Búsqueda de los
normalistas en México revela historias de muertes ocultas
Publicado: 13 dic
2014 14:44 GMT | Última actualización: 13 dic 2014 14:44 GMT
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REUTERS/Henry Romero
Los 43 estudiantes de
Iguala no fueron los primeros en desaparecer en México, pero su caso ha
desatado una avalancha de nuevas acusaciones. El suceso ha permitido revelar
otras historias dolorosas y muertes ocultas.
Todo sobre este tema
Según 'The
Washington Post', antes de la desaparición de
los normalistas en el estado de Guerrero, mucha gente había tenido demasiado miedo a la Policía para
denunciar las desapariciones. El mes pasado, tan solo siete padres
asistieron a la primera reunión en el sótano de una iglesia católica mexicana
donde se reúnen los familiares de los desaparecidos.
Pero a medida que creció el escándalo nacional sobre los estudiantes, el
tamaño de las brutalidades se hizo más evidente. Decenas y luego cientos de
personas empezaron a ir a las reuniones en la iglesia de San Gerardo, que se ha
convertido en el lugar de encuentro de un movimiento ciudadano que recorre
colinas y campos en busca de los restos de los estudiantes.
Todas las autoridades participaban, por eso nadie pudo venir a denunciar los crímenes
"Vivo pensando todo el tiempo: cuando estoy comiendo, me
pregunto si mi hijo está comiendo. (…) No sé si está sufriendo, si tiene
hambre. Me imagino muchas cosas", dijo Guillermina Sotelo Castañeda, cuyo
hijo, César, desapareció en agosto del 2012.
Con poca fe en su Gobierno, padres, voluntarios y trabajadores de derechos humanos han tomado la iniciativa para catalogar los crímenes. Más de 400 personas del estado de Guerrero han venido a dar testimonio sobre sus familiares desaparecidos.
"Todas las autoridades participaban, por eso nadie pudo venir a denunciar los crímenes", aseguró Miguel Ángel Jiménez, coordinador de un grupo que trabaja en la iglesia. Según sus palabras, muchos más todavía tienen demasiado miedo como para denunciar.
Con poca fe en su Gobierno, padres, voluntarios y trabajadores de derechos humanos han tomado la iniciativa para catalogar los crímenes. Más de 400 personas del estado de Guerrero han venido a dar testimonio sobre sus familiares desaparecidos.
"Todas las autoridades participaban, por eso nadie pudo venir a denunciar los crímenes", aseguró Miguel Ángel Jiménez, coordinador de un grupo que trabaja en la iglesia. Según sus palabras, muchos más todavía tienen demasiado miedo como para denunciar.
RT.
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