El mensaje de EEUU a Daesh tras asesinar al general Soleimani
EE.UU. asesina a los símbolos de la lucha contra el terrorismo en Asia Occidental, y ahora advierte de la expansión de Daesh en Irak y Siria, una política de doble rasero.
El recientemente nombrado director del Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos, Christopher Miller, indicó que a pesar de la derrota de Daesh en Siria e Irak y la eliminación de sus líderes, este grupo terrorista está expandiéndose en más de 20 puntos fuera de estos dos países.
“Los grupos extremistas han recuperado su capacidad tras las grandes pérdidas sufridas” en Irak y Siria, declaró Miller.
En Irak y Siria, las células durmientes de Daesh permanecen activas en varias partes, especialmente a lo largo de la frontera compartida. Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hay más de 10 000 terroristas de la banda extremista que todavía siguen activos en estos dos países.
La agrupación terrorista de Daesh, según, afirmó Miller, ha llevado a cabo asesinatos y ataques con morteros y artefactos explosivos improvisados a un ritmo constante. El grupo ha documentado sus operaciones con vídeos de propaganda para mostrar que sus integrantes permanecen organizados y activos. También, en ausencia de una coordinación internacional para resolver la situación de los miembros detenidos de Daesh, la organización terrorista ahora se centra en liberar a miles de sus combatientes en los centros de detención en el noreste de Siria.
En Irak, las fuerzas de seguridad arrestaron a cuatro miembros de Daesh en la provincia norteña de Nínive. Y a principios de este septiembre, capturaron a tres miembros de la banda extremista que participaron en la esclavitud de mujeres izadíes en Sinyar. El mes pasado, las fuerzas iraquíes lograron frustrar un intento de más de 100 combatientes de Daesh de cruzar la frontera sirio-iraquí.
Después de todo lo mencionado, surge esta pregunta: ¿Por qué EE.UU. asesinó a los símbolos de la lucha antiterrorista de la región mientras sabe a ciencia cierta que Daesh va a expandirse en la región de Asia Occidental?
El 3 de enero, Estados Unidos asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, junto al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y a otros militares, en un bombardeo con aeronaves no tripuladas (drones) cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad, capital iraquí.
El Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) confirmó que el atentado terrorista fue ejecutado por orden directa del presidente Donald Trump.
Irán, cumpliendo su juramento de vengar el asesinato de su general, lanzó el 8 de enero fuertes ataques con misiles contra la base aérea Ain al-Asad, ubicada en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar y ocupada por las tropas norteamericanas desde la invasión de Irak en 2003, y contra otra base en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí, también en poder de los norteamericanos.
Los responsables persas advierten de que el ataque a Ain al-Asad no supone la venganza real por el asesinato de Soleimani sino continuarán las represalias contra Estados Unidos.
El ataque aéreo, que significó la muerte del general Soleimani y sus acompañantes, ordenada por el gobierno estadounidense y con pleno conocimiento del régimen israelí, ha sido calificado, unánimemente, como un acto de terrorismo internacional, que debe ser castigado.
En su momento, EE.UU., acusó a Qasem Soleimani de estar preparando un ataque contra los intereses del país norteamericano en el territorio iraquí. La falsedad de tales acusaciones generó la indignación de Bagdad, frente a argumentos pueriles, indignos y claramente destinados a justificar un crimen, que debe ser juzgado por constituir una violación flagrante a la soberanía iraquí y constituir un asesinato contra un alto cargo estatal de un Estado soberano de visita en un país, con el cual se mantienen nexos bilaterales.
No obstante, el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qassem Soleimani, en Bagdad, no detendrá en absoluto, la lucha por los ideales de los grupos de la Resistencia en El Líbano, Afganistán, Irak y Palestina.
Los estadounidenses creen que el poder que poseen les permite hacer y decir lo que quieran, sin que les importe la opinión pública. Acusan a los Movimientos de Resistencia Islámica de El Líbano y Palestina, Hezbolá y HAMAS, respectivamente, así como a las Unidades de Movilización popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), y el movimiento popular yemení Ansarolá de ser grupos “terroristas”, solo porque estos movimientos se oponen a la ocupación israelí.
Además, EE.UU. coloca a líderes elegidos democráticamente como el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la lista de terrorismo, mientras protege al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, quien ordenó matar con sierra al periodista crítico Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul.
Una de las grandes mentiras que Washington ha propagado y cree que el mundo debe creerlo, es lo que dijo Christopher Miller ante el Comité del Congreso de Estados Unidos sobre los esfuerzos estadounidenses en la lucha contra Daesh, grupo que fue creado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., tal y como reveló la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, y el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
Si EE.UU. creó la banda terrorista, entonces la propagación rápida de Daesh por toda la geografía iraquí y siria también está relacionada con el país norteamericano. El resurgimiento de la agrupación terrorista en estos dos países busca satisfacer los intereses del régimen israelí, y dividir Siria e Irak en pequeños países.
Varios vídeos y documentos evidencian el apoyo de EE.UU. al grupo terrorista Daesh en Siria e Irak. Cuando los terroristas estaban cercados por las fuerzas sirias o iraquíes en el campo de batalla siempre el país norteamericano, que ha creado una coalición internacional alegando luchar contra el terrorismo, les ofreció apoyos estratégicos.
Además de lo mencionado, EE.UU., de vez en cuando, ataca a las tropas iraquíes y sirias que luchan contra Daesh. ¿Cuántos soldados sirios y miembros de Al-Hashad Al-Shabi cayeron mártires en los ataques de EE.UU. mientras luchaban contra Daesh?
¿Cómo se puede explicar el atroz crimen estadounidense al asesinar a los símbolos de la lucha contra el terrorismo, el teniente general Qasem Soleimani y Abu Mahdi al-Muhandi, quienes desempeñaron un rol relevante para evitar que Bagdad y las áreas sagradas de Irak caigan en manos de Daesh?
El asesinato de Soleimani fue una buena noticia para Daesh que aceleró su recuperación de los golpes recibidos cuando su “califato” fue aplastado por las operaciones heroicas de las fuerzas populares iraquíes y el Ejército sirio.
El cobarde asesinato de Soleimani supuso una grave violación de los principios fundamentales del derecho internacional y un mensaje claro de parte de EE.UU. a Daesh y otros grupos terroristas para que se expandan en Siria e Irak sin que se enfrenten una resistencia.
El grupo terrorista probablemente salió ganador después de que EE.UU. asesinara a Qasem Soleimani. Pero, ¿Por qué EE.UU. asesinó a los símbolos de lucha antiterrorista mientras Daesh sigue siendo una amenaza para la región?
Por Mohsen Khalif Zade
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