Irán y Siria: los dos nuevos blancos de Estados Unidos

Irán y Siria: los dos nuevos blancos de Estados Unidos
La presión de Occidente, en particular de Washington, sobre Teherán y Damasco responde a motivos distintos pero tiene un mismo objetivo, el de rediseñar el escenario político y militar de Medio Oriente. La "primavera árabe" abrió una puerta que altera el inestable equilibrio en la región con el blanqueo político de grupos radicalizados.

Una operación distractiva se desarrolla en el escenario siempre conflictivo de Medio Oriente, operación que se ha disparado en las últimas semanas con Estados Unidos como principal impulsor, y Siria e Irán como sus obligados partenaires. La maniobra en cuestión es promovida por Washington y, con matices, por sus aliados occidentales, y mientras apunta a Teherán por el control del estratégico estrecho de Ormuz, por donde pasa el 35% del petróleo que se dirige a Occidente, en realidad ahora tiene como prioridad el derrumbe del régimen laico de Siria que conduce Bashar Al Asad.

Hace ya diez meses que el líder sirio enfrenta una revuelta popular que, siempre según fuentes de los países occidentales, ya provocó más de 5.000 muertos y decenas de miles de heridos y desplazados. En la última semana, observadores de la Liga Árabe ya en el terreno, en Siria, volvieron a comprobar la dura represión de las autoridades en Damasco.

La combinación de la rebelión popular y las presiones de Washington para que se vaya Al Asad y se convoque a "elecciones libres" es el modelo del proceso que concluyó con el derrocamiento del líder libio Muamar Kadafi, el pasado 20 de octubre. El caso de Libia, como el de Irak, se "justificaban" por la existencia de grandes reservas de petróleo en poder de líderes imprevisibles. Irán podría aplicar para integrar la misma lista, pero el régimen islámico no se compara con ninguna de las autocracias de la región. El caso de Siria es distinto: el mayor interesado en la caída de Al Asad es Israel, que juega un juego ambigüo con Irán.

Las últimas escaramuzas diplomáticas entre Teherán y Washington concluyeron con una serie de sanciones a las exportaciones de crudo iraní que causaron la ira del régimen que lidera Mahmud Ahmadinejah, que realizó en el último mes una gira por América latina en busca de romper el aislamiento que padece su régimen.

El presidente estadounidense Barack Obama condenó ayer (martes 17) los continuos e "inaceptables" niveles de violencia que se registran en Siria y se comprometió a redoblar los esfuerzos internacionales para obligar al presidente Al Asad a renunciar. Obama también agradeció al rey Abdalah II de Jordania, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, por ser el primer líder árabe en pedir la salida de Al Asad del poder después de una reunión que también se centró en los esfuerzos de Jordania para reflotar las conversaciones de paz entre palestinos e israelíes.

Washington mantiene su propia "guerra fría" con Irán con maniobras militares a las puertas del estrecho de Ormuz, donde ya tiene destacada buena parte de la V Flota con dos portaaviones. A finales de diciembre pasado, un comandante de alto rango de la Guardia Revolucionaria de Irán sostuvo que Estados Unidos no estaba en posición de decir a Teherán "qué hacer en el Estrecho de Ormuz". La amenaza de Irán de bloquear los envíos de crudo por ese estrecho, una vía crucial para varios proveedores de crudo de Oriente Medio, llegó tras la decisión de la Unión Europea de endurecer las sanciones a Irán por su programa nuclear, las que siguieron a otras similares de Estados Unidos. El canal iraní en inglés Press TV citó a Hossein Salami, quien dijo que "toda amenaza será respondida con una amenaza (...) No renunciaremos a nuestros movimientos estratégicos si los intereses vitales de Irán se ven socavados". Este es el trasfondo de la operación occidental sobre Siria.

Objetivo: Siria. Estados Unidos advirtió este martes que el borrador de resolución sobre la rebelión en Siria, presentado el lunes por Rusia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, es "insuficiente", y señaló que un texto del organismo debe responsabilizar a Al Asad por la brutal represión.

Rusia, que junto con China vetó una resolución europea sobre Siria en octubre pasado, distribuyó una nueva propuesta luego de una serie de críticas por la falta de acción del máximo órgano ejecutivo de Naciones Unidas. "Es evidente, obvio, que se necesita trabajar más en esto que hemos visto hasta ahora", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner. "Vamos a trabajar para concretar un borrador de resolución que responsabilice al régimen de Al Asad y que, a su vez, apoye los esfuerzos de la Liga Árabe", subrayó Toner, quien se moderó al señalar que, "en cierta medida, estamos contentos de que los rusos mostraran disposición para discutir esto".

Francia y Alemania también criticaron el último borrador ruso -presentado en diciembre-, y desde París se dijo que "estaba muy lejos de responder a la realidad de la situación en Siria".Siria se ha visto sacudida desde el 15 de marzo del año pasado por una revuelta popular contra el gobierno de Al Asad, que envió sus tropas apoyadas por milicias a las ciudades rebeldes con el fin de aplastar la protesta, con un saldo de al menos 5.000 muertos, según un cálculo de la ONU divulgado a comienzos de diciembre.

Siria se opuso este martes al despliegue de tropas árabes propuesto por Qatar para poner fin a la violencia. Damasco rechazó las declaraciones de responsables de ese emirato sobre el envío de tropas árabes, que "amplifica la crisis, frustra la acción árabe y abre la vía a una intervención extranjera", declaró el ministerio de Relaciones Exteriores sirio en un comunicado publicado por la agencia oficial Sana."El pueblo sirio rechaza toda intervención extranjera bajo cualquier denominación. Hará frente a toda tentativa que atente contra la soberanía de Siria y la integridad de su territorio", añade el comunicado.

"Sería lamentable que corriera sangre árabe en territorio sirio para servir" otros intereses, agrega la comunicación oficial."Siria llama de nuevo a la Liga Árabe a parar las campañas de incitación de la prensa, y a ayudar a evitar la infiltración de terroristas y la entrada de armas en su territorio, para lograr la seguridad y la estabilidad previas a un diálogo nacional y a una solución política de la crisis", añade el texto.

El emir de Qatar, jeque Hamad Ben Jalifa Al Thani, dijo el sábado en una entrevista al canal estadounidense de televisión CBS que es favorable al envío de tropas de países árabes para "detener la matanza" en Siria, sacudida desde hace diez meses por una revuelta contra el régimen que está siendo reprimida de forma violenta. El emir fue el primer dirigente árabe en proponer una solución semejante.

Pese a la presencia desde el 26 de diciembre de decenas de observadores árabes en Siria, el régimen siguió reprimiendo las protestas y causando muertos, según aseguran fuentes opositoras. Al menos 14 civiles murieron el martes en Siria, ocho de ellos al estallar una carga al paso del minibús en que viajaban, informó el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido.

En Homs, al centro del país y uno de los bastiones de la protesta contra el régimen del presidente Asad, transportes de tropas blindadas que circulaban en la calle Al Qahira "abrieron fuego a ciegas, matando a un civil e hiriendo a otros nueve", denunció el OSDH. En la misma ciudad, disparos de las fuerzas de seguridad mataron a cuatro civiles, según la misma organización. Por quinto día consecutivo, las fuerzas del orden atacaron Zabadani, situada 45 kilómetros al noroeste de Damasco, obligando a los residentes de la ciudad a huir, según los Comités de Coordinación Locales (LCC). Además, en Alepo, la segunda ciudad de Siria, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo allanamientos en la Ciudad Universitaria después de una manifestación estudiantil que se celebró el lunes último. Las fuerzas de seguridad ingresaron allí de manera violenta, rompieron los muebles de los dormitorios y arrestaron a algunos estudiantes.

Por su lado, el Consejo Nacional Sirio (CNS), que reúne a las principales corrientes de oposición, aseguró haber instalado con el Ejército Sirio Libre (ASL), conformado por desertores, "una oficina de enlace y un teléfono rojo para seguir lo que está ocurriendo" en el terreno.

El OSDH, en tanto, informó de la liberación de Najati Tayara, famoso opositor y defensor de los derechos humanos que fue detenido en mayo por haber denunciado las atrocidades cometidas por las fuerzas del régimen de Asad, quien anunció el domingo una "amnistía general por crímenes cometidos durante los acontecimientos" registrados desde el 15 de marzo, medida en la que la oposición no confía demasiado.

En el plano diplomático, el nuevo borrador de Rusia para una resolución sobre Siria ante el Consejo de Seguridad de la ONU, recogió nuevos rechazos. Francia y Alemania consideraron el martes insuficiente esta propuesta y Gran Bretaña se mostró pesimista respecto a la evolución de la posición rusa. Diplomáticos occidentales estimaron que no existen cambios aparentes en la postura de Moscú, que se opone a una acción de la ONU contra el régimen de Asad. China y Japón tampoco se muestran inclinados a favorecer la posición occidental.

Como si faltara algo al explosivo cóctel, el jefe de la mayor tribu de Siria, Nawaf al Bashir, que huyó de su país la semana pasada, amenazó en Estambul con una radicalización de la lucha contra el régimen si el Consejo de Seguridad no interviene para poner fin a la represión. Y desde Tel Aviv varios altos dirigentes coincidieron en agregar nafta al fuego al pronosticar que al régimen de Asad le quedan apenas semanas de vida.