El 'reportero' del Estado Islámico
La operación Ghanima parecía una más. Otro captador detenido, un radical más apresado en Ceuta. Sin embargo, el día 8, la Policía asestó uno de los golpes más duros al entramado del Estado Islámico instalado en España y logró prácticamente acabar con las redes que la trama terrorista tenía implantada en el conflictivo barrio de El Príncipe.
La captura de Ilias Mohamed Ahmed es muy relevante. La Comisaria General de Información logró dar con la pieza más valiosa de una compleja estructura que había caído tras numerosos golpes, integrada por más de 35 personas dedicadas a captar y enviar combatientes a Siria.
Ilias Mohamed, de 28 años, ceutí de nacimiento, llevaba más de seis formando parte del operativo del IS en su ciudad. Había logrado esquivar a la Policía cuando ésta lograba desbrozar las células que se agrupaban sobre él en forma de tela de araña.
"Sin duda, el más peligroso de los que me he encontrado en mi carrera. Seguro que hubiera acabado cometiendo un atentado", apunta uno de los investigadores más veteranos.
Recuerda cómo cuando fue detenido y estuvo ante el juez mantuvo mirada desafiante. "Se cree único. Está convencido. Su autoradicalización es total. No muestra arrepentimiento alguno, al contrario, es un convencido absoluto. Sabía que estaba siendo perseguido. Es un témpano, frío absolutamente. Ni cuando los Geos entraron a detenerle mostró debilidad», añade este mando.
La Policía cree que estaba en contacto con mandos relevantes del IS
Era un "informante", el reportero del IS, lo que en la terminología islamista es un combatiente encargado de trasladar órdenes directas y estratégicas del IS a sus miembros. Una figura clave en la obtención, almacenamiento y distribución de contenidos procedentes de los canales oficiales de la organización.
Era un presunto terrorista que obtenía su material para la captación de las productoras para elaborar vídeos del IS. Esa conexión directa con el primer nivel es lo que le daba más relevancia. Pero, además, como recuerdan fuentes de la investigación, se le incautó el mayor alijo de material usado para captar adeptos: miles de vídeos de altísima calidad.
Ilias Mohamed tenía tejida una completa red para distribuir este material entre jóvenes de un perfil socioeconómico bajo, que era la cantera donde reclutaba integrantes para las filas del IS. En pocos minutos era capaz de repartir el material, a través de una completa red de cuentas sociales que iba variando con frecuencia alta para evitar ser localizado.
Ilias logró contactar con un importante número de jóvenes que ayudó a enviar a Siria, donde la gran mayoría murió. Como destacan estas fuentes, los reclutados eran jóvenes sin antecedentes. Mientras que el resto de integrantes de las células que no viajaban a las zonas de combate eran ya conocidos de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Entre las conexiones del reportero está el conocido como el talibán español, el ex preso de Guantánamo detenido por la Policía: Hamed Abderrahaman Ahmed, el único español que pasó por ese penal.
Tenía miles de vídeos de altísima calidad destinados a formar a futuros terroristas
De 41 años de edad, fue arrestado de nuevo en Ceuta acusado de liderar una red que operaba entre España y Marruecos. Según Interior, la célula tenía avanzadas las gestiones para adquirir armas y explosivos.
El talibán español estaba en contacto con el reportero del IS. Pero Ilias Mohamed, como un fantasma, lograba eludir su existencia en todos los golpes policiales contra su entramado. Por momentos, algunos investigadores dudaron de su existencia, pese a los indicios acumulados. El talibán tenía una tienda de ultramarinos en Ceuta que se utilizaba para adoctrinar físicamente a los que ya habían sido captados por redes. Y allí también estuvo Ilias.
Los investigadores se remontan hasta 2012. Creen que en esa fecha Ilias Mohamed ya era una pieza fundamental en las estructuras de captación. De hecho, sus relaciones eran físicas: las reuniones con los llamados a ser captados se realizaban en en lugares públicos al exterior, para evitar los controles policiales.
"Él se sentía vigilado. Sus medidas de seguridad eran intensas. Pero, pese a ello, era un convencido y nunca quiso apartarse de lo que hacía y huir. Es irreconducible", apuntan algunas fuentes. Por eso los investigadores -que aún no cuantifican la cantidad de adeptos que Ilias consiguió- entienden que, cuando salga de prisión, volverá a sus andanzas.
Entienden que las actuaciones que están llevando las Fuerzas de Seguridad en el plano preventivo están siendo de máxima eficacia. "No podemos dejar un minuto de margen cuando sabemos que están en fase extrema de radicalización o autoradicalización", como era el caso de Ilias. En El Príncipe todos se conocen, todos tienen lazos familiares, todos han pasado la infancia en la calle y la gran mayoría se mueven en ambientes de desafección.
Sus medidas de seguridad eran extremas. Controlaba si le seguían, variaba de recorridos, vigilaba por espejos su entorno... y en el plano virtual, había logrado adquirir importantes conocimientos informáticos que le permitían blindar su material de adoctrinamiento. Pese a ello, la Policía logró recuperar un archivo "muy importante". Finalmente Ilias cometió un error que lo llevó ante la Justicia y a prisión.
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