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jueves, 29 de agosto de 2019

Vladimir Putin pacta con Erdogan combatir a los "terroristas" en Idlib pero sin frenar a Bashar Asad

El presidente ruso apoya la creación de una zona de seguridad turco-estadounidense en el norte de Siria, donde está el controvertido enclave de Idlib
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Erdogan, conversan junto a un avión de combate en Moscú. Maxim Shemetov REUTERS
Rusia y Turquía acordaron medidas para combatir en el noroeste de Siria y "normalizar" la situación allí después de que una ofensiva del ejército sirio rodeara a combatientes rebeldes y un puesto militar turco. El presidente ruso, Vladimir Putin, apoya la creación de una zona de seguridad turco-estadounidense en el norte de Siria, donde está el controvertido enclave de Idlib. Turquía está dispuesta a tomar "todas las medidas necesarias" para proteger de las fuerzas sirias a sus soldados desplegados en esa provincia siria: así lo anunció el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras reunirse con el presidente ruso.
"Compartimos que la creación de zonas de seguridad para Turquía en su frontera sur propiciarán unas buenas condiciones que garanticen la integridad territorial de Siria. Y apoyaríamos medidas destinadas a rebajar la tensión en esa zona", dijo Putin a la prensa. "Junto con el presidente de Turquía hemos esbozado pasos conjuntos adicionales para neutralizar los nidos de los terroristas en Idlib".
En Idlib los rusos apoyan una ofensiva del régimen sirio para retomar el control de esta zona, que es delicada para la vecina Turquía. Erdogan cree que la situación en Idlib se ha degradado tanto que en estos momentos sus soldados están en peligro: "Con la excusa de luchar contra el terrorismo las tropas gubernamentales perpetran ataques que también causan muertes entre la población local".
Turquía y EEUU acordaron la creación de una franja de seguridad bajo control militar turco, algo a lo que se oponen los kurdos y el propio régimen de Bashar Asad, que ve el plan como una "agresión" contra su soberanía. Putin se mostró comprensivo con las preocupaciones turcas sobre la situación en su frontera con Siria, pues hay "intereses legítimos de Turquía". Pero el presidente ruso no mencionó el requerimiento de Erdogan para que se detuviera el asalto del ejército sirio.
La provincia siria de Idlib lleva tiempo lastrando las relaciones entre Moscú y Ankara, pues ahí sus intereses son divergentes. En esa zona luchan contra Asad los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham, pero también grupos rebeldes apoyados por Turquía. Putin está preocupado porque siguen atacando a las fuerzas de Asad, el aliado que Moscú ha logrado apuntalar lanzando una operación militar desde 2015 bajo el pretexto de lucha contra el terrorismo. También intentan causar daños en bases rusas.
Aunque en este caso Ankara y Moscú estén en campos opuestos, ambos tienen intereses mutuos que preservar en Siria y han logrado mantener una comunicación fluida. Putin y Erdogan están comprometidos desde septiembre de 2018 con un acuerdo que prevé en Idlib una "zona desmilitarizada", que debía permitir un alto el fuego en la zona. Recientemente el presidente turco ha amagado con actuar por su cuenta si EEUU sigue dilatando el proceso de creación de una zona de seguridad entre Turquía y Siria. Tras verse con Putin, exigió a Estados Unidos "cumplir con su palabra" sobre la creación de dicha zona de seguridad, ya que la frontera es violada "continuamente" desde Siria. Ankara puede "tomar medidas en caso necesario", dijo Erdogan, aunque no llegó a detallar a qué se refería.
Tras meses de bombardeos aéreos del régimen sirio de Asad y el de Putin, las fuerzas gubernamentales iniciaron en la segunda semana de agosto un avance por tierra en esa región. El régimen sirio ya ha empezado a rediseñar las líneas de repartición. La zona es una de las últimas que no está controlada por el régimen de Damasco.
Los garantes del alto el fuego en Siria (Rusia, Irán y Turquía) celebrarán una cumbre a mediados de septiembre en Ankara. "Putin y Asad tienen ventaja frente a Turquía, quieren ir a la reunión para discutir un nuevo mapa", explicó a AFP Nijat Ali Oscan, analista del 'think tank' Tepav de Ankara. "Moscú quiere influir sobre Turquía en muchos otros temas", dice el analista Aron Lund, que cita por ejemplo "las relaciones de Turquía con la OTAN, o sobre temas comerciales".
Rusia y Turquía respaldan la soberanía, independencia e integridad territorial del país árabe y consideran inadmisible "la división del país en zonas de influencia", dijo Putin, que se preocupó de mostrar cordialidad con Erdogan, al que en 2015 Moscú llegó a acusar de cooperar con el Estado Islámico.
Las cámaras captaron a Putin invitando a helado al líder turco tras visitar ambos el salón aeroespacial MAKS. Para los rusos la cita era también una ocasión para hacer negocio, con la venta de sistemas de misiles S-400 a Ankara, una operación muy criticada por Estados Unidos y que se reanudó ayer al anunciarse la entrega inminente del segundo pedido. Erdogan confirmó que Turquía sigue entrenando a especialistas para el uso de los sistemas de misiles rusos
Ankara quiere continuar la cooperación de la industria de defensa con Rusia, incluso en aviones de combate. Putin reveló que abordó con su homólogo turco la posible compra de cazas Su-35, que deberían sustituir a los F-35 estadounidenses, y de los nuevos Su-57.

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