no de los objetivos
del plan Agenda
2030 de las Nacio-
nes Unidas es el Objetivo
de Desarrollo Sostenible
7 (ODS7).
Se nos dice que el ob-
jetivo del “desarrollo sos-
tenible” es mitigar los pro-
blemas supuestamente
causados por las emisio-
nes de gases de efecto
invernadero (“GEI”) de la
humanidad.
Este cuento de hadas ha dejado a la mayoría de las personas traba-
jando bajo la ilusión de que la transición energética del ODS7 reducirá
las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Es incorrecto.
La meta 7.2 del ODS7 compromete al mundo a aumentar sustancial-
mente el uso de energías renovables. Pero no dice ni implica que las
naciones desarrolladas o las corporaciones multinacionales de energía,
los llamados "grandes contaminadores", necesariamente deben reducir
sus emisiones de GEI: pueden intercambiar créditos de carbono.
Mediante el comercio de créditos de carbono y la creación de una es-
casez de materiales, los superricos usan el ODS7 para enriquecerse a
costa de los pobres.
En la serie de investigación
Sustainable Slavery, Iain Da-
vis escribió un ensayo sobre
la imposible transformación
de la energía. Versión abreviada
AQUÍ:
El Protocolo de Kioto 1997
estableció 3 mecanismos in-
ternacionales “flexibles” de
comercio y compensación de
carbono: Comercio de Emi-
siones, el Mecanismo de
Desarrollo Limpio (MDL) y la
Implementación Conjunta (JI).
El Comercio de Emisiones
creó un nuevo tipo de mercancía comercializable, medida en toneladas
métricas de eliminación (o “secuestro”) de CO2 . Estableció efectivamen-
te el mercado de comercio de carbono:
El comercio de carbono es la compra y venta de créditos que permiten
a una empresa emitir una determinada cantidad de CO2 u otros gases de
efecto invernadero. Esto es autorizado por los gobiernos pars reducir las
emisiones de carbono y su contribución al cambio climático.
Pero cuando descubres cómo funciona este mercado y su lenguaje
esponjoso (el cambio climático y las emisiones de carbono), queda expuesto.
Siga
E
U
2
Viene de la p. 2 La ONU cree que no hay necesidad
de que las naciones desarrolladas reduzcan sus emi-
siones de carbono para cumplir los ODS, afirmando:
ONU: Estos mecanismos (Comercio de Emisiones, el
MDL y el JI) alientan la reducción de GEI para comenzar
donde sea más rentable, por ejemplo, en el mundo en
desarrollo. No importa dónde se reduzcan las emisio-
nes, siempre que se eliminen de la atmósfera. Esto
tiene el beneficio de estimular la inversión verde en los
países en desarrollo e incluir al sector privado.
En 2018, Carbon Market Watch (CMW) publicó un
informe sobre lo que significaba "desarrollo sostenible"
en los países en desarrollo, donde los proyectos blo-
quearon el acceso a la tierra para los medios de vida,
exacerbaron los conflictos de tierra, destruyeron la
cohesión social en las aldeas y dañaron los ecosiste-
mas y la biodiversidad.
Tres años después, el informe señaló que los pro-
yectos corporativos de conservación forestal a gran
escala en Colombia sobreestimaban el valor de se-
cuestro de carbono, generando más de 20 millones de
créditos de carbono poco fiables, que luego se nego-
ciaron en el mercado.
Hoy, el valor de mercado del comercio de carbono
se sitúa en torno a los 2,000 millones de dólares anua-
les, pero está previsto que crezca a un 30% anual, muy
atractivo para los inversores globalistas.
Según un informe del Financial Times 2019: “La
compensación de carbono sería el mayor escándalo de
venta engañosa desde que el fraile dominicano Johann
Tetzel vendió indultos para redimir los muertos."
El MDL permite a los gobiernos y corporaciones
“compensar” sus propias emisiones invirtiendo en pro-
yectos que designan como “verdes”.
Hay un plan en marcha para explotar la "sostenibili-
dad" a fin de frustrar el desarrollo económico en el Sur
Global, un elemento central del ODS7.
Cualquiera que se atreva a cuestionar este modelo
de “desarrollo sostenible” es castigado como
un “negador” del clima o de la ciencia. El cambio climá-
tico es la nueva religión mundial. Dudar de lo que se
nos ordena creer al respecto, es una herejía.
Mientras tanto, las celebridades alarmistas del clima
vuelan por el mundo en sus jets privados, y nos dan
lecciones de cómo debemos reducir nuestra huella de
carbono porque, a diferencia de los agricultores congo-
leños desplazados, tienen la riqueza para “compensar-
la” plantando algunos árboles.
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