Trump pone en marcha el muro y la guerra con México para que lo pague
El presidente de EE.UU. asegura que el país vecino financiará «de una forma u otra» los 10.000 millones de dólares que, como mínimo, costará la obra
Corresponsal en WashingtonActualizado:
«Build the wall, build the wall!»(«¡Construye el muro!»). El clamor que escuché tantas veces en los mítines electorales del candidato republicano, el outsider llegado para derrotar al establishment estadounidense, fue atendido en el quinto día de su mandato. Donald Trump firmó este miércoles la orden ejecutiva que impulsa la elaboración del proyecto y construcción de la nueva separación en la frontera con México, que completaría la parte del paso actualmente vallada. Un plan que supondrá para las arcas públicas estadounidenses un mínimo de 10.000 millones de dólares, aunque los expertos calculan que el coste final será bastante superior.
El inquilino de la Casa Blanca volvió a proclamar este miércoles el otro compromiso que siempre ha acompañado a la iniciativa: que el vecino del sur pagará la obra.
Con su habitual convicción y las autoridades mexicanas a la defensiva,Trump proclamó este miércoles: «El dinero será reembolsado a los contribuyentes americanos». Minutos antes, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, había lanzado un mensaje inquietante para la relación entre ambos países: «México pagará el muro de una forma u otra».
La principal promesa, el eje de la campaña antiinmigración del candidato ganador de la elección en noviembre, forma parte de un plan de seguridad y protección de la frontera sur del país, que se verá complementado este jueves con la firma de otra orden ejecutiva para desplegar 5.000 policías en las llamadas «ciudades santuario», las poblaciones de llegada y estancia de inmigrantes sin papeles.
Según aseguró el presidente Trump después de reunirse con el secretario de Seguridad Nacional, John F. Kelly, el objetivo es «combatir a los grandes cárteles, la droga, la violencia, y salvar vidas a ambos lados de la frontera». Además de una orden ejecutiva para expropiaciones que permitan empezar a costear el muro, el presidente firmó otra serie de medidas para reforzar la seguridad interior del país y para luchar contra la inmigración ilegal, que defendió con estas palabras, en un guiño al vecino del sur: «Queremos acabar con la delincuencia en Estados Unidos y en México. A nosotros también nos interesa que México sea un país estable y próspero».
El proyecto estrella de Trump no sólo supone un giro a la estrategia en la frontera y en la lucha contra inmigración ilegal. La guerra entre dos países vecinos y socios tradicionales se recrudece por momentos. Si el anuncio de Trump de renegociar el acuerdo de libre comercio Nafta, que también incluye a Canadá pero que tiene a México como objetivo, abrió las primeras heridas, el trágala que plantea Trump con la construcción y financiación del muro va a llevar la tensión hasta el límite.
Este miércoles, cuando fue preguntado en la cadena ABC por el rechazo del presidente mexicano Peña Nieto a asumir el coste de la obra, el presidente, en un tono displicente, contestó: «Es lo que tiene que decir. ¿Qué va a decir?». En las mismas horas en que se emitían extractos de la entrevista nocturna, el ministro de Exteriores mexicano, Luis Videgaray, estaba sentado en la Casa Blanca con el director del gabinete del presidente nortamericano, Reince Priebus, preparando la visita de Enrique Peña Nieto a la Casa Blanca, prevista para el martes 31.
Los cálculos de los congresistas son que el muro tenga vía libre en abril
Poco más tarde, Trump compareció para lanzar el primer mensaje positivo hacia México desde que hace un año y medio anunciara la construcción de un muro si llegaba a la Casa Blanca.
El presidente va a intentar convencer a Peña Nieto de que el muro es un proyecto positivo para los dos países. Pero, para doblegar la resistencia mexicana, Trump va a jugar con su habitual forma de negociar desde posiciones de fuerza. Consciente de que cada vez que abre la boca, el peso pierde posiciones frente al dólar, como ocurriera ya en su victoriosa noche electoral, va a buscar la debilidad del rival hasta que hinque la rodilla.
La envergadura de la construcción del muro con México requiere un paso previo consistente en el estudio del terreno y el diseño del proyecto, para lo cual el Congreso, de mayoría republicana, deberá liberar una partida de varias decenas de millones de dólares. Los cálculos de los congresistas son que el muro tenga vía libre en el mes de abril. Preguntado por plazos concretos, Trump comprometió este miércoles su palabra de que estará en marcha «en meses».
En tiempos de Bill Clinton
Los 3.185 kilómetros de frontera entre Estados Unido y México están hoy separados por una valla en algo más de su tercera parte. La barrera física existente hoy ocupa algo más de la tercera parte, de los que 595 kilómetros están conformados por tres barreras de contención, que cuentan con iluminación, sensores de detección y patrullas permanentes de vehículos y helicópteros. Los otros 800 kilómetros separan ambos países mediante unas vallas metálicas que impiden el paso de vehículos. Fue un demócrata, el presidente Bill Clinton, quien impulsó en 1994 la construcción de la primera separación extraordinaria entre Estados Unidos y México, dentro de la llamada Operación Guardián.
No serán las de este miércoles las únicas novedades en la lucha contra la inmigración ilegal y para reforzar la seguridad del país emprendidas por Trump. El presidente cumplirá otra de sus promesas electorales con la firma este jueves de una orden ejecutiva para restringir e impedir, en su caso, el acceso de inmigrantes procedentes de países vinculados con el terrorismo. La atención de su Administración estará centrada especialmente en los países de Oriente Próximo, en especial Siria, cuyos refugiados no serán acogidos por Estados Unidos desde ahora, como aseguró Trump.
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