La maldición del “profeta” Enoc a la villa de Peto
¿Puede salir algo bueno de Peto? Los que conocen esta villa pobre del sur de Yucatán se preguntarán alguna vez por qué aquí no prosperan sino los prestamistas y los políticos manipuladores, y sólo algún que otro comerciante honesto.
“Peto está igual que hace 15 años. No mejora nunca”, dicen algunos que lo visitan después de muchos años, especialmente los profesores de Primaria que hicieron muchos años en la población.
Según el Cuaderno amarillo de la historia de Chacsinkin (chak u síijil k’iin, el rojo nacimiento del Sol) la desgracia de Peto podría originarse de una maldición.
En su cuenta personal de Facebook, Gilberto Avilez, hoy Doctor en Historia, consigna el caso de Enoc, un presunto profeta de tez blanca que recorría las poblaciones del sur de Yucatán, y habría sido maltratado en Peto.
El nombre del trotacaminos sin embargo no deriva del hebreo bíblico sino de la lengua de Kukulkán: éek’ nook’, ropa sucia, seguramente por su carácter vagabundo.
¿En qué consistió la maldición? He aquí el enigma. ¿Habrá sido sobre la prosperidad de la villa? ¿Fue maldecida para quedar rehén de sus gobernantes depredadores y de sus usureros que se enriquecen y despojan a sus humildes pignorantes?
La “maldición” habría sido lanzada sobre el “pueblo de la Luna” por el “profeta” a su paso por la villa en la época del chicle. De ahí que hoy todavía se denomine “negocio de Peto” a un negocio que ha fracasado, en que lo único que queda son pérdidas.
El librito amarillo dice que Enoc fue un señor que pasaba por muchos pueblos dando su mensaje de paz y de esperanza, y de vez en cuando lanzaba alguna profecía.
“Muchos lo tiraban a loco porque decían que es ignorante, pero otros pensaban que podía ser que Dios lo mandó para enseñarnos y para prevenir a la gente de que los tiempos que se avecinarían serían difíciles", señala Roger May Cab, dueño del Cuaderno.
Vecinos de Chacsinkín y de Xoy lo vieron dando sus consejos y vaticinios.
Natividad Tzum, chacsinkileño, dice que “le contaron que cuando se apareció Enoc en Peto fue el tiempo en que cayó muy fuerte aquí la langosta, y Enoc le decía a la gente que no debían de matar a las langostas porque todas las hojas de los árboles eran langostas”.
Como quiera que fuera, lo cierto es que no cuesta nada aceptar que Peto está maldecido, y muchos lo creeríamos si no viéremos cómo otras poblaciones llevan el mismo estigma.
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