A falta de otras pruebas del asesinato de millones de judíos, los exterministas citan con frecuencia palabras que Hitler y otros oficiales nazis habían pronunciado
Citas de Hitler y otros oficiales
A falta de otras pruebas del asesinato de millones de judíos, los exterministas citan con frecuencia palabras que Hitler y otros oficiales nazis habían pronunciado en agresivos discursos ideológicos o de guerra que bien podrían ser vistos o interpretados como claras amenazas de exterminio si no se conoce de antemano el contexto real de los mismos. En el último capítulo del tomo II de Mein Kampf (Mi Lucha), por ejemplo, se lee lo siguiente:
Si al principio de la guerra (la Primera Guerra Mundial) y durante la misma se hubiera expuesto a los gases venenosos a unos 12.000 o 15.000 de estos hebreos perversores del pueblo, tal como soportaron cientos de miles de nuestros mejores trabajadores alemanes de todas las clases y profesiones en el campo de guerra, entonces el sacrificio de millones no hubiera sido en vano
Adolf Hitler, Mein Kampf.
Recordemos que los gases venenosos fueron utilizados como arma química contra civiles y militares alemanes en el campo de batalla, pero Hitler, a pesar de poseer esta arma, no la utilizó contra sus enemigos durante la Batalla de Inglaterra. El contexto en el cual se encuentra esta frase, así como las cifras que maneja, no expresa que Hitler deseaba la ejecución de todos los judíos, sino sólo la liquidación de los cabecillasmarxistas que generalmente eran de origen judío, y que se consideraban desde entonces los causantes de la derrota de Alemania en laPrimera Guerra Mundial (véase la "Dolchstoss-Legende" o "Leyenda del apuñalamiento por la espalda").
También, en casi ningún libro sobre Hitler falta la mención del discurso que pronunciara el dictador el 30 de enero de 1939:
Si el judaísmo financiero internacional, dentro y fuera de Europa, lograra una vez más precipitar los pueblos a una guerra mundial, entonces el resultado no sería la bolchevización del mundo, y con ello, la victoria de la judería, sino la aniquilación de la judería (literalmente: "das Judentum") en Europa.
Con "judería", ¿se refería Hitler a todo el pueblo de la raza judía? ¿o más bien al llamado "judaísmo financiero internacional que habría instalado el bolchevismo en Europa", es decir, un judaísmo político? De hecho no existe ninguna razón para inclinarse por lo primero, aunque todos los que continúan creyendo en el Holocausto así lo hagan.
Aún mucho más comprometedor resulta lo que el Dr. Joseph Goebbels dijera en un artículo para la publicación Das Reich: dijo que los judíos "pagarían con el exterminio de su raza en Europa", "y quizá más allá de Europa". Sin embargo, ni esta cita puede tomarse como una prueba. La declaración de Goebbels fue una reacción en represalia a los duros ataques aéreos e iba dirigida contra la prensa bajo control judío que era, según él, muy responsable del clima propagandístico que posibilitó los bombardeos terroristas. Lo que dijo en Das Reich fue:
En esta guerra los judíos están haciendo su juego más criminal y tendrán que pagar por ello con el exterminio (Ausrottung) de su raza en Europa y quizá incluso más lejos. No se les va a tomar en serio en esta guerra ya que no representan ni los intereses británicos ni los americanos, sino exclusivamente los judíos.
Noticia del 24 de marzo de 1933 sobre el boicot comercial declarado por el Congreso Mundial Judío contra Alemania, poco después de que Adolf Hitler asumiera el poder. Los historiadores generalmente omiten este tipo de información, con el fin de presentar al régimen nazi como el causante de los conflictos.
El Ministro de Propaganda Joseph Goebbels insta a Berlín a iniciar un boicot comercial contra los negocios judíos en abril de 1933, como reacción al boicot comenzado por la comunidad judía en marzo del mismo año. Discursos como este fueron posteriormente aprovechados por la propaganda aliada para apoyar la tesis del exterminio, omitiendo las causas que motivaron los discursos.
Algunos de estos discursos eran parte de una serie de tácticas intimidatorias que tenían el propósito de hacer cumplir una política de emigración masiva de acuerdo a lo estipulado en el programa nacionalsocialista. Puesto que esta emigración era también del interés de los sionistas, quienes consideraban que todos los judíos debían vivir en su patria original y no en territorios extranjeros, hubo una especie de colaboración, generalmente omitida, entre nacionalsocialismo y sionismo por lo que también los sionistas fomentaron la emigración de la mayor cantidad de judíos posible hacia la región de Palestina (Acuerdo Haavara o Acuerdo de transferencia).[21][22]
Aún antes de que Hitler hubiese promulgado su primera ley "antijudía", las organizaciones judías del mundo desencadenaron en marzo de 1933 una campaña de boicot comercial que causó un gran daño económico a Alemania. En abril de 1933, en respuesta a este boicot contra la economía alemana, los funcionarios alemanes tomaron medidas similares e iniciaron un boicot contra los negocios judíos. La intención de los sionistas era de provocar a Hitler para que éste intensificara cada vez más las medidas "antijudías" y así acelerar la emigración de los judíos hacia Palestina.
Otras de estas citas son una respuesta al Plan Kaufman y Plan Morgenthau, ambos judíos, que recomendaban abiertamente la desintegración de Alemania, la esterilización forzada de los alemanes con el objeto de asegurar la desaparición de su raza y su uso como mano de obra esclava[23]. Todo esto antes de que los vencedores de la guerra, junto a historiadores judíos, comenzaran a propugnar la teoría de que los nacionalsocialistas elaboraron un plan de exterminio.
...ciertamente la esterilización del pueblo alemán no puede ser considerada sino como una gran medida sanitaria promovida por la humanidad para inmunizarse contra el virus del Germanismo. La población de Alemania, excluyendo los territorios conquistados y anexados, es de aproximadamente 70 millones, de los cuales aproximadamente la mitad son hombres y la mitad mujeres. Para lograr el propósito de la extinción de los alemanes solo sería necesario esterilizar a 48 millones - una cifra que excluye a varones de mas de 60 años y mujeres de mas de 45, por su limitada capacidad procreativa-.[24]
Theodore N. Kaufman, periodista judío, autor del Plan que lleva su nombre
El plan Kaufman se hizo público en 1941, recibió el apoyo de los líderes de las tres principales potencias aliadas y dio lugar a varios discursos de Goebbels que todavía hoy se exponen como prueba de un presunto exterminio de los judíos. Ese año se imprimió la propaganda alemana que difundía las amenazas de Kaufman respondidas mediante otras amenazas. La táctica utilizada aquí ha sido omitir el discurso de los adversarios de los nazis y presentar sólo las respuestas de éstos últimos como prueba de un supuesto plan.
Todas estas citas pueden ser interpretadas por los inexpertos o por los activistas difusores del Holocausto como una predicción sobre el supuesto destino de los judíos en Europa, que la historia oficial ha manejado como dogma inamovible, pero no hay que olvidar que para el movimiento nacionalsocialista debió imponerse un rígido lenguaje combativo, lo cual siempre había sido típico en el ejército y durante la guerra desde mucho tiempo antes de la aparición del nacionalsocialismo. Palabras como "destruir" o "aniquilar" eran de uso común en la retórica y oratoria, no sólo de los nacionalsocialistas, sino también de los aliados: Existe abundancia de citas extremistas y provocativas análogas de parte de los aliados que no se llegan a exponer en los libros con la misma recurrencia que poseen las citas de los nazis, por ejemplo cuando el día de la declaración de guerra de Gran Bretaña, Winston Churchill dijo que "el objetivo de la guerra es la aniquilación de Alemania". Si se respetan estas cuestiones de neutralidad no se podría interpretar tampoco que Churchill tenía la clara intención de exterminar físicamente a todos los alemanes.
De todo esto se pueden desglosar tres puntos básicos sobre estas citas, a saber:
■Que algunas fueron reacciones a las iniciativas sionistas o a los ataques aliados, como en el caso de Goebbels quien reaccionó furioso ante aquel bombardeo aéreo.
■Que la gente puede llegar a decir cosas extremas durante la guerra y que frases violentas fueron pronunciadas indistintamente por los representantes de ambos bandos del conflicto.
■Que suele ser necesaria una profunda comprensión del contexto histórico y de las circunstancias específicas para poder interpretar el significado exacto de estos comentarios.
Cuando los historiadores exterministas interpretan citas como éstas como pruebas del Holocausto, tropiezan con una contradicción demasiado evidente, pues si se les pregunta porqué no existen documentos donde se haya decretado el supuesto genocidio, ni fosas comunes con víctimas del Holocausto, generalmente contestarán que los alemanes querían ocultar, a toda costa, este crimen ante el mundo, por lo que no se realizaron estos documentos, o bien, los destruyeron, así como también se tuvo la escrupulosa diligencia de eliminar cualquier rastro de todos los cadáveres de sus víctimas, pero esto a pesar de que, también según la historia oficial, los nazis ya antes habrían pregonado con todas aquellas citas, ante el mundo entero y sin ninguna clase de secretos ni ocultamientos, sus claras intenciones de genocidio. (Ver también: Solución Final)
Por este motivo los revisionistas sugieren una explicación mas sencilla: los Aliados encontraron en este intercambio de amenazas entre nacionalsocialistas y grupos judíos, el material y la oportunidad de acusar a Alemania de llevar adelante un genocidio, independientemente de que el mismo haya tenido lugar o no.
Un ejemplo moderno de esta táctica puede verse con claridad en la manipulación de las declaraciones de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, donde Israel planea un ataque que podría justificar posteriormente sobre la frase "Israel será borrado del mapa". Al dejar de lado el marco, el contexto y hacer una traducción conveniente, este tipo de frases se utilizan posteriormente como "prueba" de un supuesto plan.
El Discurso de Posen
Se habla también, más recientemente, del supuesto discurso de Heinrich Himmler en Posen (Poznan), del cual se dispone de una audiograbación de una pequeña parte del mismo donde se oye pronunciar claramente la palabra "Ausrottung" que actualmente se traduce como "exterminio". Sin embargo las investigaciones de los revisionistas (David Irving entre otros) han demostrado que en la época de la Alemania nazi, la palabra también se traducía como "desarraigar" o "erradicar" una plaga o un mal, en este caso refiriéndose por ejemplo a la influencia judía. Existen varios diccionarios impresos en la época que apoyan ese argumento. No obstante es cierto que en la actualidad el término se traduce como exterminar.
Himmler hace alusión en su discurso a que el supuesto exterminio está en el programa del partido nazi y por tanto se lo llevará a cabo: "Está claro, la eliminación (Ausscheltung) de los judíos está en nuestro programa y lo estamos haciendo; el "exterminio" (Ausrottung) es lo que estamos haciendo". La pregunta que deberíamos hacernos para clarificar la cita es: ¿Qué dice el programa?. El programa del partido habla claramente de expulsar del país a los no ciudadanos en caso de que no fuera posible proporcionar sustento a los alemanes[25]. Los 25 puntos del programa podrían entrar fácilmente en una carilla, no tienen ambigüedad alguna y no hacen uso de la palabra "Ausrottung" en su versión en alemán[26]. En el punto 4 del programa, se establece claramente que ningún judío es ciudadano alemán y en el punto 7 afirma que si no fuera posible proporcionar sustento a toda la población, los extranjeros "no ciudadanos" serán expulsados del Reich, que es exactamente lo que ocurría en 1943. Por tanto podría argumentarse que en la cita anterior no es coherente traducir "Ausrottung" como exterminio, porque el programa ni siquiera usa la palabra "Ausrottung".
A menudo se argumenta que esa palabra aplicada a personas siempre significa exterminar pero hay varios discursos nazis donde se utiliza en referencia a los cristianos o desempleados, detalle que no ha sido explicado, por lo cual no deja de ser un tema polémico. Sin embargo al afirmar que el discurso es prueba de un exterminio ordenado por Hitler, caemos en las siguientes suposiciones y especulaciones que mantiene la versión oficial, las cuales todas deberían ser ciertas:
■El discurso realmente se refiere a exterminar a los judíos: tema polémico ya comentado.
■Himmler lo pronunció: el testigo Gottlob Berger dijo que la voz en la grabación no era la de Himmler, pero luego se retractó afirmando que"pudiera ser", por tanto no es seguro, y por algún motivo a los fiscales no les interesó demostrarlo por otros medios. Así que la prueba de que Himmler realmente pronunciara este discurso es muy débil.
■El discurso, tal cual se presentó en el juicio, fue pronunciado en Possen frente a los jerarcas nazis: En este punto el juez Powers, designado por los Aliados y presidente del tribunal senteció que "no hay pruebas de que fuera pronunciado ni en Poznan ni en otro lugar en concreto.". Además Gottlob Berger declaró que la transcripción no coincidía exactamente con lo dicho en Possen, ya que recordaba varios pasajes del discurso: "Esto no figura en la transcripción. Puedo decir con certeza que no se habló del "Ausrottung" de los judíos" Por tanto, ni siquiera un juez designado por los Aliados se atrevió a respaldar esta especulación.
■Himmler transmitía una orden de Hitler: Se trata de otra completa especulación sin base de ningún tipo, ni testigos, ni documentos ni ninguna otra prueba, donde además, el juez Powers describe el discurso como una "actitud personal" de Himmler[27].
Como prueba de que Hitler ordenó el exterminio judío (que contradice a los revisionistas) es realmente pobre, ya que estas suposiciones, una sobre otra, basadas en pocas o ninguna prueba, deberían ser todas ciertas según la historia oficial.
Esta supuesta "prueba" cae también en la misma contradicción antes mencionada, pues según la historia oficial los nazis ocultaron todo y no generaron documentos que los incriminaran, o bien, los destruyeron. Es decir, la cuestión sobre el exterminio de los judíos habría sido un secreto de Estado, por lo que la reunión en Posen habría sido también ultra secreta, resultando inconveniente y poco inteligente audiograbarla.
El texto del presunto discurso de Posen forma parte del documento 1919-PS y ocupa 63 páginas en los volúmenes del IMT.
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