El Estado Islámico anima a sus seguidores a propagar el
coronavirus aprovechando la pandemia y las protestas
Brian Glyn Williams, Professor of Islamic History,
University of Massachusetts Dartmouth
The Conversation en Español26 de junio de 2020 3:26 a. m.
CDT
Un miembro de la milicia iraquí inspecciona el
sitio de un ataque del Estado Islámico contra las tropas iraquíes, el 3 de
mayo. Ahmad Al-Rubaye/AFP vía Getty
Images
Un miembro de la milicia iraquí inspecciona el sitio de un
ataque del Estado Islámico contra las tropas iraquíes, el 3 de mayo. Ahmad
Al-Rubaye/AFP vía Getty Images
Una publicación online del grupo Estado Islámico en India ha
pedido a sus partidarios que propaguen el coronavirus diciendo que “cada
hermano y hermana, incluso los niños, pueden contribuir a la causa de Alá
convirtiéndose en portadores de esta enfermedad para atacar a las colonias de
infieles”. El grupo afirma que los musulmanes devotos no se enfermarán, porque
“ninguna enfermedad puede dañar ni siquiera el cabello de un fiel”. Se trata
del último de una serie de esfuerzos del Estado Islámico y sus seguidores por
aprovechar la pandemia y la inestabilidad cívica general en Occidente.
Un seguidor del Estado Islámico publicó el hashtag
“#AmericaBurning” en una discusión en el chat de Telegram a inicios de junio y
otro publicó un mensaje que decía “Te despiertas esta mañana con noticias de la
destrucción de Estados Unidos, el desmantelamiento de sus estados y la guerra
civil”.
Otro sitio web del Estado Islámico proclamó “Destrucción,
fragmentación. Estados Unidos está ardiendo”, mientras que un partidario del
Estado Islámico publicó fotos de los disturbios en ese mismo foro de Telegram,
escribiendo “Oh Alá, quémalos como ellos quemaron las tierras de los
musulmanes”.
Los partidarios del Estado Islámico se regocijan por las
tensiones que han creado las protestas pacíficas y la violencia ocasional en
las calles de Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd el 25 de mayo.
Como investigador que rastrea al Estado
Islámico y sus afiliados, he dado seguimiento a la manera en que este
grupo ha estado aprovechando los efectos del coronavirus en sus enemigos y
celebrando los efectos de las tensiones raciales y la pandemia en Estados
Unidos.
Las Fuerzas Especiales iraquíes libraron una batalla de
varios días contra el Estado Islámico a principios de junio. Ali Makram Ghareeb/Anadolu Agency via Getty
Images
Las Fuerzas Especiales iraquíes libraron una batalla de
varios días contra el Estado Islámico a principios de junio. Ali Makram
Ghareeb/Anadolu Agency via Getty Images
Una oportunidad en medio de la pandemia
Los seguidores del Estado Islámico están entusiasmados ante
la perspectiva de que se produzcan muertes masivas en Occidente por el
coronavirus, al cual definieron como “el soldado más pequeño de Dios”.
También ven la mano del virus en los retrocesos militares de
Estados Unidos relacionados con el coronavirus, como el anuncio que hizo el
Pentágono en marzo de que dejaría de enviar tropas a Irak durante al menos dos
meses.
Estados Unidos también retiró algunas tropas de Irak, ha
retirado muchas más de seis bases operativas en primera línea y ordenó a las
tropas que permanecían en el país que se quedaran en sus bases, unas decisiones
que han interrumpido la mayoría de las misiones conjuntas con las tropas
locales iraquíes y kurdas.
En Irak, el Estado Islámico ha reaccionado intensificando
los ataques. Se han enfocado en miembros de la milicia chiita pro gubernamental
y las tropas iraquíes y kurdas, que ahora tienen menos apoyo de Estados Unidos
para defenderse.
Sin embargo, los ataques aéreos británicos y estadounidenses
siguen apuntando a los escondites fortificados en las cuevas del grupo en el
norte de Irak, mientras las tropas terrestres iraquíes siguen atacando, aunque
con menos efectivos debido al bloqueo de la base por el coronavirus.
En Siria, las fuerzas del Estado Islámico se han
envalentonado y hace poco atacaron a las tropas del gobierno con minas
terrestres, armas pesadas y coches bomba que mataron a cientos de personas.
Hombres sospechosos de formar parte del Estado Islámico
están retenidos en prisiones atestadas de Kurdos en Siria. Fadel Senna/AFP via Getty Images
Hombres sospechosos de formar parte del Estado Islámico
están retenidos en prisiones atestadas de Kurdos en Siria. Fadel Senna/AFP via
Getty Images
El Estado Islámico también le teme al virus
A pesar de todas las oportunidades que aparentemente la
pandemia le está ofreciendo al Estado Islámico, el grupo también está
preocupado por cómo los afecta el virus. En Siria, las fuerzas kurdas mantienen
cautivos a unos 12 000 combatientes del Estado Islámico y 70 000 de sus
familiares, mayormente mujeres y niños, en campos de internamiento grandes pero
atestados y antihigiénicos donde no es posible mantener la distancia social.
Los prisioneros viven aterrorizados porque la pandemia
estalle entre ellos y han estado protestando en un esfuerzo por escapar de los
campos. En mayo, los prisioneros del Estado Islámico se amotinaron y tomaron el
control de una prisión en la que se encontraban hasta 5 000 prisioneros, pero
luego fueron reprimidos.
Los líderes del Estado Islámico no solo han pedido a sus
combatientes que ataquen los campamentos con menos vigilancia para liberar a
los prisioneros, sino que también expresaron su preocupación por la propagación
de la enfermedad entre sus propias fuerzas.
Llamadas a la yihad en Occidente
Un boletín de finales de marzo del Departamento de Seguridad
Nacional de Estados Unidos advirtió que el boletín electrónico del Estado
Islámico había pedido que se lanzaran ataques contra objetivos de atención
médica en Estados Unidos y Europa afectados por la pandemia. El Estado Islámico
ha ordenado a sus seguidores que no viajen a Europa, donde el brote de virus es
mucho peor que en Medio Oriente. Sin embargo, el grupo ha sugerido que los
seguidores que ya están en Europa aprovechen el caos, exhortándolos a emprender
“nuevos ataques... similares a los ataques en París, Londres, Bruselas y otros
lugares” donde sus seguidores han usado bombas y armas de fuego para matar a
docenas de personas en los últimos años.
El Estado Islámico incluso ha sugerido que matar a
“infieles” podría ser una forma para que sus seguidores se protejan del virus,
al afirmar: “Ellos también deben recordar que la obediencia a Dios, de las
cuales la forma más elevada es la yihad, protege del tormento y la ira de
Dios”.
Agentes de la Guardia Civil española arrestan a un presunto
miembro del Estado Islámico en Barcelona el 8 de mayo. David Zorrakino/Europa Press via Getty Images
Agentes de la Guardia Civil española arrestan a un presunto
miembro del Estado Islámico en Barcelona el 8 de mayo. David Zorrakino/Europa
Press via Getty Images
Actividades limitadas en Europa
Esas incitaciones pueden desencadenar respuestas.
El 11 de marzo, las autoridades alemanas arrestaron a cuatro
presuntos miembros de una célula del Estado Islámico que supuestamente estaban
planeando un ataque con explosivos contra instalaciones militares
estadounidenses. En abril, un sudanés apuñaló a siete personas, matando a dos
de ellas, en el sureste de Francia. Hace poco, el 20 de junio, un libio apuñaló
a seis personas en un parque en Reading, Inglaterra, matando a tres de ellas.
No creo que los ataques en Francia y Gran Bretaña o el
complot frustrado en Alemania indiquen un resurgimiento de la actividad del
Estado Islámico en Occidente. Los mensajes del Estado Islámico han perdido gran
parte de su atractivo galvanizador desde que el grupo perdió su estado
transnacional, el cual había inspirado a muchos partidarios, en la guerra de
cinco años en Siria e Irak.
Mi investigación muestra que el llamamiento a los ataques a
las finales de fútbol de la Copa del Mundo de la FIFA en Rusia en 2018 y contra
las celebraciones del 4 de julio en Estados Unidos en 2019 no fue atendido.
Aunque el Estado Islámico todavía puede realizar ataques en el Medio Oriente y
en todo el mundo a través de sus seguidores, su regodeo ante las muertes y las
tensiones raciales en Estados Unidos provocadas por el coronavirus no se traduce
necesariamente en una amenaza real para el país.
Este artículo fue publicado originalmente en Yahoo por The
Conversation.
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