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lunes, 29 de junio de 2020

Covid-19 en China: Del miedo por el positivo de un repartidor en Pekín a confinar a 400.000 personas

Actualizado 
Lo más preocupante del brote del mercado de Xinfadi es que las infecciones se han extendido a otras provincias, algunas a 400 kilómetros.
Gente hace cola para realizarse el test en Pekín.
Gente hace cola para realizarse el test en Pekín. TINGSHU WANG / REUTERS
Hace unos días, una noticia provocó cierta inquietud entre los residentes de Pekín. Por un lado, el nuevo brote de coronavirus, según las autoridades, estaba controlado. Pero entre los 100.000 repartidores a domicilio que habían pasado por las pruebas de ácido nucleico, uno había dado positivo. Se trataba de un hombre de 47 años identificado como el señor Kong. El repartidor entregaba diariamente unos 50 pedidos de comida en cuatro distritos de la capital, entre los que estaba el de Fengtai, donde se encuentra el mercado de abastos origen del nuevo brote.
El oficio de reparto de comida a domicilio está bastante arraigado en las grandes ciudades de China, seguramente más que en ningún otro país. Un trabajo que ha sido fundamental durante la crisis vírica: mientras todo estaba cerrado, los conductores de motos eléctricas que van casa por casa repartiendo comida y lo que el cliente quisiera, seguían en primera línea, jugándose el tipo, con horarios interminables como los que hacía el señor Kong, de 7:00 a 21:00 todos los días de la semana.
Estos trabajadores lograron el aplauso y agradecimiento público con decenas de homenajes en las páginas de los periódicos y en las palabras de los políticos. Además, con el problema del desempleo que atraviesa China, algunas empresas están reservando plazas y motos para muchos parados jóvenes que quieran ganarse unos yuanes como repartidores. Ahora, tras el positivo del señor Kong, estás compañías han aumentado sus controles, indicando en las facturas de los paquetes que recibe el cliente los detalles sobre la desinfección de la bolsa y la temperatura del repartidor.
Desde que surgió el primer caso del nuevo brote el pasado el 11 de junio, se han detectado 318 infectados en Pekín. La Comisión Nacional de Salud ha informado hoy de 12 nuevos casos en toda China, siete de ellos son contagios locales en la capital, donde las autoridades ya han batido el récord de testeo masivo: se han tomado muestras a más de 8,2 millones de residentes, aproximadamente un tercio de toda la población. Los tests continúan en los 474 puestos que se han habilitado en los barrios de toda la ciudad.
En total, según los datos oficiales, en China se han realizado 90 millones de pruebas de coronavirus desde que comenzó la pandemia. En Pekín, las autoridades sanitarias están realizando la misma técnica que usaron en Wuhan durante sus pruebas masivas, lo que se conoce como "prueba de grupo". En cada análisis, han combinado las muestras de cinco personas que se han sometido a los tests. Eso significa que si sale negativo, ninguno tiene la Covid-19. Pero si el resultado es positivo, habría que realizar un nuevo análisis, esta vez volviendo a hacer test a las mismas personas para analizar las muestras individualmente.

LA INFECCIÓN SE EXTIENDE A OTRAS PROVINCIAS

Pero una de las cosas que ahora más preocupa del brote del mercado de Xinfadi -el más grande de Pekín- es que las infecciones relacionadas con este lugar se han extendido a otras provincias, desde zonas a más de 400 kilómetros de distancia al noreste como Liaoning, a la vecina Hebei, que rodea a la capital de China.
Precisamente en esta última provincia, el sábado las autoridades informaron que habían cerrado el condado de Anxin, a 140 kilómetros de Pekín. Un cerrojo por una docena de contagios relacionados con el mercado que afecta a 400.000 personas que vivirán su primer confinamiento estricto -al estilo Wuhan- desde que comenzó la pandemia. La policía ha bloqueado las carreteras y cerrado los barrios. Únicamente un miembro de cada familia podrá salir una vez al día con un permiso especial para hacer la compra. Además, se ha designado a decenas de vigilantes, miembros de Partido Comunista, que deberán patrullar los vecindarios para asegurarse que los residentes cumplan las medidas de cuarentena.
Si tomamos por ciertas las cifras oficiales, China logró aplanar su curva después de que en marzo se superaran los 80.000 casos confirmados, desde entonces apenas han sumado 3.500 infectados más. Los nuevos brotes como el de Pekín han demostrado que la nueva normalidad también consiste en convivir con estos repuntes. Aunque en el gigante asiático nadie se atreve a hablar aún de una segunda ola de contagios.

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