¿Quién mató a los científicos iraníes?
El pasado miércoles Mostafá Ahmadi-Roshan, y su chófer, morían tras explotar una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo
14.01.12 - 18:27 - ENRIQUE VÁZQUEZ | MADRID
Imagen del coche en el que viajaba Mostafá Ahmadi-Roshan tras el atentado./ ApLa televisión iraní dijo esta mañana que el Gobierno tiene pruebas de que los Estados Unidos están detrás de la campaña de asesinatos de científicos vinculados de un modo u otro a su programa atómico. Y entregó una nota al respecto a un diplomático suizo (Suiza representa los intereses norteamericanos en Teherán en ausencia de relaciones diplomáticas).
Hace solo tres días, apenas conocido el asesinato del último de ellos, Mostafá Ahmadi-Roshan, y su chófer, el miércoles, el Gobierno norteamericano condenó el atentado en términos muy severos además de reiterar que nada tiene que ver con las muertes.
Y el olfato de los periodistas al leer comunicados sugería que, en efecto, la CIA no está liquidando a los físicos iraníes por la sencilla razón de que no tiene órdenes de hacerlo. Hay, sin embargo, una fórmula de síntesis que toma hoy cuerpo: no sería la CIA, pero los autores materiales, que son iraníes con seguridad, sí creen que es la CIA porque quienes les reclutaron para la tarea eran norteamericanos y de la Agencia. O así lo creyeron.
El artículo de 'Foreign Policy'
Mark Perry escribe en la última entrega de 'Foreign Policy' que hace dos o tres años hubo un reclutamiento claro por la CIA de elementos de Jundallah ('soldados de Dios') un grupo terrorista iraní de disidentes culturales y religiosos (son sunníes) que viven y tienen cierto sostén social en el suroeste del país, en la provincia baluchí de Sistán.
Son autores de graves atentados con muchas víctimas y han sufrido también severas pérdidas por la acción de las autoridades que han utilizado sus ejecuciones en Zahedan como una trágica prueba de la resolución del régimen. Y, curiosamente, el gobierno siempre ha visto más la mano de los servicios británicos que de los norteamericanos.
Perry, de algún modo, confirmaría esta indicación al escribir que hace mucho tiempo que Washington (no dice que coincidiendo con la llegada de Obama a la Casa Blanca pero podría pensarse con el calendario en la mano) canceló los contactos. Y lo mismo habría hecho, aunque eso no se menciona, con otra organización, los Muyahiddin al-Halk, ideológicamente inclasificable y que tras un periodo muy activo en la clandestinidad hace años que fue neutralizada y sus restos están, bajo completo control, en Iraq, donde el gobierno no sabe bien que hacer con ellos.
Pero queda otra comunidad en la que reclutar iraníes políticamente motivados contra el régimen e idóneos, por su completa identidad cultural, los que viven exiliados en los Estados Unidos. El artículo menciona solo la comunidad de americanos musulmanes… que habría sido trabajada al respecto no por la CIA… sino por el Mossad, la Inteligencia israelí, que se habría entregado, pues, a tareas de reclutamiento haciendo pasar a sus agentes (culturalmente norteamericanos y con pasaportes USA) por agentes de la CIA.
La reacción de Israel
Se cita un informe sobre el particular distribuido en su día en las alturas que habría enfurecido a la Casa Blanca de George Bush. Y este aspecto, de imposible verificación, una operación de reclutamiento que pondría en peligro vidas norteamericanas por cuenta de un gobierno extranjero amigo que actúa clandestinamente es lo que cuenta a día de hoy como embrión de una tempestad diplomática.
Aunque estos asuntos de inteligencia nunca son comentados por los gobiernos, y el de Israel es modélico en presumir de la eficacia del Mossad sin obtener jamás un comentario de operaciones formalmente no existentes, ha dejado caer ahora que las alegaciones son “un sinsentido y que de ser ciertas, Meir Dagan habría sido declarado “persona non grata en los Estados Unidos”.
El asunto, con toda probabilidad, morirá apenas nacido, pero si hay un cierto consenso internacional sobre la iniciativa israelí con autoría material de elementos locales, el artículo y sus revelaciones, algunas sobre hechos bastante antiguos, añaden un punto de crispación en ciertos medios de Washington respecto a Israel. La opción norteamericana por las sanciones económicas y comerciales a Irán y el correspondiente rechazo a la opción militar (que, por cierto, Dagan comparte y tiene un eventual bombardeo por la idiotez más grande que ha oído en mucho tiempo) se compadece mal con una campaña de asesinatos.
Por eso sonó verídica la condena norteamericana del miércoles…
No hay comentarios:
Publicar un comentario