Al-Andalus y el agua islámica
2.355
- Lee aquí la tercera parte de "La gestión del agua en distintas civilizaciones: Acueductos. El orgullo de Roma".
Según el artículo de Cherif Abderrahman Jah, sobre el agua en el Al – Andalus, nos relata que Ibn Jaldun, famoso sociólogo tunecino de origen andaluz del siglo XIV, en su obra Al-Muqqadimah, para que la vida de en una ciudad sea grata, hay que atender, al fundarla, a varias condiciones, siendo la primera: La existencia en su solar de un río o fuente de agua pura y abundante, pues el agua es cosa de capital importancia, “un don de Allah”.
Y es que cuando cae el imperio romano, y llegan los árabes a la península ibérica, deben de fundar nuevas ciudades, debido al deterioro y a la destrucción de las grandes ciudades romanas como: Córdoba, Sevilla, Mérida, Zaragoza, Toledo y muchas otras, por lo que podemos encontrar restos de la cultura romana, árabe, judía y cristiana conviviendo con toda naturalidad, en nuestra excelsa y variada cultura y geografía hispana. La ciudad hispano – musulmana contaba con: casas, palacios, fuentes públicas, Hammams o baños, depósitos y canalizaciones urbanas.
El agua en el Islam
La gestión y distribución del agua en Al – Andalus no era ajena a las normas islámicas debido a su pertenencia al conjunto de DAR al-ISLAM, por lo que las normas le afectaban a la manera de organizar el bien más preciado de la naturaleza para los musulmanes. Ya en el CORÁN se indica que es el principio más importante del universo, puesto que el trono de Dios está en el agua en el momento de la creación: “Él es quien ha creado los cielos y la tierra en 6 días, teniendo su trono en el agua” [Corán, XI, 7] y continua el libro Sagrado de los islámicos, “¿Es que no han visto los infieles que los cielos y la tierra formaban un todo homogéneo y los separamos? ¿Y sacamos del agua a todo ser viviente? ¿Y no creerán?” [Corán, XXI, 30]
Imagen 1. Libro sagrado del Islam: el Corán. Fuente.
Según el texto sagrado, una de las tres cosas que se han autorizado a todo ser humano: la hierba (como pasto para el ganado), el agua y el fuego. Asimismo “todo musulmán que retiene el agua que no necesita peca contra Allah”.
Normas hídricas
Las normas que regían el mundo musulmán indican que la propiedad y gestión del agua siguen un criterio islámico, además de costumbres y normas locales. Es en los siglos VIII y IX cuando aparece el derecho codificado en sus líneas principales y en las diferentes escuelas coránicas, aunque en Al – Andalus y en el resto del Occidente islámico, el rito mãlikí es el principalmente aplicado en la interpretación de la Ley.
Los aspectos más importantes eran: el caudal y quién hacía el trabajo para la captación y/o conducción del agua. Así se dividían los usos y usuarios, en función del tipo de captación:
- Grandes ríos a todos.
- Pequeños ríos à existían limitaciones.
- Ríos sin presa à prioridad de los ribereños y terceros (sin procurar perjuicios).
- Ríos con presa à tiene derecho el asentamiento más antiguo, y si son coetáneos, riega primero el más cercano al nacimiento del río.
En cuanto a los sistemas hidráulicos, hay que decir que las obras de captación, qanat/s, pozos, minas, fuentes, puede haber propiedad particular, limitada por el derecho de ŠAFA, es decir, el derecho de dar de beber a los hombres y animales que lo necesiten, mientras que el sobrante iba para los regantes, y hay que apuntar, que no hay acuerdo entre las escuelas coránicas si en ese caso era aceptada la venta.
Y es que existen dos preceptos fundamentales que guían los derechos al agua en la Shari`ah, según el sistema de derecho islámico, que son:
- Shafa à derecho al sediento. Derecho universal del ser humano a saciar su sed y la de sus animales.
- Shirb à Derecho al riego. Derecho para regar sus cosechas.
Nadie puede negar el agua que sobra sin pecar contra Allah y contra el hombre
Sistemas hidráulicos urbanos
La crisis del mundo romano supuso una vuelta al mundo rural y abandono de la ciudad, de gran alcance en el occidente altomedieval. Por este motivo los árabes reactivaron la vida urbana y fundaron ciudades nuevas, y debido a que los antiguos sistemas de abastecimiento fueron destruidos, tuvieron que crear nuevos sistemas de abastecimiento. Entre las más conocidas de la península fueron Madrid, Calatayud, Almería, Calatrava o Murcia.
El agua era distribuida a los aljibes públicos, mezquitas, baños, y actividades económicas como las alfarerías, tenerías,…y algunas casas andalusíes disponían de abastecimiento de agua y evacuación de aguas negras. Las aguas de lluvia discurrían por la calle y se recogían en aljibes, las aguas residuales no iban por la calle y menos aún las fecales. Las aguas residuales se evacuaban desde el patio de las viviendas andalusíes por canalizaciones subterráneas o superficiales, y las aguas fecales iban a las “letrinas”, con una conducción independiente. Al final las residuales y las fecales iban a pozos negros existentes en el borde de la calle, aunque en las ciudades más avanzadas, existía un sistema de canales subterráneos, que conducía el agua sucia al exterior del núcleo urbano.
Por lo tanto, el agua en el mundo islámico era usada para la higiene personal, para consumo doméstico, para las labores agrícolas, un uso cortesano y/o religioso.
Imagen 2. Noria de cazoletas musulmana. Fuente.
El agua en la Medina
Existe una relación muy estrecha entre el abastecimiento de agua y las ciudades tradicionales musulmanes, las medinas, como la medina de Túnez, declarada Patrimonio de la Humanidaad en 1979 por la UNESCO, con más de 700 monumentos tales como palacios, mezquitas, mausoleos, madrazas y fuentes de los períodos almohade y hafsí. La medina era la ciudad tradicional considerada unánimemente como la más bonita del Magreb. La mezquita de la Medina, la Gran Mezquita (Mezquita Jamaa ez Zitouna) es la más grande de Túnez es el centro religioso más importante de los países del Magreb, fue fundada en el año 732 y reconstruida por completo en el siglo IX. La mezquita es el corazón de la Medina.
Como nos cuenta Belén Vázquez, en su artículo sobre el agua en al-Andalus, y en concreto en las medinas andalusíes, el agua fue una constante preocupación en todas poblaciones. La Medina debía provocar el desalojo de las aguas pluviales y residuales de calles y viviendas. Y para asegurar el bienestar y el porvenir de sus habitantes, debían proveer unas infraestructuras hidráulicas adecuadas.
Es cierto que las formas de captación y aprovisionamiento de agua influyeron en la distribución interna y en el establecimiento de baños y mezquitas, pero resulta difícil determinar cómo influyeron en la vertebración del espacio. Sí hay unanimidad y demostración en la relación entre hidráulica y el urbanismo. El agua provocó la transformación del tejido urbano andalusí. Un nuevo enfoque frente a las tesis más tradicionalistas.
Fotografía 1. Torre junto a la Medina de Túnez en 2014. © Fotografía del autor.
Tecnología islámica
Las tecnologías viajaron desde Oriente a Occidente, y los elementos provenían de China, India y Persia, cristalizando en Oriente Medio. Para el historiador Joseph Needham, el proceso fue lento y evolutivo, mientras que para el arabista Juan Vernet, fue un proceso rápido y en un momento crucial en el Imperio Islámico del siglo X. Por ejemplo, de los romanos heredan sus conocimientos de sus contactos del ámbito griego, la Escuela de Alejandría y el Próximo Oriente.
Viajaremos ahora a esa baja Edad Media para conocer de cerca, los logros y las penurias que atravesaron los ciudadanos del Medievo para poder sobrevivir, y cómo la falta de medidas higiénicas provocó todo un reguero de muerte y destrucción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario