Una respuesta necesaria
Al artículo “El sin sentido de nuestros hermanos de fe. El invento de las terminologías en el Islam y el gusto por el poder”
27/12/2012 - Autor: Mariano Pi - Fuente: Envío público a Webislam
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
Querido hermano: sus humildes letras recayeron sobre mí y sin temor a equivocarme, me animo a decir, con distintos matices y reacciones, sobre todos los lectores de Webislam.
Sin ánimo de polemizar vanamente, me gustaría compartir con Ud y con quienes puedan sentirse representados por sus palabras, la opinión de otro creyente, en este caso adherente a la escuela shiíta, y muy respetuoso de las demás escuelas islámicas.
Por una cuestión de estilo me gustaría corregirlo en algo: Ud se considera musulmán a secas, rechazando “terminologías” tales como “sunnita” y “shiíta“, dejando una sensación de sana equidistancia, sin embargo, al comenzar su artículo dice:
“no quiero crear hostilidad ni mucho menos menospreciar a las personas
shiítas. Lo único que quiero es aclarar cuál es el propósito de los musulmanes seguidores de Alí, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él…”
Tras esta presentación, alude a las disputas generadas en torno a la sucesión del Profeta (PBD) y las relaciona a una serie de conflictos que hoy conmocionan al mundo árabe, clasificándolos como parte de un supuesto enfrentmiento sunni-shií; y teniendo en cuenta que Ud se propone aclarar cuales son los “propósitos” de los seguidores del Imam Alí (P) “sin crear hostilidad ni menospreciarnos”, no me queda otra que pensar que Ud está convencido de que los shiítas impulsamos una lucha sectaria desde hace más de 1300 años en el seno de la comunidad islámica mundial.
Como soy argentino y no árabe (aunque esté relativamente informado), y al mismo tiempo no considero que los conflictos actuales que menciona tengan una naturaleza sectaria ni religiosa, no queda más que pensar que Ud se ha hecho un embrollo que, si Dios nos permite, podremos juntos desenredar.
Empecemos por lo más sencillo: Ni en Egipto, ni en Libia, los shiíes fueron parte protagónica del conflicto, y en Siria, “el bando shií” está integrado en un proyecto político frentista laico, no religioso. La incitación al conflicto sectario en esos tres lugares ha partido de sectores minoritarios autodenominados de lo que Ud llama “bando sunní” que tendrán peso regional, pero que tampoco representan necesariamente a la mayoría de los hermanos sunníes de medio oriente y mucho menos del mundo (ni siquiera en esos países que Ud nombra). Es curioso, porque existen otros lugares en los que el shiísmo sí tiene expresiones políticas y religiosas de mayor relevancia pero que Ud no nombra, como Irak, Líbano, Bahrein, Pakistán, Afganistán, Arabia Saudí, etc, donde los shiítas son encarcelados o asesinados diariamente en crueles atentados por testimoniar su fe y compromiso con el Islam, sin que veamos que ocurra lo inverso.
Ud hermano tiene en el terreno político una visión ciertamente errada, que no da cuenta de lo que ocurre en el terreno y quizás sea influenciada por la propaganda insidiosa de quienes ocultan los hechos tras sloganes facilistas y reaccionarios, de esto conocemos los musulmanes, pues la entidad sionista opera del mismo modo. Y ojo, no es un alegato “partidista” pues me remito exclusivamente a los datos de la realidad y la información divulgada públicamente por todos los interesados en el tema.
Por otra parte Ud sabrá que en política, las cosas no son blanco o negro, y que suelen jugar intereses que pocas veces se cruzan con la verdad y la justicia.
En segundo lugar, Ud dice: “Sigo la sunna de Muhammad, pero con ello no me convierte en sunnita sino más bien soy “muslím”. Creo que Alí debería haber sido el primer califa, pero eso no me convierte en shiíta. El que Alí sea o no el primer califa, eso no provoca en mí la conversión o el modelar una religión, en este caso el Islam.”
Hermano, a ningun musulmán lo hace sunní seguir la sunna de Muhammad (PBD) así como reconocer el derecho de Ali (P) al califato no lo convierte a uno en shií. Sin embargo la sunna del Profeta (PBD) nos fue transmitida por diversas fuentes y maneras, así como diversas fueron las interpretaciones de la misma y el texto sagrado en la historia del Islam. Debe saber que esta diversidad esta amparada y explicada en la tradición islámica misma, que convoca al espíritu humano a elevarse y retornar a la unidad fundamental. De allí que cada escuela con mayor o menor éxito se esfuerce por expresar la excelencia en ese camino.
Cada uno de nosotros puede ser más o menos afín a cada una de ellas, pero de ninguna manera podemos prescindir de las mismas, pues sin ellas no habría Islam. Mediante ellas se vehiculiza la transmisión de la tradición y gracias a ellas es que podemos decir “seguimos la sunna del Profeta (PBD)”. Dios altísimo explica en el Sagrado Corán por qué las comunidades de creyentes anteriores al Islam se dividieron tras habérseles presentado un mensaje y pruebas claras, alertándonos sobre este peligro. Ante el accionar divisionista y disolvente del enemigo y las sectas desviadas e irracionales, no nos queda otra que tendernos la mano y buscar los puntos de unidad, dejar de lado los prejuicios y zambullirnos en la riqueza contenida (y muchas veces retaceada) por nuestras escuelas.
Quizás a muchos hermanos nos suene ciertamente arrogante la descalificación del titánico esfuerzo realizado por generaciones y generaciones de sabios veraces y piadosos que a lo largo de los siglos depositan en nuestras manos y corazones las pruebas del mensaje. Y aquí sunníes y shiíes estamos ciertamente unidos en su reconocimiento. Tenga cuidado querido hermano, cuyas buenas intenciones no pongo en duda, de caer en la trampa del relativismo modernista y su promoción de una espiritualidad “a la carta”, a gusto y placer del buen consumidor. No se puede acceder al manantial de nuestra tradición con ojos de periodista.
En tercer lugar Ud dice: “En Allah me basto, pero creo que la disputa que se ha creado tras la muerte del profeta
Muhammad (paz y bendiciones de Dios sean con él), ante la sucesión al cargo de califa
debería quedarse en aquellos tiempos. Cavilo que es más bien un tema político aunque el Islam engloba tanto el ámbito político como el social, además del religioso.”
Ud cree que la cuestión de la sucesión es una cuestión meramente política y que sunníes y shiíes polemizamos respecto de “preferencias de gestión” entre Abu Bakr o el Imam Ali (P). Quienes así piensan es porque no se han esforzado por conocer siquiera los principios de la escuela de Ahlul Bait (P). Los musulmanes que adherimos a dicha escuela, consideramos que el imamato es una institución establecida por la infinita misericordia de Dios, de la cual el califato es solo su dimensión político-jurídica, ¿o acaso el liderazgo del Sello de los Profetas (PBD) se circunscribía a la comunicación de los versículos revelados y a la administración del estado?
Excluyendo esta naturaleza puramente tradicional del imamato en vigencia hasta el fin de los tiempos -para nosotros explícitamente establecido por el Profeta Muhammad (PBD)- no encontramos razones de mayor importancia en la discusión respecto de la sucesión y buen gobierno de la comunidad islámica.
Pero a pesar de que muchos hermanos que no conocen el pensamiento de la escuela shiíta restrinjan las cosas a un debate puramente político y administrativo (quizás porque ellos consideren la función del liderazgo en esos términos), podemos convivir con ello; y a pesar de que consideramos al imamato como uno de los principios básicos del Islam, no masacramos hermanos musulmanes por el solo hecho de adherir a otras escuelas. Es más, promovemos la unidad de la Umma, el debate sereno y productivo, y el acercamiento y respeto entre las distintas escuelas.
Atestiguo que no hay divinidad excepto Allah; y que Muhammad (PBD) es su Mensajero.
Y no hay poder sino en Él.
Mariano Pi
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