Carta del prisionero Samer Al-Issawi, proveniente del Ministerio de los Prisioneros:
Me
dirijo con admiración a las masas de nuestro heroico pueblo palestino, a
nuestra dirigencia palestina, a todas las fuerzas, partidos e
instituciones nacionales. Los saludo por permanecer en nuestra lucha en
defensa de nuestro derecho a la libertad y la dignidad.
Extraigo
mi fuerza de mi pueblo, de toda la gente libre del mundo, de los amigos y
familiares de los prisioneros que continúan día y noche cantando por la
libertad y el fin de la ocupación.
Mi salud se ha deteriorado
dramáticamente y estoy suspendido entre la vida y la muerte. Mi débil
corazón está colapsando pero aún soy capaz de tener paciencia y
continuar la lucha. Mi mensaje es que continuaré hasta el final, hasta
la última gota de agua de mi cuerpo, hasta el martirio. El martirio es
un honor para mí en esta batalla. Mi martirio es mi bomba restante, en
la confrontación con los tiranos y los carceleros, en la cara de la
política racista de la ocupación que humilla a nuestro pueblo y utiliza
contra nosotros todos los medios de opresión y represión.
Digo a
mi pueblo: Soy más fuerte que el ejército de ocupación y sus leyes
racistas. Yo, Samer Al-Issawi, hijo de Jerusalén, envío a ustedes mi
última voluntad, que en caso de caer mártir, llevarán mi alma como un
grito por todos los prisioneros, hombres y mujeres, un grito por la
libertad, la emancipación y la salvación de la pesadilla de las
prisiones y su dura oscuridad.
Mi batalla no es sólo por la
libertad individual. La batalla librada por mí y mis heroicos
compañeros, Tareq, Ayman y Jaafar, es la batalla de todos, la batalla
del pueblo palestino contra la ocupación y sus prisiones. Nuestro
objetivo es ser libres y soberanos en nuestro estado liberado y en
nuestra bendita Jerusalén.
Los débiles y esforzados latidos de mi
corazón derivan su tenacidad de ustedes, el gran pueblo. Mis ojos, que
empezaron a perder la visión, reciben la luz de su solidaridad y su
apoyo. Mi débil voz toma su fuerza de su voz que es más fuerte que la
del guardián y más alta que los muros.
Soy uno de sus hijos,
entre miles de hijos suyos que están prisioneros, todavía languideciendo
firmemente en las prisiones, esperando por fin despertar de su
pesadilla, sus dolores y el sufrimiento de sus familias.
Los
médicos me dijeron que quedé expuesto a un accidente cerebrovascular a
causa de mi disritmia cardíaca, la escasez de azúcar y la baja presión.
Mi cuerpo está lleno de frío y no puedo dormir por el continuo dolor.
Pero a pesar de la extrema fatiga y los crónicos dolores de cabeza, como
me muevo en mi silla [de ruedas], estoy tratando de convocar todos mis
recursos para continuar el camino hasta el final. No hay vuelta atrás,
sólo con mi victoria, porque soy dueño de derechos y mi detención es
inválida e ilegal.
No tengo miedo por mi corazón si se detuviera,
no tengo miedo por mis manos si se paralizaran. Todavía estoy vivo
ahora y mañana y después de la muerte, porque Jerusalén se mueve en mi
sangre, en mi devoción y mi fe.
Palestina 16 de febrero del 2013
Esta
carta se publicó (en árabe) el 16 de febrero en la página Shirin Issawi
en Facebook. Traducida al Inglés y hebreo por Free Haifa. Por favor,
comparta y actúe en todas partes para salvar a Samer Issawi y a todas
las personas que fueron encarceladas por luchar por la libertad.
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