Ciertamente los creyentes son hermanos
El verdadero musulmán desea que el bien que le ha tocado se extienda para todos sus hermanos y hermanas en la Fe
02/08/2016 - Autor: Sheij Salim Delgado Dasum - Fuente: Cciar
Las gracias son para Allah, Señor del Universo, aquel que hizo de los musulmanes hermanos unos con otros, y Quien prohibió que exista entre ellos enemistad, envidia y sectarismo. Testifico que no hay deidad merecedora de ser adorada excepto Allah, el Altísimo, el Rey verdadero y Absoluto; y testifico que Muhammad es Su siervo y último mensajero. Que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, su familia y nobles compañeros, así como aquellos que les siguieron en el bien, hasta el Día del Juicio Final.
Prosiguiendo:
Queridos hermanos en el Islam, queridos siervos de Allah, sepan que los musulmanes en verdad son hermanos en la Fe, son hermanos de Religión, puesto que así los ha llamado su Señor en el Libro, y así lo ha decretado: "Ciertamente los creyentes son hermanos" (49:10). Y en palabras de su Mensajero cuando nos ordenó y dijo: “Sed siervos de Allah, hermanos unos con otros”. Siendo el significado de esto, lo que en otro hadiz lo expuso diciendo: “Ninguno de vosotros completa su Fe sino hasta que desee para su hermano lo que desea para sí mismo” (Recopilado por Bujari y Muslim). Y en otra narración, de Abduláh bin Arm bin Al-Ás, se dijo: “Quien anhele ser retirado del Fuego e introducido en el Jardín, que muera siendo creyente en Allah y en el Último día, y que ofrezca a la gente lo que él espera de ellos”. Estos dichos del Mensajero de Allah -que la paz y las bendiciones de Allah sean con él- nos indican claramente que al verdadero creyente le alegra lo que le hace feliz a su hermano y que le entristece lo que a éste le apena. El musulmán desea para su hermano lo que desea para sí mismo. Ésta es una característica presente en el creyente que está libre de un corazón envidioso o que guarda rencor... puesto que el envidioso detesta que alguien le sobrepase en bendiciones, dádivas y gracias, o encontrar a alguien en sus mismas buenas condiciones. El envidioso quiere ser el único que disfrutas de las bondades y gracias divinas, sin embargo, la Fe se trata de otra cosa. El verdadero musulmán desea que el bien que le ha tocado se extienda para todos sus hermanos y hermanas en la Fe. No se llena de soberbia por lo que tiene, ya que reconoce que son bendiciones y dádivas de Allah. Allah elogia a estas personas en Su Libro: "Ésa es la Otra vida que la daremos a quienes no se llenan de soberbia en la Tierra ni tampoco la corrompen, y en verdad que el buen fin es para la gente piadosa" (28:83).
Y en otro pasaje del Sagrado Corán leemos el ejemplo a seguir de los compañeros del Profeta Muhammad-que la paz y las bendiciones de Allah sean con él-: "Y aquellos que llegaron después decían: ¡Señor nuestro! Perdona nuestros pecados y de quienes nos precedieron en la Fe y no permitas que albergue rencor en nuestros corazones respecto a nuestros hermanos, ciertamente que Tú eres compasivo, misericordioso" (59:10). Por eso es que de entre las características más notorias de los creyentes es que sus corazones están puros y no guardan malos sentimientos en relación a sus hermanos musulmanes. No dicen nada que los hiera y saben perdonar y pasar por alto sus errores, más aun, ellos están presentes en las súplicas que estos otros realizan.
Estas características están más asentadas aun en lo que respecta a los primeros hombres del Islam: los célebres compañeros del Profeta -que la paz sea con él y que Allah se complazca de ellos. Los creyentes guardan una altísima estima y respeto por ellos, siendo que fueron discípulos directos del Último Mensajero de Allah -la Paz sea con él-. Nuestro Señor Altísimo habla en referencia a ellos en varios pasajes de Su Libro, entre ellos: "Y los primeros emigrantes (por la Causa de Allah) y de quienes brindaron ayuda a éstos (los medinenses), así como de aquellos que les siguieron (en ejemplo) en el bien, en verdad que Allah está complacido con ellos y ellos lo estarán de Él. (Allah) les ha preparado jardines bajo los cuales corren los ríos y ahí permanecerán para siempre. Ése es el grandioso triunfo" (9:100). Y en otro versículo los describe diciendo: "...eran misericordiosos entre ellos..." (48:29). Además, el profeta Muhammad -la Paz sea con él- dijo: “No insulten a mis compañeros. Juro por Aquel en cuya Mano está mi alma (Allah) que si alguno de ustedes gastara una montaña como la de Ojod en oro, no llegará (a obtener la recompensa) de lo que ellos han gastado con un solo puñado, ni siquiera de medio puñado” (Narrado por Bujari y Muslim).
Siervos de Allah: el creyente debe desear a su hermano tanto bien como él lo desea para símismo, y procurar que el mal no le toque. Si ve que un hermano tiene un defecto, debe tratarde ayudarlo y no hablar mal de él, ni hacerle quedar mal ante los demás. Eso es prohibido y condenable. Hablar mal de un hermano musulmán a sus espaldas es una falta gravísima que Allah condena seriamente en Su Libro: "...y no habléis mal de otros cuando no estén presentes; ¿Acaso os gustaría comer la carne de vuestro hermano muerto? Os causaría horror; entonces temed a Allah..." (49:12). Y de similar manera la calumnia es aborrecida y condenada, puesto que Allah Sublime dice: "No obedezcas a ningún vil jurador; difamador,que extiende calumnias..." (68:10,11), y el Mensajero -la Paz sea con él- advirtió severamente esa actitud y dijo: “No entrará al Paraíso el calumniador”. (Narrado por Muslim). Entonces, si al musulmán no le gusta que hablen mal de él, ¿cómo puede él hablar mal de su hermano? Y si al creyente no le gusta que le insulten, ¿cómo él puede insultar a su hermano? Y si no le gusta que le estafen, ¿cómo él puede estafar a su hermano? Y si no le gusta que se le trate injustamente, ¿cómo puede cometer una injusticia con su prójimo? El Profeta Muhammad -la Paz sea con él- nos dejó una gran exhortación cuando dijo: “No se envidien unos a otros, ni estafen en las subastas, ni tampoco se odien unos a otros, nise corten la palabra, si hagan una contra-oferta a la compra de su hermano, ni pidan la mano de quien su hermano ya pidió. Sean verdaderos hermanos; ¡oh siervos de Allah! El musulmán es hermano del musulmán. No le trata injustamente, no e abandona ni le desprecia. Es suficiente maldad para un hombre el que desprecie a su hermano musulmán. El musulmán es sagrado para otro: su sangre, su honor y su riqueza” (narrado por Muslim).
Rogamos a Allah Sublime y glorificado sea que nos otorgue estas buenas características de bondad y amor sincero para con todos nuestros hermanos en la fe. Ciertamente Él responde las plegarias y está cerca de Sus siervos creyentes.
viernes 24 de Shawwal de 1437 de la Hégira acorde al 29 de julio de 2016
Jutba pronunciada por el Sheij Salim Delgado Dasum
Mezquita del Centro Cultural Islámico" Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas" Rey Fahd en Argentina
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