Las ahuianime, mujeres para el placer de los destinados al sacrificio
Los ahuianime mitigaban con placer la angustia de los esclavos destinados al sacrificio, pero a la vez a estas mujeres se les despreciaba.
Durante los veinte días previos a ser sacrificados con motivo de las fiestas principales, a cada uno de los esclavos dispuestos para dicho fin, se les entregaban cuatro mujeres o ahuianime para que éstas los complacieran a fin de hacerles más liviana la angustia antes de morir.
Una vez ocurrida la inmolación, estas mujeres conocidas como ahuianime, tenían derecho a quedarse con todas las prendas del sacrificado a manera de pago.
Aunque los destinados al altar de los sacrificios no eran a los únicos a quienes daban sus servicios; los guerreros destacados también recibían los favores de ellas, en este caso específico se les pagaba con mantas y comida.
Lee: En Tenochtitlan el adulterio femenino se castigaba con pena de muerte
Un tercer sector recibía los beneficios que ofrecían: durante las fiestas agrícolas las ahuianime participaban bailando al lado de otras mujeres del pueblo, lo que significa que tenían un papel relevante en las actividades colectivas y una relativa aceptación de la sociedad.
Dentro del artículo académico Ahuianime: las seductoras del mundo nahua prehispánico, de Miriam López Hernández, la autora señala que a la vez eran despreciadas, consideradas contrarias al ideal moral de la cultura nahua.
“Según los testimonios de los informantes de Sahagún se decía que las ahuianime eran vanidosas, se ataviaban y adornaban excesivamente, se pintaban el rostro (…) preferían llevar los cabellos sueltos para más hermosura”, indica el texto de López Hernández.
Es necesario recordar que el ideal social para la mujer mexica “honesta” era que llevara el cabello partido al centro, con las mitades cruzadas en la nuca y llevadas en forma torcida o trenzada alrededor de la cabeza.
Lee: El petate, más que una cama, un artefacto con profundo simbolismo
Pero el aspecto no era el único factor por el que las ahuianime eran despreciadas. Ellas solían sahumarse con hierbas olorosas para que su cuerpo emanara fragancias excitantes; aromas que eran mal apreciados en jóvenes respetables.
Además los guiños, las sonrisas que mostraban, enseñar la lengua o mascar chicle en público eran características de estas prostitutas que desagradaban a la comunidad.
Algo que no queda claro es cuál era la procedencia de las mujeres que se convertían en ahuianime; se cree que eran chicas pobres, otras habrían sido entregadas por sus familiares como tributo, en tanto que el resto serían presas de guerra.
No obstante, los investigadores tampoco descartan que algunas más se convirtieron en ahuianime por propia voluntad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario