a). Los severos daños ocasionados en la agricultura por fenómenos climatológicos, como las lluvias del año 2010 en estados del sur sureste y del sur y las heladas
en el norte y noroeste de este año 2011, la sequia en varias partes del país, han ocasionado la muerte de animales y seres humanos. Y que hasta la fecha no han
sido atendidas con la seriedad que se merece: solamente paliativos a pequeños productores campesinos e indígenas y atención extrema a grandes productores
exportadores.
b). El creciente costo internacional de los productos agrícolas, cuyas cotizaciones de las materias primas se mantendrán altas en el corto plazo, según afirma la
FAO y el Banco Mundial; siendo que en el último año la cotización internacional promedio de los alimentos, aumentó 60% solo en el maíz, y de los otros productos
el incremento es de alrededor del 40%, de acuerdo con el índice elaborado por el FMI. Las causas de este aumento de los precios son: el cambio climático que
redujo las cosechas de Rusia y Australia, entre otros países; el uso creciente de maíz para producir etanol (EE.UU. destina 100 de las 300 millones de toneladas
de maíz para producir etanol); la ampliación de la demanda de maíz para producir otros productos industriales y plásticos; la modificación de los patrones alimentarios
en China, India, Egipto y otros países, que incrementaron la demanda para contener sus problemas sociales; el aumento de la población y también la
especulación financiera en los mercados bursátiles.
c). El Banco Mundial considera que el espectro de una nueva crisis alimentaria, más grave que la del 2008, se avecina en este año, 2012, y que uno de los países
que pueden ser mas afectados es México, se afirma que 44 millones de personas del país han caído en la pobreza, según notas del IPS, y en los últimos meses,
solo en los años de gobierno panista se han incrementado el 86% los precios en los comestibles, lo cual repercute en la economía de la sociedad.
d). El gobierno mexicano invirtió 25 mil millones de dólares en 2010 para adquirir alimentos del extranjero, principalmente de EUA y una cantidad semejante,
270mil millones de pesos, en el presupuesto destinado al Programa Especial Concurrente para el Campo Mexicano; es decir gasta lo mismo para comprar en el
extranjero que para apoyar la producción en el país, esta es una política equivocada. Del presupuesto, solo se destina una pequeña parte para paliar la suerte de
los pequeños y medianos productores.
e). Las políticas publicas solo han servido para aumentar dramáticamente la dependencia alimentaria de México, ya que de cada cien gramos de alimentos que
consumimos el 42% proviene del extranjero; las importaciones de maíz pasaron de 253 mil toneladas en 1993, a 10.7 millones de toneladas en 2010. Actualmente
importamos el 95% del frijol de soya que consumimos, el 80% del arroz, el 46% del trigo, el 33% del frijol y el 40% de la carne de res y cerdo.
Esto nos muestra que el TLCAN en materia agropecuaria ha sido un fracaso para México y para la mayoría de sus productores rurales.
f). Según los datos estadísticos oficiales de los 18 millones de mexicanos que padecen pobreza por hambre, el 70% vive en el campo, es decir, donde se producen
los alimentos existen la mayoría de los hambrientos. Esto solo refleja el fracaso de las políticas agropecuarias seguidas en los últimos 20 años y el abandono
de los campesinos, indígenas y de los pequeños y medianos productores rurales.
g). Los MEXICANOS debemos enfocar nuestros esfuerzos en cambiar el actual modelo de desarrollo y en especial el modelo agroalimentario del país. Debemos
impedir que solo las corporaciones agroalimentarias sean las únicas beneficiarias, ganan cuando crece nuestra economía agrícola y ganan cuando tenemos
crisis, como la actual. Apoyando la pequeña y mediana producción campesina se podrá rescatar a México de la hambruna que se avecina.
POR LO QUE ES GRAVE ES EL ANUNCIO DE LA SAGARPA DE CONVENIR CON EMPRESAS TRANSNACIONALES PARA LA PRODUCCION DE ALIMENTOS,
SOMETIENDO EL FUTURO DE LOS MEXICANOS AL SUICIDIO PERMANENTE. POLITICA INACEPTABLE.
Es por todo esto que hemos decidido discutir y analizar las políticas publicas y el que hacer, y poner en primer lugar la salvación de nuestro país para enfrentar
la crisis agroalimentaria con producción nacional, como lo señala la Ley, poner en el centro la confianza en nuestros productores nacionales, de los ejidos, las
comunidades, de las pequeñas y medianas propiedades familiares y manifestarnos juntos, ante los distintos poderes públicos de gobierno, para buscar alternativas
de solución. A CONTINUACION PRESENTAMOS EL PROGRAMA DE TRABAJO.
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