Cuatro razones por las que el atentado de Afganistán debe importarte
90 muertos son la prueba del grave deterioro de la seguridad. Todo cuando EEUU baraja enviar entre 3.000 y 5.000 soldados y la OTAN acordó en su última cumbre reforzar la misión en Afganistán
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Al menos 90 muertos y 463 heridos son la prueba en carne y hueso del grave deterioro de la seguridad que padece Afganistán desde hace meses. El atentado con camión bomba que este miércoles golpeó la zona diplomática de Kabul, cerca de la Embajada de Alemania, que canceló las deportaciones de migrantes afganos, es uno de los más sangrientos en años. Los talibán, el grupo insurgente más poderoso del país, niegan rotundamente su responsabilidad en el brutal ataque, que ha vuelto a poner el foco sobre una guerra que dura ya 16 años. La inteligencia afgana acusa a la red Haqqani, ligada a los talibán, y a la Agencia de Espionaje de Pakistán. Todo cuando EEUU baraja enviar un refuerzo de entre 3.000 y 5.000 efectivos y la OTAN acordó en su última cumbre reforzar la misión de asistencia al Ejército afgano.
¿Por qué el ataque es significativo?
Por su brutalidad y por el lugar, pero también por el momento elegido. Un pequeño camión del servicio de alcantarillado cargado de explosivos fue detonado en una zona de gran concurrencia de tráfico y en plena hora punta de entrada a las oficinas de la zona diplomática. El ataque llega pocos días después del comienzo del Ramadán, cuyas celebraciones intentó reventar el Estado Islámico este martes en Bagdad con un doble atentado que dejó 22 muertos y 100 heridos. El mensaje es claro: la situación en Afganistán es hoy peor que nunca, incluso que antes de la intervención estadounidense de 2001.
Hasta 20 de los 98 grupos catalogados por EEUU como terroristas y que operan a nivel global tienen presencia en la región Af-PakEl lugar de la explosión -próximo a muchas embajadas- habría sido elegido con la intención de matar a trabajadores de las misiones diplomáticas y debilitar la determinación internacional de mantener su compromiso con Afganistán. Semejante explosión en una zona con tales medidas de seguridad evidencia también la capacidad de los terroristas de construir un artefacto explosivo con tanta potencia que incluso un enorme despliegue de seguridad deja de ser efectivo. También se baraja la posibilidad de que los talibán se estén infiltrando en las fuerzas de seguridad.
El grado de la explosión -la mayor vista en años- también transmite la impresión de que la guerra se está perdiendo y de que nadie, ni siquiera en la 'fortaleza' de Kabul, está a salvo. El atentado llega cuando Washington está considerando enviar entre 3.000 y 5.000 tropas de refuerzo para ayudar en una guerra que el presidente afgano, Ashraf Ghani, define como una cuestión de seguridad global. “Dado lo que Osama (bin Laden) pudo hacer él solo, me gustaría que el contribuyente americano imaginase qué sucedería si un tercio, la mitad o, Dios no lo quiera, todo Afganistán se convirtiese en un foco del terrorismo global. La amenaza, visto cómo operan actualmente, sería mucho más notable”, afirmó este mes durante una entrevista con la revista 'Time'.
¿Cuál es la situación actual en la guerra?
Durante los últimos seis meses, la seguridad ha empeorado en numerosas áreas del país. Una consecuencia lógica de la conyuntura actual, en la que la insurgencia y los grupos terroristas han ido ganado terreno paulatinamente desde que la OTAN puso fin a su misión de combate a finales de 2014. Los talibán han avanzado en Kunduz (Norte) y en la provincia de Helmand (Sur), y su influencia se ha extendido por gran parte del país. Controlan más territorio que nunca desde el año 2001. El ISIS es más fuerte en el Este y recientemente se ha convertido en objetivo de una ofensiva sostenida de las fuerzas afganas y estadounidenses.
Las zonas bajo control del Gobierno -o en las que éste tiene influencia- suponen solo el 60% de los distritos a nivel nacional. Alrededor de 13.000 efectivos de la OTAN permanecen desplegados en el país, entre ellos 8.400 militares estadounidenses, que operan bajo la misión 'Resolute Support' (Apoyo Decidido) para entrenar y asesorar a las fuerzas de seguridad afganas, que siguen necesitando ayuda internacional para contener a la insurgencia en el norte. Los líderes de la Alianza acordaron el 25 de mayo en la cumbre de Bruselas reforzar la misión de asistencia, para lo cual varios países propusieron nuevas aportaciones de tropas que se decidirán “en los próximos meses”.
¿Quién es más peligroso: los talibán o el ISIS?
Hasta 20 de los 98 grupos catalogados por Washington como terroristas que operan a nivel global tienen presencia en la región Af-Pak. “Es la mayor concentración de grupos terroristas en todo el mundo”, explicaba ante el Senado el general John Nicholson, comandante en jefe de las tropas de la OTAN y EEUU, el pasado mes de febrero.
El ISIS cuenta con cientos de militantes en Afganistán, una cifra que asciende a unos pocos miles si sumamos a simpatizantes. Los talibán, que en ciertas áreas combaten contra el Estado Islámico para impedir que se establezca, cuentan con un número significativamente mayor de combatientes y representan la principal amenaza para el débil Gobierno afgano. Son más, están mejor organizados, más arraigados en la sociedad y mantienen una estructura política fuerte, lo que les garantiza una mayor influencia en el país.
El Estado Islámico busca nuevas alternativas para su supervivencia
ETHEL BONET. BEIRUT
¿Podría ser la región de AF-PAk una alternativa para la supervivencia del ISIS ante las inminentes derrotas en Siria e Irak? El éxito de su expansión dependerá de muchos factores
Sin embargo, el Estado Islámico fue el objetivo de la “madre de todas las bombas” que EEUU lanzó a mediados de abril contra un “complejo de túneles” del grupo. Donald Trump ordenó utilizar por primera vez la GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast Bomb (MOAB), el arma no nuclear más poderosa del arsenal de Washington, en la provincia de Nangarhar, en el Este de Afganistán y cerca de la frontera con Pakistán, una remota región que el ISIS utiliza como cabeza de puente para ampliar su presencia en la que denomina “Wilayat (provincia) Khorasan”, y que comprende Pakistán, Afganistán, India y Bangladesh.
La estructura de la rama del ISIS en el 'Khorasan' se gestó en la conflictiva provincia paquistaní de Peshawar, donde el Estado Islámico obtuvo el respaldo de grupos insurgentes y talibanes de las áreas tribales (FATA). Desde allí, los yihadistas avanzaron hacia la provincia afgana de Nangarhar, al este de Kabul.
¿Más tropas supondrán un punto de inflexión?
Nada apunta a que el refuerzo de tropas que baraja la OTAN vaya a suponer un gran cambio sobre el terreno en el corto plazo. En 2009 y 2010, el momento de mayor despliegue internacional, había alrededor de 130.000 efectivos de la Alianza desplegados en Afganistán. Se lograron avances en múltiples zonas del país, pero las fuerzas de seguridad afganas fueron incapaces de mantener la estabilidad.
La confirmación del envío de refuerzos debía haberse producido la semana pasada. El retraso sugiere que no hay acuerdo sobre cuántos efectivos debe aportar cada país y el propósito del despliegue, cuyo objetivo oficial sería entrenar a las fuerzas afganas y apuntalar su capacidad de combate.
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