Ante el reconocimiento de la soberanía de Israel sobre el Golán y el 40avo aniversario de los acuerdos de paz entre Israel y Egipto, la prensa árabe y especialmente la prensa egipcia, publicó artículos que critican el manejo por parte de los árabes y palestinos en el conflicto con Israel. Los escritores argumentaron que la actitud de “todo o nada” hacia el conflicto, que ha llevado a los árabes y palestinos a rechazar todas las soluciones propuestas, ha provocado una constante erosión en las propuestas que se les presentan, mientras permite que Israel consolide su control de los territorios ocupados. Estos agregaron que el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía de Israel sobre el Golán demostró la sensatez de la decisión del fallecido presidente egipcio Anwar Sadat de hacer la paz con Israel y así recuperar el Sinaí, en oposición a la locura de los que rechazan la paz, cuya obstinación ha dejado al Golán y a Jerusalén en manos israelíes
Lo siguiente son extractos de los artículos:
En jugárselas para obtener todo, rechazamos las buenas propuestas; debemos reevaluar nuestro enfoque
Ahmad Al-Tawwab, columnista del diario del gobierno egipcio Al-Ahram, criticó a los árabes y palestinos por rechazar todas las soluciones propuestas al conflicto con Israel por la creencia equivocada de que, al incursionar en estas, finalmente obtendrán el mejor acuerdo posible. Este escribió: “Debemos reevaluar la extraña creencia que ha prevalecido durante muchos años entre muchos políticos e intelectuales árabes, especialmente los palestinos. [Me refiero a la creencia] de que el tiempo necesariamente funciona a nuestro favor; que a pesar del poder de Israel y el éxito de la empresa sionista, el curso natural de los acontecimientos llevará eventualmente al cumplimiento de todas las demandas nacionales de los palestinos y la desaparición de Israel es una conclusión perdida porque es un escollo [en la región], etc. Esta perspectiva es una de las razones por las que los palestinos han perdido repetidamente oportunidades [para resolver el conflicto], debido a que [las soluciones propuestas] no cumplieron sus aspiraciones y basadas en la creencia de que el futuro brindaría mejores oportunidades o incluso eliminaría el problema en su totalidad.
“Pero aunque se perdieron oportunidades y no se materializaron mejores alternativas y aunque cada una de las soluciones subsiguientes ofrecidas fue peor que la anterior y el contraste entre las propuestas recientes y las ofrecidas a finales de los años 1940 es suficiente [prueba de ello] – la mayoría de los [árabes] continuaron y aún continúan contando con el futuro, mientras atacan a cualquiera que piense de manera diferente y lo difaman diciéndole desde ‘idiota’ hasta ‘traidor’. Esta [actitud] silenció a todos aquellos que advirtieron, hace décadas, que la historia [indica] que solo los derechos no garantizan la justicia para aquellos que han sido oprimidos…
“Los intelectuales tienen el deber de reevaluar en profundidad todo este tema, especialmente después de los dos golpes duros que recientemente propinó [el Presidente estadounidense Donald] Trump: el traslado de la embajada de los Estados Unidos a Jerusalén y el reconocimiento de la anexión de Israel al Golán, que ha estado ocupado desde 1967. Además, podemos esperar golpes adicionales, algunos de ellos más allá de lo impensable”.[1]
El miembro de Fatah y ex ministro de la Autoridad Palestina Nabil ‘Amr, declaró de manera similar en su columna en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat. Este escribió: “Siete décadas después de que los árabes y los palestinos rechazaran el Plan de Partición [de 1947], la pregunta es si tenían razón o no. Al hacerlo existen diferentes respuestas. Los partidarios del ‘todo o nada’ todavía piensan que el haber rechazado [el plan] fue la decisión correcta. Pero aquellos que creen en los acuerdos y en el principio de ‘salvar lo que se puede salvar’ consideran que este es un error amargo que llevó a pérdidas y a no obtener ganancias. El pasado es pasado y hablar de ello no lo hará cambiar, pero puede ayudarnos a guiarnos hacia el tomar la decisión correcta en el futuro. La mejor prueba de que los opositores [del Plan de Partición] estaban equivocados es que hoy, [los palestinos] exigen menos de un cuarto [del] territorio] que rechazaron en ese momento y no existen garantías de alcanzar incluso este pequeño territorio…”[2]
La decisión de Trump sobre el Golán demuestra que Sadat tenía razón en hacer la paz
Varios columnistas en la prensa egipcia escribieron que el reconocimiento de Trump a la soberanía de Israel sobre el Golán demostró que el presidente egipcio Anwar Sadat tuvo razón al oponerse al consenso árabe y firmar los acuerdos de paz con Israel. Si no lo hubiese hecho, dijeron, Israel se hubiese aferrado al Sinaí y Trump muy probablemente hubiese reconocido su soberanía sobre ello también.
El escritor y periodista egipcio Salah Montasser escribió en su columna en el diario del gobierno Al-Ahram: “Cuando Anwar Sadat sintió, a finales de 1977, que los efectos de la guerra [de 1973] se estaban difuminando, inició el acuerdo de paz con Israel. Antes de hacer su histórica visita a Jerusalén, visitó Damasco y le ofreció [al entonces] presidente Hafez Assad que se uniera a él para hacer la paz, ya que este se había unido a él en tiempos de guerra. Pero Hafez Assad, así como el [presidente iraquí] Saddam [Hussein], [el líder de la OLP Yasser] Arafat y el [presidente libio Muammar [Gadafi] atacaron la [iniciativa] de Sadat y este tuvo que elegir entre apaciguar a los rechazadores árabes o continuar solo. Para ese momento Egipto fue acusado de excluirse del conflicto árabe-israelí y estas acusaciones aún retumban hoy día… como si los árabes estuviesen condenados a librar una guerra sin fin y no pudieran aprovechar una oportunidad [para terminarla], [una oportunidad que se presentó] antes de que Israel construyera los asentamientos en los territorios ocupados e hiciera todos los cambios que realizo [luego].
“Solo podemos imaginar lo que hubiese sucedido si Egipto no se hubiera excluido del conflicto árabe-israelí y si el Sinaí hubiera permanecido en manos de Israel. [En ese caso] Egipto hubiese estado a merced de Israel y de los Estados Unidos, que hubiese repartido partes de ello a los palestinos y tal vez Trump hubiese concedido a Israel la soberanía sobre el [Sinaí]…”[3]
El Dr. Gamal ‘Abd Al-Gawwad, investigador del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al-Ahram y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad del Cairo, escribió en Al-Ahram: “Defendiendo su inusual decisión [de reconocer la soberanía de Israel sobre el Golán, Trump] dijo que solo había ratificado la realidad existente, refiriéndose al hecho de que el Golán ha estado ocupado por Israel durante más de 50 años… Hace menos de 2 años, el presidente de los Estados Unidos confió en una realidad similar al declarar al ocupado Jerusalén, la capital de Israel. El destino del Sinaí egipcio podía haber sido similar al de Jerusalén y el Golán, si Egipto hubiera descuidado su liberación mediante una combinación de guerra y de paz: la guerra de octubre, 1973 y los acuerdos de paz Egipto-Israel cuyo aniversario estamos celebrando en estos días…
“Sadat tuvo que aprovechar la oportunidad y capitalizar los resultados de la guerra de octubre para liberar a todo el Sinaí y es por ello que inició el proceso de paz en noviembre, 1979… La ocupación de Sinaí en 1967 fue un duro golpe para Egipto y también la reconciliación con su enemigo histórico en 1979. Los egipcios estaban divididos entre el deseo de liberar la tierra [por una parte] y su solidaridad con los palestinos y [por la otra] el resto de los árabes y su renuencia a reconciliarse con los que habían ocupado tierra y derramado sangre…
“El conflicto árabe-israelí es el conflicto más complejo de nuestra era. Está cargado emocional e ideológicamente, haciendo que ambas partes consideren la paz como no menos humillante y vergonzosa que la derrota militar. Es por eso que el Medio Oriente ha permanecido durante mucho tiempo en un estado latente de “ni guerra ni paz. Bendigan al presidente Sadat, que tuvo el coraje de salvar a Egipto de la miserable suerte en que otros en la región aún se encuentran atrapados”.[4]
Nashwa Al-Hofi, columnista del diario egipcio Al-Watan, escribió: “Sadat… logró una victoria para mi país que restauró [su] honor, humilló a Israel y terminó con su arrogancia… Restauró el Sinaí, mientras que los otros territorios árabes que actualmente exigimos no han sido restaurados. Sadat recuperó el territorio gracias a su visión futura… Triunfó sobre los que no hacen nada más que sentarse en oficinas con aire acondicionado y rechazar [todas las propuestas] por ignorancia, narcisismo o por falta de visión. Luchó con calma y paciencia, insistiendo en que la bandera de Egipto volara sobre todo su territorio…
“[Hoy] celebramos el aniversario del acuerdo en el que elevamos en alto la consigna de paz con [Israel], que sabemos fue enemigo y seguirá siendo nuestro enemigo, mientras el Golán todavía se encuentre ocupado por las armas [del enemigo] y los asentamientos…”[5]
[1] Al-Ahram (Egipto), 25 de marzo, 2019.
[2] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 30 de marzo, 2019.
[3] Al-Ahram (Egipto), 1 de abril, 2019.
[4] Al-Ahram (Egipto), 28 de marzo, 2019.
[5] Al-Watan (Egipto), 24 de marzo de 2019.
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