“La munición” europea es excepcional en el enfrentamiento con Moscú
Los países europeos no encuentran que hacer más que amenazar a Moscú con un cúmulo de sanciones financieras, que la experiencia ha demostrado que ni suman ni restan nada.
En medio de la gran cantidad de declaraciones, encuentros y tuits relacionados con la crisis ruso-ucraniana, se registró hace dos días una reunión de ministros de Exteriores de los países de la Unión Europea en Bruselas; el acta de la reunión obtenida por al Mayadeen.net, refleja claramente el grado de indiferencia europea ante el destino del aliado ucraniano, eso por un lado, y por el otro lado, se evidencia la falta de vergüenza, la impotencia y la carencia mínima de coraje.
La reunión comenzó con el anuncio del jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell, de lo que describió como un paquete de sanciones, que la prensa europea había publicado antes de que lo vieran los ministros de Exteriores europeos.
Para hacer frente a lo que describió como la retórica “engañosa y demagógica” del presidente ruso, Borrell basó su exposición en frases poéticas y en expresiones sentimentales más que en información y números, exigiéndose a sí mismo y a otros en la comunidad internacional y en la Unión Europea una respuesta contundente y decisiva, antes de que el curso de la reunión revelara de que el propio Borrell no posee más que fuertes sentimientos y amenazas verbales; paralelamente al “paquete”, Borrell señaló que la Unión Europea mantendría en su alforja “municiones adicionales” si Rusia decide seguir adelante.
Después de eso, se dieron las diferentes declaraciones
El ministro de Exteriores de Suecia hizo énfasis en su aspiración por la aplicación de un paquete más fuerte, contradiciéndose a sí mismo posteriormente, al centrarse en la promoción del apoyo financiero adicional a Ucrania, así como al considerar importante centrarse en la vía diplomática en la que Rusia ha confiado durante años, sin que la Unión Europea le correspondiera.
Mientras que Polonia, repitió el mismo discurso sueco señalando que esperaba ver un paquete de sanciones más fuerte en respuesta a la “violación extremadamente grave del derecho internacional”, antes de que su ministro de Exteriores concluyera su heroica lectura solicitando enviar “señales palpables a Ucrania”, sin precisar cuáles eran estas señales: ¿mantas o tiendas de campaña para refugiados?
En cuanto al canciller de Dinamarca, este fue mucho más allá en su exposición, pidiendo a sus homólogos que tomaran medidas similares a las que hizo Copenhague, cuando llamó al embajador ruso, y señaló que “se debe dirigir un fuerte golpe a Putin” para “dar apertura al canal diplomático”, como si no estuviera enterado que este canal no se cerró en primer lugar con el presidente francés; en cuanto a lo más importante de todo ello, según el ministro de Exteriores danés, se trata de la organización de una visita de un grupo de ministros europeos, o de todos, a la capital, Kiev.
Por su parte, el canciller alemán dijo que el paquete de sanciones (irrisorio para Moscú) debe coincidir con la búsqueda incesante del diálogo y de soluciones diplomáticas, y señaló la importancia de mantener la Misión Especial de Observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), además de la permanencia de las misiones diplomáticas en Kiev, y reiteró lo dicho anteriormente sobre el “apoyo financiero a Ucrania, y el apoyo militar y las sanciones”.
Por su parte, el ministro eslovaco fue sincero con sus colegas señalando que, este paquete de sanciones decepcionó a su país y a la opinión pública, y dijo claramente que la dependencia de la Unión Europea del gas ruso le ha atado las manos, ya que no se puede hablar de ninguna reacción europea seria antes de acabar con esta dependencia.
A su vez, el Ministro de Exteriores de Finlandia afirmó su apoyo al principio de “mantener las municiones en el estante” y apoyó la visita colectiva de los Ministros de Exteriores de la Unión Europea a Kiev; por otro lado, el ministro chipriota advirtió de lo imprudente que sería que “la Unión Europea echara pólvora al fuego”; mientras tanto la posición búlgara no agregó nada nuevo.
En cuanto a Lituania, esta presentó un enfoque muy franco, considerando que el paquete de sanciones europeo representa una respuesta muy débil y pobre si su objetivo es el de disuadir a Moscú, destacando que la Unión Europea cayó en la trampa rusa cuando el presidente ruso se hizo con el control de la acción, mientras que la Unión Europea se conformaba con la reacción.
Por su parte, el ministro italiano dijo a sus colegas que debían prepararse para más “provocaciones rusas”, considerando que un “paquete más fuerte”" habría acarreado consecuencias adicionales para la Unión Europea; señaló sin embargo, había que transmitir un mensaje serio a Rusia y es que la Unión Europea no es motivo de burla y que Rusia no puede mofarse más de la misma.
A su vez, el canciller portugués se mostró convencido por lo dicho con anterioridad sobre la convocatoria del embajador ruso, destacando al mismo tiempo que no es el momento adecuado para hablar del diálogo al que se habían referido previamente algunos cancilleres europeos, lo que motivó al canciller del Reino de los Países Bajos (Holanda) para hablar sobre la experiencia de Ámsterdam en cuanto a la convocatoria del embajador ruso, similar a lo sucedido en Copenhague.
Por su parte, el ministro español de Exteriores se dirigió a sus compañeros diciendo: “por favor, vengan”, en referencia a la reunión de ministros de Exteriores europeos en Kiev.
Asimismo, el canciller belga consideró necesario centrarse - a la luz de la guerra - en el vocabulario, para determinar si lo que está ocurriendo es una “invasión”, como dice la cancillería belga, por ejemplo, o una “grave violación del derecho internacional”, como dice la Unión Europea; acto seguido, la ministra afirmó su disposición de visitar Kiev, y pidió a la Unión Europea que se centre en los precios de la energía y en las enormes repercusiones que podrían resultar del aumento de los precios.
La mayoría de los ministros no olvidaron señalar la importancia de mantenerse en sintonía con Estados Unidos, Bretaña, Canadá y los otros socios.
En fin, las fuerzas rusas llevaron a cabo una operación militar en Ucrania con el fin de proteger a Moscú de las amenazas estadounidenses y europeas dirigidas a Rusia desde la puerta de Ucrania; asimismo, los países europeos no encontraron otra cosa que hacer salvo amenazar a Moscú con un cumulo de sanciones financieras que toda la experiencia pasada ha demostrado que no tienen ninguna repercusión; después de esto los ministros se engañaron a sí mismos sobre las “municiones extra” y creyeron su mentira, para percatarse posteriormente de que las amenazas más grandes que tenían contra Moscú son:
Primero, la definición de los términos: invasión o violación del derecho internacional.
Segundo, llamar a los embajadores.
Tercero, organizar una visita solidaria de los cancilleres europeos a Kiev, tras la caída de su gobierno pro - estadounidense.
Cuarto, acoger a los refugiados ucranianos en campos para refugiados en los países vecinos de Ucrania.
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