Nuevamente Palestina.
Nuevamente Gaza.
Nuevamente el espectáculo morboso que algunos “humanistas”
disfrutan desde una colina, aplaudiendo a cada estallido de una
bomba
que destruirá casas y seres humanos, mientras se degustan
golosinas,
como se hace al mirar un espectáculo cualquiera.
De nuevo, armas de última generación, en su mayoría prohibidas,
destrozando los cuerpos de los “terroristas” palestinos.
Otra vez, esos terroristas son niños, mujeres, ancianos, hombres
pacíficos y trabajadores.
Nuevamente, Israel ejerce su “legítimo derecho a defenderse”.
Como siempre, los Estados Unidos y Europa defienden ese derecho y
callan la verdad. Como siempre, la “comunidad internacional” mira
para otro lado y hace como que nada sabe, como que nada pasa.
Nuevamente, los gobiernos canallas dan la razón a la potencia
ocupante, fuertemente armada, al grado de constituirse como el 3er
o 4to ejército más poderoso del mundo, para defenderse de los
cohetes de fabricación casera que rara vez atinan a un blanco y de
las piedras que no son capaces de destruir los tanques o los
bulldozers de 30 toneladas con que derriban las casas palestinas.
De nuevo, se omite que el disparo de esos burdos cohetes y el
lanzamiento inútil de esas piedras es la respuesta desesperada de
un
pueblo inerme ante las constantes violaciones a sus derechos más
elementales, a los asesinatos, secuestros, al castigo colectivo.
Castigo, ¿por qué?, por no rendirse ni renunciar a su tierra, a su
esencia, a su vida, a su dignidad.
Israel, la autodenominada “democracia del medio oriente”, es
en realidad un régimen fascista que no posee una constitución; que
no reconoce fronteras; que sostiene la máxima de exterminar a los
árabes, palestinos o no; que mantiene un sistema de castas; que
viola el derecho internacional y el derecho humanitario; que
desoye
las resoluciones que, tibiamente, emite la ONU o la Corte Penal
Intermacional; que secuestra niños y los condena a cadena perpetua
por haber lanzado piedras contra los tanques invasores; que
pretende
constituirse como una teocracia; que amenaza continuamente a sus
vecinos y aboga por las agresiones militares; que se fundó con
base
en mentiras, terrorismo y despojo; que es, realmente, un ejército
con estado.
Pretextando el sospechoso y fuertemente manipulado asesinato de
tres jóvenes israelíes, quienes no eran precisamente inocentes
civiles y sí, en cambio, colonos ilegales de las tierras
palestinas,
Israel lleva adelante la continuación de la campaña de exterminio
que ha practicado por más de 100 años, desde varias décadas antes
de su invención. A su ambición por controlar recursos como el gas
natural y el petróleo la disfraza de acción defensiva, pero la
emprende directamente contra la población civil del territorio más
densamente poblado del planeta, cercado por todas partes, lo que
hace
de sus habitantes verdaderos prisioneros en su propia tierra, sin
posibilidad de huir de los intensos bombardeos lanzados desde el
mar
y el aire.
Los integrantes de la campaña Námakasia Solidaridad con la Tribu
Yaqui, denunciamos al estado terrorista de Israel por sus crímenes
de lesa humanidad en contra del pueblo palestino y demandamos el
cese
inmediato de la agresión sionista a Gaza y a Cisjordania, el
cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la
Asamblea General de la ONU, así como de la Corte Penal
Internacional. Demandamos que los criminales sionistas sean
juzgados
como criminales de guerra en la Corte Penal Internacional y que la
ONU proceda a aplicar toda medida a su alcance para garantizar el
cese de las agresiones fascistas en contra del pueblo palestino.
Hacemos un llamamiento a los pueblos del mundo para sumarse a la
campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones convocada por el
pueblo palestino, para acabar con el sistema de apartheid israelí
que les afecta, del mismo modo que se hizo con el régimen nazi en
su
momento y con el régimen del apartheid sudafricano. En particular,
solicitamos a los académicos y estudiantes del mundo adherirse al
boicot académico, cultural y deportivo contra Israel. No podemos
ser
imparciales ni tibios, pues eso nos convierte en cómplices de un
holocausto que se practica desde hace un siglo.
A nuestros hermanos palestinos les decimos que no están solos,
que nosotros acá conocemos de su lucha, de su resistencia, de su
dignidad y de sus profundos valores humanistas. Ustedes son la
llama
de dignidad que alimenta nuestros corazones, corazones que
mantenemos
abiertos para ustedes. Ustedes son ejemplo de resistencia, de
amor,
de vida. Sus mártires son también nuestros y su sangre germinará
las semillas de la digna rebeldía en Palestina y en México.
¡Palestina vencerá!
¡Viva Palestina libre!
¡Viva la alegre rebeldía!¡Námakasia Palestina!
El petróleo descubierto por Israel es palestino
michaellee2009
Fuente: Oil Found by Israel Should Belong to Palestine, Uprootedpalestinians’s Blog, 19/12/2013
Al parecer, un pozo petrolífero israelí contiene reservas mucho
más grandes que las que se estimaron inicialmente. La compañía
petrolera Givat
Olam ha incrementado sus estimaciones hasta los 3.530
millones de barriles de petróleo y ya ha vendido crudo por valor
de 40 millones de dólares.
Aunque Israel parece tener un futuro brillante como productor de
petróleo, hay un problema: el pozo Meged 5 está localizado en la
misma Línea Verde, la frontera internacionalmente reconocida entre
Israel y Palestina. Situado algunas decenas de metros en el
interior del territorio palestino de Cisjordania, según el derecho
internacional y los Acuerdos de Oslo, el pozo pertenece a
Palestina.
En respuesta a este problema, Israel ha reajustado el trazado del
muro de separación para que Meged 5 quede en el lado israelí.
Aunque el pozo está ahora de facto bajo el
control israelí, la mayor parte de las reservas están localizadas
en territorio palestino.
Israel mantiene la economía palestina bajo un control absoluto,
según un reciente
informe del Banco Mundial, y ha impedido que los palestinos
accedan a los principales recursos naturales.El informe sostiene que si los territorios del Área C fueran devueltos a los palestinos, la Autoridad Palestina podría generar 3.400 millones de dólares adicionales, incrementando su PIB en una tercera parte y librándose de la dependencia de la ayuda internacional. Es importante señalar que estas estimaciones no toman en cuenta los hipotéticos ingresos derivados del pozo petrolífero, que podrían lograr la independencia financiera de Palestina.
Ashraf Jatib, uno de los negociadores de la Autoridad Palestina
(AP), dijo:
“La AP tiene un déficit de 2.000 millones de dólares y necesita
desesperadamente invertir en grandes proyectos que exploten
nuestros recursos naturales. Esa es la única forma de terminar con
la dependencia de la AP de la ayuda internacional”.
“Nuestro problema es que la ocupación no solo consiste en
asentamientos y confiscaciones de tierras. Además, Israel se está
beneficiando enormemente de la explotación de nuestros recursos.
Hay mucho dinero en ellos para Israel, lo cual explica por qué la
ocupación está siendo tan prolongada”, añadió.
Este no es el primer caso en el que la búsqueda israelí de
petróleo ha llevado a disputas con sus vecinos. En 2010, Líbano
presentó una denuncia en la ONU en la que afirmaba que Israel
había violado su espacio marítimo para buscar petróleo. El mes
pasado, Israel
rechazó una oferta de EEUU para resolver la disputa sobre la
frontera marítima entre Israel y Líbano.
En 2000, se descubrió petróleo frente a la costa de la Franja de
Gaza. Pero Israel ha bloqueado los esfuerzos para extraer dicho
petróleo, con la excusa de que los beneficios que se obtendrían
solo servirían para financiar el terrorismo. En clara violación de
los Acuerdos de Oslo, Israel redujo las aguas territoriales de
Gaza desde las 20 millas náuticas a tan solo tres.
Al impedir que los palestinos accedan a su propio petróleo,
Israel busca conseguir dos objetivos: por un lado, explotar una
futura gran riqueza en su beneficio y, por otro lado, mantener a
los palestinos dependientes de Israel para abastecer sus
necesidades energéticas, frenando los movimientos potenciales en
favor de un estado palestino independiente.
Traducción: Javier Villate
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