El gobierno frecuentemente raya en momentos de ineptitud
Antonio Betancourt
A 18 meses de haber comenzando la transición en el poder, Vicente Fox ha sido víctima de la enorme expectativa que despertó ganando la elección de julio del 2000.
A decir de Rafael Pérez Gay, director de la revista Nexos y connotado intelectual mexicano, "los mexicanos en estos dos años hemos tenido un gobierno que ha sido presa de esta figura tan en voga hoy en día, que es el Cambio".
Y explicó: "El panorama es incierto, el gobierno ha dilapidado su capital político con gran rapidez, y frecuentemente rayando en momentos de gran ineptitud, sus relaciones con el Congreso han sido ríspidas y no han saltado las redes necesarias de negociación para que las relaciones entre congreso y presidente no se basen en el choque o en el conflicto, sino también en la coincidencia de fines y objetivos".
Según su opinión, "el gobierno de Fox muy a menudo ha mandado señales contradictorias a los diversos sectores de la política, muchas veces con empresarios, con la sociedad, con los escritores, sindicatos, partidos, y me parece que en la revisión de los dos años sería buena opción de examinar estos asuntos políticos".
El autor de varios libros, consideró que el Programa de Financiamiento al Desarrollo, que plantea las reformas estructurales es una carta que cualquier gobernante podría hacer, "es en sí misma inalcanzable, y el verdadero desafío es cómo plantear ser diferentes y mejores sin cambiar estructuralmente de un día para otro".
Y aunque reconoció que en el presidente hay un aliento estimulante que tienen que ver con la libertad de expresión, hay un impulso legítimo democrático en su administración, y no pocas veces buenas intenciones, ha habido un error serio de comunicación social.
"Es verdad que a veces, no pocas, los secretarios de Estado han tomado caminos distintos y no rumbos completamente diversos, ha hecho falta en ocasiones que el presidente ponga orden entre sus subordinados principales".
Pérez Gay insistió que existe un gran desencanto entre la población a dos años de gobierno, "pero no podemos negar en este contexto que se desarrolla una parálisis ligada a lo que se llama el fin de la transición mexicana; pocos politólogos supusieron que el fin de la transición se vendría acompañada por una parálisis gubernamental, y creo que el gobierno debe concentrar sus esfuerzos, antes de pensar en reformas para lograr objetivos.
A 18 meses de haber comenzando la transición en el poder, Vicente Fox ha sido víctima de la enorme expectativa que despertó ganando la elección de julio del 2000.
A decir de Rafael Pérez Gay, director de la revista Nexos y connotado intelectual mexicano, "los mexicanos en estos dos años hemos tenido un gobierno que ha sido presa de esta figura tan en voga hoy en día, que es el Cambio".
Y explicó: "El panorama es incierto, el gobierno ha dilapidado su capital político con gran rapidez, y frecuentemente rayando en momentos de gran ineptitud, sus relaciones con el Congreso han sido ríspidas y no han saltado las redes necesarias de negociación para que las relaciones entre congreso y presidente no se basen en el choque o en el conflicto, sino también en la coincidencia de fines y objetivos".
Según su opinión, "el gobierno de Fox muy a menudo ha mandado señales contradictorias a los diversos sectores de la política, muchas veces con empresarios, con la sociedad, con los escritores, sindicatos, partidos, y me parece que en la revisión de los dos años sería buena opción de examinar estos asuntos políticos".
El autor de varios libros, consideró que el Programa de Financiamiento al Desarrollo, que plantea las reformas estructurales es una carta que cualquier gobernante podría hacer, "es en sí misma inalcanzable, y el verdadero desafío es cómo plantear ser diferentes y mejores sin cambiar estructuralmente de un día para otro".
Y aunque reconoció que en el presidente hay un aliento estimulante que tienen que ver con la libertad de expresión, hay un impulso legítimo democrático en su administración, y no pocas veces buenas intenciones, ha habido un error serio de comunicación social.
"Es verdad que a veces, no pocas, los secretarios de Estado han tomado caminos distintos y no rumbos completamente diversos, ha hecho falta en ocasiones que el presidente ponga orden entre sus subordinados principales".
Pérez Gay insistió que existe un gran desencanto entre la población a dos años de gobierno, "pero no podemos negar en este contexto que se desarrolla una parálisis ligada a lo que se llama el fin de la transición mexicana; pocos politólogos supusieron que el fin de la transición se vendría acompañada por una parálisis gubernamental, y creo que el gobierno debe concentrar sus esfuerzos, antes de pensar en reformas para lograr objetivos.
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