Una mujer sueña con beber el agua del Paraíso
Irshad – Sheikh Muzaffer Ozak
Según la venerada A'isha, Madre de los Creyentes, una mujer con una mano marchita entró un día en presencia del Mensajero. Ella le dijo que había experimentado un sueño, y cómo su mano se había marchitado como consecuencia, y pidió su intercesión para que ella pudiera recuperar su uso. El Mensajero de Allah le preguntó qué tipo de sueño era, para que su mano se haya marchitado, y la mujer explicó:
"Mensajero de Allah, en mi sueño la Resurrección había empezado y toda la humanidad se había reunido en el Lugar de la Resurrección. El Equilibrio había sido fijado allí, y el Infierno había sido llevado a ese lugar. El paraíso también había sido traído con sus adornos, galas, sus pabellones, huéspedes y sirvientes. Entonces yo miré y vi a mi madre, con un pedazo de sebo en una mano y un pedazo de tela vieja en la otra. Ella estaba intentando protegerse con este sebo y tela de los fuegos del Infierno, intentando usarlos como un escudo contra las llamas. Yo lloré cuando la vi en esta condición, mientras clamaba:
“Mi querida mami, ¿qué estás haciendo en este valle del Infierno?. En este bajo mundo tu fuiste obediente y fiel al Señor de todos los Mundos. Fuiste amable hacia mi padre, y él era feliz contigo”.
Pero mi madre dijo: “Eso es verdad, mi estimado corazón, pero yo era una persona ávida, tacaña. Todos lo que yo pude traerme en toda mi vida entera para donar en la causa de Alá fueron este sebo y este poco de tela en mi mano. Ahora estoy intentando usarlos como mi protección contra el fuego. Este valle es una parte del Infierno dónde el tacaño y el ávido sufren el tormento”.
Entonces pregunté donde estaba mi padre. Él había sido una persona generosa. Ella me dijo que él estaba ahora en el Paraíso, la casa del generoso. Yo fui al Paraíso dónde mi padre estaba parado al lado de su estanque, mientras daba agua a las personas del Paraíso. Aquellos que llegaban sedientos y cansados al Lugar de la Resurrección habrían de saciar su sed en el estanque del Mensajero, o de la mano del propio Muhammad, de las manos del Imán Hasan y del Imán Husayn, o de aquellos de nuestros maestros Ali el Elegido, Abu Bakr, Umar y Uthman, y de los Íntimos de Allah y de las personas generosas.
Aquí estaba este hombre, también dando el agua a la Comunidad de Muhammad del estanque del Profeta. Así fue cómo él actuó durante su vida. Yo me acerqué a mi padre y pregunté:
“Mi querido papá, aquí está siendo amable a todos. Esta estación te ha sido conferida. Mi madre era una señora obediente a Allah que evitó las cosas ilícitas en sus oraciones y en su ayuno. Usted fue amable con ella también. Pero ahora ella se está quemando en el Infierno, mientras que tú les estás dando agua a las personas del estanque del Profeta. Desde que esta tarea te ha sido dada, llena una taza para mí para llevarle a mi estimada madre”.
Mi padre contestó:
“O luz de mis ojos, lo que tu dices es verdad. Pero al ávido y al tacaño se les ha prohibido el beber del estanque del Mensajero, de manera que no se me permite darte aquello que pides”.
No obstante llené una taza y fui caminando hacia el Infierno para darle a mi madre, cuando escuché una voz detrás mío diciendo:
“¡Quiera Allah causar que tu brazo se marchite! ¿Cómo te atreves a darle agua del estanque del Profeta (saws) a un avaro?”.
Cuándo yo desperté, vi que mi brazo derecho se había marchitado".
El noble intercesor por licencia divina puso su bastón en la mano de la mujer, diciendo:
"Mi Señor, si lo que esta mujer dice es verdad, por favor sana su brazo". Su brazo fue restaurado inmediatamente a la salud, en mejor condición de la que hubiese tenido alguna vez.
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