Trump: el regreso del engendro del capitalismo barbárico
El regreso del islamófobo, racista, fascista, sionista, antiinmigrante, etc., no sólo debería preocupar a América Latina sino al mundo; ya que su extremismo ultraderechista arrasará normas, tratados, instituciones y vidas, posturas que tienen una raigambre en las 13 ex colonias de Inglaterra, cuando se apoderaron de tierras mediante el exterminio de millones de nativos, siendo los autores de uno de los genocidios más grandes de la historia de la humanidad.
Roberto Chambi Calle*
Por ello no sorprende que el electo presidente de EEUU Donald Trump, manifieste su intención de comprar y/o anexionar Groenlandia, Canadá, el Canal de Panamá, Venezuela o deportar a casi 20 millones de inmigrantes, demostrándose con ello una vez más el carácter imperialista de Washington: una naturaleza innata del cual nunca se desprendieron.
Cristalizado en un estado en 1776, su naturaleza maléfica empezó a maquinar la anexión de varios territorios vecinos mediante el ataque, la manipulación y condicionamientos como el caso de México, al cual en su totalidad usurpó el 55% de sus tierras, compró Luisiana a Francia, Florida a España, Alaska a Rusia; por lo tanto el hecho de que ahora el representante del imperio desee anexionar varios territorios, simplemente obedece a su política de exterminio, siempre oculto debajo del celofán: “libertad y democracia”.
Los intereses del Deep State y las logias de poder no buscan usurpar territorios por temas de seguridad, esa es la narrativa de cómo “nos venden la moto”; pues sus verdaderas intenciones son los recursos energéticos del planeta, y si para ello se requiere ir a Marte el imperio lo hará, es más, llegará hasta Plutón.
La apetencia de Trump apunta ahora a Groenlandia, un territorio que siempre estuvo en la mira de las grandes potencias como China o Rusia, regiones en donde se encuentran las tierras raras —fuera del petróleo y el gas —, antes no explotadas por la falta de tecnología y que hoy por el calentamiento global, el deshielo y el avance industrial, es una de las grandes reservas de recursos energéticos del planeta, donde los metales para la construcción de motores electrónicos, hélices eólicas a base de imanes se encuentran en esta isla de hielo, tales como el Escandio (Sc), Itrio (Y), Lantano (La), Cerio (Ce), Praseodimio (Pr), Prometio (Pm), Samario (Sm), Europio (Eu), Gadolinio (Gd). ), Terbio (Tb), Disprosio (Dy), Holmio (Ho), Erbio (Er), Tulio (Tm), Iterbio (Yb) y Lutecio (Lu); minerales que son fundamentales en la fabricación de diversos productos, como componentes electrónicos, imanes, catalizadores, vidrio, cerámica y en procesos metalúrgicos, los cuales son vitales para las actuales demandas de la energía verde que requiere el planeta, o mejor dicho que requieren las grandes corporaciones como Tesla e Elon Musk, quien puede dar golpes de estado a quien le plazca con tal de hacerse de los recursos energéticos como el litio de los bolivianos, tal cual ocurrió con el golpe de estado de 2019 contra el 1er Presidente Indígena de Bolivia, Evo Morales Ayma.
Donald Trump, no solo aspira a poseer la isla más grande del mundo, sino que también quiere anexionar a Canadá, y reapropiarse del Canal de Panamá, este último, legalmente bajo la soberanía de Panamá por los acuerdos Torrijos Carter de 1977.
La política exterior e internacional de EEUU, desde el 20 de enero será de confronte, amenazas, conspiraciones y guerras híbridas, con el fin de doblegar a los gobiernos para que entreguen sus recursos; así como lo hizo con Venezuela y la confiscación de la empresa refinadora de petróleo CITGO (valorada en 13.000 millones de dólares), la cual generaba miles de millones de dólares para los venezolanos, por lo tanto, sus aspiraciones para adquirir por la razón o la fuerza, nuevamente están puestas en la 1ra reserva de petróleo del mundo; ya que Caracas posee el 24% de reservas petrolíferas del planeta.
Washington en obediencia a su carácter depredador monroista (1823) ha ido minando el mundo con sus más de 800 bases militares, ya destruyó Irak, Libia, Afganistán, Siria y ahora Yemen e Irán, aunque este último ha demostrado que hacerlos arrodillar les costará la posible “desaparición de Haifa y Tel Aviv”; pues el poder de los Ayatolás ha sido probado por la entidad sionista, quién frente a sus misiles hipersónicos no pudieron hacer nada.
Por ello, la peligrosidad del nuevo presidente estadounidense debe preocupar a toda la sociedad internacional, más aún a los que habitan el continente americano; ya que este siempre ha sido considerado su patio trasero, por ello hoy tiene bases militares gracias a la obsecuencia sumisa de gobiernos de papel como Dina Boluarte, Daniel Noboa, Javier Milei, Santiago Peña u Luis Lacalle Pou, quienes en un acto de felonía a la unidad latinoamericana, vienen rifando la soberanía y la dignidad del continente, al permitir la instalación de bases militares estadounidenses y militares, quienes no solo tienen un estatus de extranjería, sino inmunidades diplomáticas con las cuales tienen luz verde para actuar como les venga en gana.
En su momento, Laura Richardson Jefe del Comando Sur de EE.UU., manifestó la importancia que tiene Latinoamérica para el mundo, pues en ella se encuentran las mayores reservas de litio (Argentina, Chile, Bolivia), agua dulce (El Acuífero Guaraní compartida por Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina), petróleo (Venezuela) y tierras raras que contienen metales incalculables en su valor para las nuevas energías verdes del planeta; por lo tanto el pensamiento depredador de EEUU si bien ahora está centrado en Groenlandia, Canadá o el Canal de Panamá, no debería extrañar a nadie que más temprano que tarde pondrá sus garras sobre la Patria Grande: ¿Acaso no será así?
Roberto Chambi Calle
Jurista, Teólogo y analista en RRII
Coautor del libro “Palestina entre piedras y misiles”.
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