De Londres y otros movimientos sociales, algunas ideas“Estamos redistribuyendo la riqueza”, dice un joven de la zona londinense de Hackney. Por la injusta muerte de Mark Duggan a manos de la policía, dicen unos. Por rebeldía ante los juegos olímpicos, o ante los recortes presupuestales, dicen otros. Criminales, dice Cameron. La verdad es que por razones que sinceramente no entendemos aún, Londres se convierte en una señal más de que algo pasa en el planeta. Agosto amanece con una nueva manifestación social, quizás no revuelta o revolución, pero sí un fenómeno en el que hay que poner nuestra atención. De Cairo a Hama, de Túnez a Benghazi, de Madrid a Syntagma, hoy tenemos que agregar otros eventos a aquellos con los que este 2011 pasará a la historia. En este blog hemos defendido fuertemente la necesidad de diferenciar y sí, claramente esta vez se trata de algo muy distinto. Pero el solo hecho de que de nueva cuenta estemos hablando de situaciones en las que un número de jóvenes sale a la calle a expresar emociones colectivas (bastante más agresivamente en el caso de Inglaterra) llama la atención e invita a que reflexionemos en qué medida esto que se aprecia tiene que ver con los otros sucesos del año. ¿O acaso es una casualidad absoluta el encontrar juventudes en cuatro continentes en distintos grados de rebeldía? Acá, algunas notas sobre los factores comunes y las también importantes diferencias:
1) Ya en un texto publicado en BluReport, señalé que cuando se han mezclado la juventud, el desempleo, la frustración colectiva y el manejo de redes sociales, el resultado, al menos durante este año, ha sido alguna clase de movimiento social de mayor o menor magnitud. En ese análisis escribí lo siguiente: “La desocupación juvenil media en Europa es de aproximadamente 21%. El mismo indicador para España es de 42%. Para Grecia la tasa oscila entre los 35 y 36 por ciento de jóvenes desempleados. En países como Lituania y Eslovaquia el indicador se ubica también arriba de 35%. En Egipto, 25 a 40% según la fuente. En otras palabras, la crisis del 2007 al 2009 ha tenido muchas víctimas, pero los jóvenes son sin lugar a dudas uno de los sectores más golpeados. Ahí están los primeros factores comunes. Paralelamente, un estudio publicado a principios de año por la Fundación para la Innovación Política en Francia revela que la mayor parte de los jóvenes europeos desconfía de sus instituciones. Mientras que en China e India, 71% de los encuestados sí confía en sus instituciones, solamente 21% de los griegos y 20% de los españoles lo hace. (Por cierto México tiene el último lugar con 14% de jóvenes que confían en sus instituciones). Jóvenes desempleados que no perciben oportunidades en sus sociedades y desconfían en sus instituciones para sacarlos adelante. Buscar los países en donde estos elementos existen al mismo tiempo es entender en dónde pueden comenzar a gestarse los movimientos sociales replicados que estamos atestiguando”.
2) En Inglaterra el desempleo juvenil no llega a los niveles de España, pero se ubica en 18%. No es un número bajo y refleja uno de los posibles determinantes. No olvidemos que de acuerdo con estudios realizados, en fenómenos de manifestaciones colectivas de emociones, lo importante no son tanto los valores absolutos de las condiciones materiales, sino la percepción e interpretación que ciertos sectores sociales hacen sobre estas condiciones materiales. Eso quizás explica el por qué solamente 29% de los jóvenes ingleses confían en sus instituciones y en el parlamento.
3) El grado de conectividad de los jóvenes británicos no será sin duda tampoco el único elemento, pero hemos notado que puede convertirse en un factor contribuyente. El estudio acerca de las juventudes que compartí arriba arroja los siguientes datos interesantes: Los ingleses son particularmente afectos a Internet y redes sociales. El promedio en la Unión Europea de jóvenes que navegan Internet usando teléfonos móviles es de 34%. Ese mismo dato para Inglaterra es de 51%. En la Unión Europea, 34% de jóvenes usan redes sociales. En Inglaterra en cambio, este promedio sube al 49%. No es por tanto casual que a lo largo de estos días hemos escuchado un sinfín de relatos acerca del uso de Blackberrys, y redes sociales como herramientas de comunicación en estos disturbios, quizás de un modo más marcado que en otros países. Uno de los temas, por cierto, es que se ha utilizado más el BBM, pues, según dicen, a diferencia de Internet, éste medio no puede ser intervenido.
4) Ahora bien, estos datos nos permiten contextualizar, pero no concluir de manera inmediata que los disturbios tenían que desbocarse como lo han hecho. Nada justifica que un comercio que no tiene la culpa de lo que pasa en el país sufra daños en sus instalaciones o que un automovilista inocente pierda su coche por la masa iracunda. También es importante decir que Inglaterra no es el único territorio que sufre condiciones de desocupación juvenil, y debemos enfatizar que en otros países el desencanto por lo institucional ha sido expresado de manera pacífica. Sin embargo, la conclusión a la que muchos llegan es que se trata de criminalidad pura y total, o como dijo Cameron, que los disturbios son producto de una cultura de violencia inmersa en los sectores sociales en rebeldía. Me parece que a estas alturas, y entendiendo que lo que ha sucedido a lo largo de todo el 2011 no es exclusivo de un solo país, va a ser necesario que sociólogos y antropólogos nos ayuden a complejizar un poco más este tema. Definir lo que sucede en Gran Bretaña exclusivamente en términos de delincuencia juvenil es por decir lo menos, bastante reduccionista.
5) También, sin embargo, es reduccionista hablar de un fenómeno idéntico en las revueltas árabes y los disturbios en Londres. El contexto general es el que arriba hemos señalado. Hasta ahí. En ese punto, es indispensable mencionar que lo de Medio Oriente no solo es una protesta en contra del desempleo y la pobreza, sino una revuelta popular y mayoritariamente pacífica en contra de dictaduras autoritarias, represivas y en muchos casos asesinas, como lo hemos atestiguado. Hay líneas claras de división entre eso y el sistema político de países como Inglaterra, por más que se les quiera criticar. En Siria, ahora mismo, están matando a la gente por acciones mucho menos violentas que las que suceden en Londres.
6) En ese sentido, hay versiones que pretenden ligar los sucesos londinenses con los juegos olímpicos, o con los recortes presupuestales del gobierno británico. Honestamente aún es demasiado pronto para saber cuáles han sido los factores de mayor peso en la motivación de las masas. Quizás en el futuro, este tema será estudiado con mayor detenimiento como para poder asociar las distintas variables. Por ahora, baste decir que no se trata de delincuencia o criminalidad clásica, pero tampoco de una revuelta popular o revolución como lo que se ha visto en Oriente Medio. Seguramente en algún lugar intermedio, allá donde las emociones se mezclan con las percepciones y la rabia contenida, se encontrarán algunas respuestas. Más aún, si los factores que hemos mencionado arriba (juventud, desempleo, frustración y algún grado de conectividad) siguen apareciendo en otras sociedades, seguramente Londres no será el último capítulo de esta historia.
Comentamos el tema por radio en Ibero 90.9 FM viernes a las 12:35 PM. Link para escucharlo en vivo: http://movil.ibero909.fm/ Y en Twitter: @maurimm
No hay comentarios:
Publicar un comentario