repitiendo rezos de sus antepasados para mantener viva su cultura y el equilibrio de la tierra.
En 2009, distintos medios de comunicación dieron a conocer que la empresa transnacional de origen canadiense First Majestic Silver Corp. había terminado la etapa de exploración de la Sierra de Catorce (San Luis Potosí). Fue así como surgió en asamblea un frente por la defensa del Wirikuta.
"La explotación minera que autorizó el gobierno federal va contra la legislación que prohibe estas actividades en áreas protegidas. Sólo se permite si no altera los flujos hidrológicos, si no modifica el paisaje y garantiza que las sustancias tóxicas o químicas no contaminen los acuíferos, lo cual no existe en México", detalla Carlos Chávez, presidente de la Asociación Jalisciense de Apoyo a los Grupos Indígenas.
Los wixaritari se han manifestado en un profundo rechazo al proyecto. ¿Cómo ponerle precio al lugar donde nació el Sol? Desde el 18 de septiembre de 2010, en Real de Catorce, organizaciones civiles, universitarios y la población en general se han sumado a los huicholes en la defensa de su lugar sagrado. El objetivo es proteger al Wirikuta de la transnadonal canadiense que pretende hacer de la sangre de sus dioses una mina económicamente redituable.
Por ello, exigen la cancelación de las 22 concesiones que otorgó el gobierno federal, debido a que afectarían la ruta sagrada y contaminarían el agua de 16 poblados aledaños, con las consecuencias sabidas: daños al sistema respiratorio e intestinal por el uso del cianuro en el proceso minero.
Día Siete buscó el testimonio de un indígena huichol, heredero y cuidador de las velas o soportes de la vida.
Dentro de su taller artesanal, Andrés Carrillo Bautista, de 52 años, está rodeado de cuadros y esculturas cubiertas de chaquira de colores donde el venado, envuelto por el peyote, alumbra el desierto a través del maíz.
Mientras la madre Tierra respira lento y una estrella fugaz destella con fuerza en el eterno cosmos, el indígena huichol, originario de San Andrés Cuanatal, Jalisco, aspira profundamente y explica a su manera en castellano; "No queremos que nos toquen lugar sagrado, protegemos desde tiempos remotos el cerro El Quemado porque es donde llevamos la ofrenda en agradecimiento a que estamos vivos, estamos alimentados, el agua la estamos bebiendo y el aire respirando. Protegemos lugar sagrado porque el sol nos aluza (ilumina) Tierra Wirikuta El territorio Wixárica es una extensión aproximada de 4 mil kilómetros cuadrados y abarca 140,211 hectáreas de siete municipios. En noviembre de 2009, el Gobierno Federal otorgó 22 concesiones en un terreno de 6,326.58 hectáreas, por donde pasa la peregrinación milenaria Wixaritari y por su lugar sagrado Wirikuta. El costo fue de 3 millones de dólares. El 70 por ciento de esta concesión está en el área natural protegida.

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