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sábado, 7 de enero de 2012

El "judío" en algunas obras de la literatura clásica

El "judío" en algunas obras de la literatura clásica

En varios libros y obras de teatro de la literatura europea clásica, cuando un personaje es judío, el autor cumple escrupulosamente con las siguientes reglas:


a) El personaje judío es un villano
b) El personaje judío es rico
c) Si el judío tiene una hija, esta es bellísima, (y también es huérfana de madre ya que no se menciona que el judío tenga esposa).
d) La doncella judía se enamora de un cristiano y se convierte al cristianismo.


Como ilustración, aquí van los argumentos de algunos libros y obras de teatro en los cuales un judío es un personaje principal:


El judío de Malta por Christopher Marlowe, (1590)
El título de esta obra de teatro se refiere a un judío llamado Barabas, el hombre más rico de Malta. Los turcos invaden la isla y lo despojan de toda su riqueza. Barabas conspira contra el gobernador de Malta que le había robado, y usa la belleza de su hija Abigail para provocar un duelo entre el hijo del gobernador y un amigo del muchacho, a consecuencia del cual ambos mueren. Abigail, al enterarse de la culpabilidad de Barabas, se refugia en un convento. La joven muere, al igual que todas las otras monjas, envenenada por Barabas por haberse convertido al cristianismo.


El mercader de Venecia por William Shakespeare, (escrita entre 1594 y 1597)
Aunque Shylock, un judío usurero, (hoy sería llamado "financista", profesión prestigiosa cuyos practicantes ya no son despreciados como lo eran en la Edad Media), es el personaje principal, el título de la obra se refiere a Antonio, un rico comerciante dueño de barcos, a quien su amigo Bassanio le pide prestado 3,000 ducados que le permitan enamorar a Porcia, una rica heredera. Antonio no tiene liquidez en ese momento y pide a Shylock, a quien en el pasado ha escupido e insultado sólo por ser judío, que le preste el dinero. Shylock acepta y para congraciarse con Antonio le dice que no le cobrará intereses, pero, en un intento de usar humor, le dice que si Antonio no paga, tendrá que darle una libra de su propia carne. Jessica, la hija de Shylock, se fuga con Lorenzo, otro amigo de Antonio, robando las joyas de su padre, y se convierte al cristianismo. Inesperadamente, todas las embarcaciones de Antonio naufragan y él no tiene como pagar la deuda. Shylock, obsesionado por vengarse, exige la libra de carne del cuerpo de Antonio. Porcia, disfrazada de abogado, le dice que puede cobrarse la libra de carne, pero que será condenado a muerte si derrama una sola gota de sangre. Shylock desiste de su demanda, y el duque de Venecia lo castiga quitándole toda su fortuna, (da la mitad a Antonio y la mitad queda para el Estado), y obligándolo a convertirse al cristianismo.


La Perla de Lima, por Jules Verne, (escrita en 1853)
Jules Verne, uno de los autores favoritos de mi juventud, padre de la "ciencia ficción", es el segundo autor más traducido en la historia de la literatura mundial, (la más traducida es Agatha Christie). Hace poco tiempo leí un libro de Verne, del cual no había escuchado previamente, La Perla de Lima, donde descubrí que el autor, aparte de poseer una imaginación extraordinaria, también tenía un prejuicio antisemita. Sarah, la "Perla de Lima", la más bella muchacha en la capital peruana a mediados del Siglo 19, era hija del judío Samuel, "descendiente del Judas que vendió al Señor por treinta piezas de plata", el hombre más rico de Lima, avaro, inescrupuloso, manipulador, un villano que no vacilaba en vender armas a los indios sublevados y a la vez recibía recompensa del gobierno por denunciarlos. La joven, enamorada del noble indio Martín Paz, se convirtió secretamente al cristianismo. El libro termina en tragedia con la muerte de la pareja a manos de los indios sublevados.


Oliver Twist por Charles Dickens, escrito en 1838
Fagin, un personaje, "de aspecto repugnante", jefe de una pandilla de niños ladrones, mencionado en el libro 257 veces como "el judío", a diferencia de los judío de los libros mencionados arriba, no tiene hija, pero igual es un villano, avaro y malvado. Hoy es hoy considerado, después de Shylock, como el prototipo más famoso del judío en la literatura universal. Dickens negó que él fuera antisemita y defendió su descripción del judío Fagin como una realidad histórica de su tiempo. Una amiga judía del autor, Eliza Davis, le escribió una carta en 1863 mencionando la grave injusticia que Dickens había causado a los judíos. Dickens declaró que no había tenido intención de ofender deliberadamente, y que estimaba al pueblo judío. Revisó el libro, y borró la frase "el judío" de los últimos 15 capítulos. En su libro Nuestro mutuo amigo, (escrito en 1865), presentó a Mr. Riah, un judío bueno y generoso.


Como todas las reglas estas también tienen su excepción. En Ivanhoe, novela histórica del Siglo 12 escrita por Sir Walter Scott en el año 1819, el judío Isaac, hombre noble y valiente, es padre de una hermosa hija, Rebeca, que, aunque se enamora de Ivanhoe, un no-judío, no se convierte ni se casa con él

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