En un artículo publicado el 29 de junio, 2019 en el diario árabe en inglés Saudi News, el editor en jefe del diario Faisal J. ‘Abbas, escribió que el boicot por parte de los palestinos al taller económico Paz a la Prosperidad liderado por los Estados Unidos en Bahréin fue un «error estratégico». Este afirmó que, a diferencia de la propaganda iraní y de Qatar, que presentó las propuestas económicas estadounidenses como «soborno» para liquidar a la causa palestina, el equipo estadounidense hizo un buen trabajo en preparar un plan detallado y serio para reactivar la economía de los palestinos. Al señalar que los palestinos debieron haber aprovechado esta oportunidad para promover su causa y obtener términos favorables en la próxima parte política del acuerdo, este aconsejó a los Estados Unidos que no se rinda y realice mayores esfuerzos para llevarlos a la mesa de negociaciones.
Lo siguiente es su artículo, publicado en el portal Arab News.[1]
Faisal J. ‘Abbas (fuente: alarabiya.net)
«Al concluir la cumbre del G20 en Osaka, no pude evitar imaginar lo maravilloso que hubiese sido si el taller Paz a la Prosperidad de la semana pasada en Bahréin hubiese tomado un camino diferente. De hecho, piense qué hubiese sucedido si ambos israelíes como palestinos no hubiesen venido solo a Manama, sino que también acordaran una agenda de negociación y Jared Kushner hubiese volado a Japón con las buenas nuevas.
«Me imagino que el comunicado final de la cumbre de Osaka hubiese incluido un respaldo y una promesa de apoyo político y financiero de las 20 mayores economías del mundo.
«Lamentablemente, no hubo acuerdo en Manama, principalmente porque los líderes palestinos boicotearon el taller. Adicionalmente, el gobierno israelí permanece en el limbo hasta las nuevas elecciones en septiembre.
«Hay que decir dos cosas sobre el taller de Bahréin. Primero, si bien existe mucha ambigüedad y escepticismo sobre el elemento político del no-anunciado plan de paz de Kushner para resolver el conflicto palestino-israelí, no existen dudas de que su equipo hizo un trabajo impresionante en el frente económico. Los detalles muestran una gran cantidad de reflexión y planificación sobre lo que se necesitaría no solo para reavivar y sostener la economía palestina, sino también para ayudar a los países vecinos a la hora de beneficiar a Jordania, el Líbano y Egipto.
«Segundo, es difícil no estar de acuerdo con la opinión de Kushner de que el boicot palestino fue un ‘error estratégico’. Si bien, nosotros como árabes, siempre hemos respetado las decisiones de los líderes palestinos y siempre lo haremos, muchos de nosotros – respetuosamente – estamos en desacuerdo con la decisión de no asistir al taller Manama.
«Lo hacemos porque la no-presentación palestina solo mejoró la imagen de Israel, dañó aún más la relación con Washington y brindó oportunidades para cuestionar las intenciones y seriedad de la parte palestina.
«En contraste, enviar incluso a un representante o vocero de bajo nivel hubiera sido suficiente para tomar el control de la narrativa. La mera participación no necesariamente hubiese significado aceptar los términos políticos aún por revelar (todo lo que se sabe hasta ahora es que, como fue informado anteriormente en esta columna, ellos no se basarán en el Plan de Paz Árabe del 2002, sino que contendrá algunos elementos del mismo.
«No lloremos por la leche derramada, pero la acción estratégica hubiese sido que la parte palestina utilice el taller (al que por defecto asistieron países simpatizantes, ONG, empresas y posibles donantes) para luchar por su causa justa y reunir apoyo para lograr términos políticos mucho más favorables.
«Por supuesto, aquellos que pretenden ser amigos de Palestina, tales como Qatar e Irán, argumentan lo contrario (Qatar emprendió una campaña mediática desagradable instándole a otros a que boicoteen el taller, luego muy hipócritamente enviaron a su Ministro de Finanzas).
«Los funcionarios palestinos pueden haber elegido boicotear Manama en esperanzas de que demolería todo el plan de Kushner, o al menos ganaría algo de tiempo hasta que, potencialmente, se elija a un nuevo presidente estadounidense el próximo año. Los verdaderos amigos de Palestina advierten sobre las consecuencias de tales tácticas, particularmente en relación con las elecciones estadounidenses, en la política estadounidense, ser pro-palestino no gana votos – ¡ser pro-israelí si!
«La administración Trump ya ha demostrado que es capaz de tomar medidas controversiales mudando su embajada en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, cortar la ayuda palestina e impedir que la OLP opere en Washington (si todo esto no hubiese sucedido, tal vez el Equipo Kushner le hubiera sido más fácil hacer que los palestinos participaran). Sin embargo, Kushner dejó muy en claro en Manama que los palestinos no serán castigados por boicotear el taller y que la puerta permanecerá abierta para que estos lleguen a la mesa de negociaciones. Por supuesto, el liderazgo palestino cree que lo que está sobre la mesa dista mucho de ser lo ideal, pero sería un gran error para ellos no reconocer que contiene la semilla de un posible acuerdo.
«Digo esto porque si dejamos pasar esta oportunidad, ¿qué garantías hay de que la próxima – si es que de hecho la hay – será mejor? En todo caso, la historia sugiere lo contrario.
«Entonces, ¿existe algo que pueda hacer la administración Trump para hacer involucrar al liderazgo palestino? Bien, tal vez alguna forma de garantía política demolería la percepción (popularizada por los medios de comunicación iraníes y de Qatar) de que el plan económico de $50 billones es un mero soborno – un precio para «liquidar la causa» del estado palestino.
«Incluso entonces, mientras el Equipo Kushner puede que se sienta feliz en mostrar buena voluntad, ¿cómo pueden estos operar si la contraparte palestina no está dispuesta a corresponder? Quizás la solución esté en beneficiarse de la época antes de las elecciones israelíes para reexaminar el liderazgo palestino y tratar de convencerlos una vez más.
«Además, dada la falta de confianza, el Equipo Kushner puede recomendársele que incluya un cuarto elemento en la ecuación – tal vez un país o una entidad a la que ni los israelíes ni los palestinos se le opondrían».

[1] Arab News (Arabia Saudita), 29 de junio, 2019.
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