Gobierno de EE.UU. en combate contra los "filtradores"
Bradley Manning está en una cárcel militar acusado de filtrar miles de documentos clasificados a WikiLeaks.
La administración de Barack Obama está soportando agudas críticas por el enjuiciamiento, bajo la Ley de Espionaje, de algunos empleados de gobierno que filtran información delicada. Algunos dicen que se trata de una sobrerreacción estimulada por la publicación de los documentos de WikiLeaks.
Cuando Steve Rosen vio dos tipos caminando por el antejardín hacia su casa, una mañana de agosto de 2004, pensó que se trataba de evangelizadores de una iglesia del área.
En realidad, la pareja estaba constituida por agentes del FBI, que habían venido a su casa de Maryland para informarle que sería enjuiciado por recibir y transmitir información clasificada.
"Habrían podido tirarme al piso con una pluma: no tenía la más remota idea a qué se estaban refiriendo", dijo Rosen.
En esa época, Rosen estaba trabajando para el Comité para Asuntos Públicos Israelíes de Estados Unidos (AIPAC, por sus siglas en inglés) un poderoso grupo de presión pro israelí, con sede en Washington.
El FBI lo había estado siguiendo por cinco años y había estado controlando sus conversaciones.
"Farsa"
Una de sus fuentes, incluida en las acusaciones en su contra, era el analista de inteligencia del Pentágono Lawrence Franklin.
Cinco años más tarde, el caso del Departamento de Justicia en contra de Steve Rosen y su colega de Aipac y coacusado, Keith Weissman, hacía agua. La fiscalía no pudo demostrar su intención delictiva.
"Para gran sorpresa de muchos, el gobierno de Obama intensificó la guerra contra la gente que hace denuncias "
Mark Feldstein, profesor de periodismo de la Universidad de Maryland, Estados Unidos
"Si hubiera habido juicio, habríamos podido demostrar la farsa de estas acusaciones", dijo Rosean.
"Trataron de perseguir una actividad inocente, con protección constitucional. Estuvo muy mal lo que hicieron".
Las acusaciones contra Rosen se produjeron durante el gobierno de Bush.
Sin embargo, Mark Feldstein, profesor de periodismo en la Universidad de Maryland, cree ver una preocupante tendencia a las acusaciones por espionaje desde que el actual presidente de Estados Unidos, Barak Obama, asumiera el cargo.
"Para gran sorpresa de muchos, el gobierno de Obama intensificó la guerra contra la gente que hace denuncias y los ataques contra la información de la que dependen los periodistas y la gente para obtener evidencia de actividades impropias por parte de instituciones e individuos poderosos", afirma el profesor Feldstein.
"Vengativo y malicioso"
El viernes, Thomas Drake, un ex funcionario de alto rango de la Oficina de Seguridad Nacional, un secretísimo organismo de espionaje estadounidense, fue sentenciado a un año de prisión suspendida, luego de que fracasara un juicio incoado en su contra por el Departamento de Justicia.
Drake había sido acusado de entregarle información a un periodista respecto a un programa de computación del gobierno que consideraba un despilfarro.
Thomas Drake pertenecía a un organismo de espionaje estadounidense ultrasecreto.
Luego de que la querella del gobierno fracasara, Drake se declaró culpable de un cargo menor: haber sobrepasado sus atribuciones al utilizar un computador oficial.
Fuera del tribunal, Drake calificó el enjuiciamiento como "vengativo y malicioso".
De acuerdo con su abogada, Jesselyn Radack, la acusación de que había entregado información fue una "mentira sin más".
Los críticos del sistema de clasificación de Estados Unidos dicen que éste es a menudo arbitrario. Muchos documentos llevan el sello de "confidencial" cuando el contenido no es ni secreto ni delicado.
El sistema está siendo revisado por el gobierno de Estados Unidos.
"Sin propósito"
Incluso alguien como P.J.Crowley, ex portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, dice que demasiada información del gobierno es catalogada como secreta.
En Marzo, Crowley renunció al gobierno luego de criticar ácidamente al Pentágono por el trato dado a Bradley Manning, un soldado estadounidense actualmente detenido en un presidio militar acusado de haber entregado miles de documentos clasificados a WikiLeaks.
Crowley traza una clara distinción entre WikiLeaks, un sitio de internet que ha publicado decenas de miles de documentos con cables diplomáticos secretos, y la filtración de información.
El ex portavoz piensa que el sitio de Assange publicó, de manera irresponsable, enormes cantidades de información y que gran parte de ella no servía a ningún propósito.
"Paranoia del gobierno"
El asunto de la filtración de información está siendo discutido en el corazón mismo del gobierno estadounidense. En abril, Obama sostuvo una reunión con varios grupos que hacen campaña por una mayor transparencia en el gobierno.
El Pentagono también ha recibido críticas por su tratamiento del soldado Bradley Manning.
Danielle Brian, directora ejecutiva de Project on Government Oversight asistió a la reunión y dijo haberse sentido muy alentada por el tono de la conversación con Obama.
Sin embargo, dice que en el momento en que ella planteó su preocupación por las represalias legales contra potenciales filtradores de información, Obama expresó su desacuerdo.
El Departamento de Justicia dice que los empleados del gobierno que estén preocupados respecto a las políticas de seguridad nacional, disponen de canales oficiales para hacer sentir su malestar.
Pero los activistas que procuran mayor transparencia de parte del gobierno temen que las legítimas filtraciones de información puedan ser las víctimas inocentes del caso WikiLeaks.
El profesor Feldstein, de la Universidad de Maryland, dice que el caso WikiLeaks "le ha echado leña al fuego de la paranoia del gobierno respecto a la seguridad nacional" y le ha dado más razón a la presidencia de Obama para "sentirse justificada cuando persigue a quienes filtran información".
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