Guerra cibernética: ¿Cómo compiten HAMAS e Israel por la narrativa?
El ciberespacio ha irrumpido en el escenario internacional en los últimos años, convirtiéndose en un elemento fundamental que moldea el sistema internacional.
Este nuevo concepto de poder, conocido como poder cibernético, está intrínsecamente vinculado a la creatividad, la innovación y la capacidad tecnológica.
El ciberespacio ha pasado a ser un elemento clave en las interacciones internacionales, ya sea de manera cooperativa o conflictiva. Hoy en día, el mundo depende en gran medida de este espacio para su infraestructura militar, bancaria, gubernamental, de comercio electrónico, comunicaciones y transmisión de medios digitales.
La importancia del ciberespacio en las relaciones internacionales es innegable. Más del 67 % de la población mundial utiliza este medio, convirtiéndolo en una infraestructura informática estratégica que puede influir en diversos ámbitos, desde lo terrestre y marítimo hasta lo aéreo y espacial.
La invasión israelí en la asediada Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023 ha puesto de relieve el papel crucial del ciberespacio en la configuración de los resultados de este conflicto. Se ha observado un aumento significativo en la escalada digital, evidenciando que las guerras ya no se libran únicamente en el terreno, sino también en el ámbito digital.
Guerra muda entre Israel y la Resistencia palestina
La invasión israelí ha sido acompañada por una intensificación de los ataques cibernéticos y el uso acelerado de tecnologías digitales para obtener información o desactivar infraestructuras relacionadas con el ciberespacio.
El empleo de capacidades cibernéticas por parte del Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha desconcertado a los centros de investigación israelíes. Hay estimaciones sustanciales de que la operación Tormenta de Al-Aqsa coincidió con un “tsunami cibernético” palestino que deshabilitó algunas cámaras y dispositivos de vigilancia israelíes sin ser detectado en las primeras horas.
Empleo de capacidades cibernéticas en Gaza
El ciberespacio ha desempeñado un papel central en la determinación de los resultados en el campo de batalla, en paralelo al sonido de los tanques y las ametralladoras.
La ofensiva digital de HAMAS:
- Ataques Precisos: HAMAS lanzó ataques cibernéticos previos a su operación Tormenta de Al-Aqsa, apuntando a los sistemas operativos de la “Cúpula de Hierro”, deshabilitándolos durante horas cruciales.
- Sabotaje de Comunicaciones: Las torres de comunicación de Israel fueron blanco de ataques de HAMAS que cortaron cables de Internet y entorpeciendo la coordinación entre sistemas de defensa, dificultando la vigilancia en Gaza.
- Infiltración y Hackeo: La penetración de servidores y el hackeo de teléfonos de soldados israelíes antes de la operación “Tormenta de Al-Aqsa” demuestran la sofisticación de las tácticas digitales de la Resistencia.
- Desinformación: HAMAS desactivó aplicaciones de alerta israelíes, creando caos y sembrando desinformación entre los colonos israelíes.
Desactivación de más de 100 sitios web gubernamentales, financieros y educativos de Israel, infiltración en la estación de energía hidroeléctrica y la compañía eléctrica, provocando interrupciones en servicios clave.
En segundo lugar, el aspecto blando:
HAMAS y otras facciones de la Resistencia palestina han empleado Internet y las redes sociales para difundir sus operaciones, discursos y enfrentamientos armados en el terreno. También han publicado vídeos sobre prisioneros israelíes para influir en la opinión pública mundial, en los líderes políticos, intelectuales y académicos, atrayendo así apoyo y atención hacia su causa.
Han desacreditado la narrativa israelí, especialmente en lo referente a imágenes de decapitaciones y violaciones de detenidos israelíes.
¿Cómo utilizó Israel su poder cibernético en esta guerra?
Como uno de los líderes mundiales en estas capacidades, el régimen de Tel Aviv llevó a cabo acciones agresivas en el ciberespacio. Penetró en las empresas de telecomunicaciones palestinas, tomó control de la red de Internet y devastó la infraestructura de comunicaciones en Palestina.
Además, empleó sus habilidades cibernéticas para monitorear y eliminar a líderes de la Resistencia en El Líbano, la ocupada Cisjordania y Gaza, utilizando operaciones de hackeo y espionaje.
El régimen israelí también recurrió al “soft power” cibernético, presionando a las principales empresas tecnológicas para restringir el contenido pro palestino en las redes sociales. También, empleó técnicas de inteligencia artificial como Deepfake, difundiendo imágenes manipuladas para influir en la opinión pública global, demonizando la causa palestina y generando simpatía internacional hacia Israel.
Conclusión:
Se puede concluir que el poder cibernético actúa como un multiplicador tanto para estados como para actores no estatales. La Resistencia, en particular, pudo utilizar este poder para ejercer influencia, alcanzar superioridad, ser efectiva y competitiva, complementando así la fuerza tradicional en lugar de reemplazarla.
En este sentido, el ciberespacio representa una oportunidad crucial para actores con recursos limitados, brindándoles la posibilidad de competir con Estados que poseen grandes capacidades cibernéticas.
Este fenómeno se evidencia especialmente en el creciente interés de estas entidades por adquirir capacidades ofensivas y fusionarlas con sus herramientas existentes con el fin de fortalecer sus objetivos estratégicos, maximizar tanto su poder militar como su influencia en distintos ámbitos operativos, ya sea en tierra, mar, aire o espacio exterior.
Por Mohsen Khalif
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