Yemen: entre la matanza de soldados y la entrega de prisioneros
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Una de cal y otra de arena. El grupo rebelde chií de los hutíes ha ejecutado dos actos contradictorios que podrían acercar las negociaciones para el fin de un conflicto que camina hacia los cinco años de hostilidades. La organización ha reivindicado una operación militar en la frontera saudí que se habría saldado con 500 soldados saudíes fallecidos, otros 2.000 capturados y decenas de vehículos blindados y armamento destruidos o confiscados. Un golpe militar que ayer estuvo acompañado de la liberación unilateral de al menos 290 prisioneros rivales, entre ellos, tres saudíes.
"La operación Victoria de Dios es la mayor campaña militar llevada a cabo desde que empezara la brutal agresión", declaró el portavoz hutí Mohamed Abdelsalam en referencia a los ataques aéreos lanzados sobre Yemen por la coalición árabe que lidera Arabia Saudí desde marzo de 2015. "El enemigo sufrió serias pérdidas y amplias franjas de territorio han sido liberadas en apenas unos días", precisó en una rueda de prensa en la que se presentaron como pruebas supuestas imágenes de la operación.
Los fotogramas y fragmentos de vídeo publicados por el canal afín Al Masirah muestran blindados saudíes en manos rebeldes, así como combatientes atrapados por los hutíes, la mayoría sin uniforme. Dos de los hombres capturados aseguran proceder de Arabia Saudí. Y uno de ellos explica a la cámara que había sido obligado a enrolarse. "Las fuerzas atacadas incluían comandantes y soldados saudíes y yemeníes", detalló un portavoz castrense. En las embestidas, los hutíes claman haber capturado a tres brigadas saudíes en el enésimo golpe a los intereses del reino.
La operación se llevó a cabo en la región sureña saudí de Najran, limítrofe con Yemen. En los últimos meses, las tropas gubernamentales saudíes -respaldadas por los bombardeos de la coalición- se han enfrentado a los hutíes en la región yemení de Kataf, en la provincia de Saada, próxima a la frontera con el reino saudí y la tierra de origen del movimiento hutí que controla desde finales de 2014 amplias zonas del país más pobre de la península Arábiga.
Los hutíes han lanzado ataques contra aeropuertos saudíes próximos a la frontera y se atribuyeron el ataque contra las refinerías de Aramco. "Nuestra capacidad militar no es ficticia. Nuestros drones han atacado campos de petróleo, bases militares y aeropuertos y lo volverán a hacer si Arabia Saudí mantiene sus hostilidades", declaró recientemente a EL MUNDO Mohamed Ali al Huti, uno de los caudillos del grupo. "No adelantamos acontecimientos. Cuando se ejecute la operación, será el ministerio de Defensa el encargado de anunciarlo", agregó interrogado sobre posibles nuevos ataques.
Su presunta derrota militar, de la que Riad ha optado por guardar silencio, coincidió ayer con la puesta en libertad de 290 prisioneros -entre ellos, 42 supervivientes de un ataque aéreo saudí- que se hallaban hasta ahora en cárceles hutíes. "Nuestra iniciativa demuestra nuestra credibilidad al implementar el acuerdo de Suecia e instamos a la otra parte a dar un paso similar", deslizó el jefe del comité de los asuntos carcelarios de la organización, Abdelqader al Murtada.
La liberación, prevista en un canje de 7.000 prisioneros de cada bando pactado el pasado diciembre en Estocolmo, fue certificada por el comité internacional de la Cruz Roja. "Es otro pequeño paso en la dirección correcta. La situación humanitaria en Yemen es catastrófica y cualquier acción para mitigar su dureza resulta positivo", reconoció Fabrizio Carboni, director del comité en Oriente Próximo. Los prisioneros fueron trasladados desde Saná hasta sus hogares, tras comprobar sus condiciones de salud.
Sobre la mesa permanece también la oferta hutí de detener los ataques contra Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos si, a cambio, los bombardeos cesan. Una iniciativa que no ha obtenido respuesta pública desde Riad. En los últimos días, la prensa estadounidense se ha hecho eco de los movimientos saudíes para comprometerse a un alto el fuego parcial en Yemen, restringido a algunas zonas del país, con el fin de relanzar la negociaciones políticas. Desde 2015, más de 90.000 personas han muerto y 14 millones de civiles -la mitad de la población- se halla al borde de la hambruna.
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