¿POR QUE SE LES LLAMA CHILANGOS A LOS HABITANTES DE LA CIUDAD DE MEXICO?
EPIDEMIAS EN MEXICO, CULTO GUADALUPANO, PROFECIA POCOVID Y QUE SIGUE DESPUES DE
LA PANDEMIA
POR ERUBIEL CAMACHO LOPEZ VALLEJO PERIODISTA BLOGUERO
MEXICOINFORMAISLAM.BLOGSPOT.COM erubielcamacho43@yahoo.com.mx
55 29885624
Existen varias hipótesis ningunas de ellas aceptada
oficialmente sobre cómo se nos llama a los habitantes de la ciudad de México,
ante la ausencia de un aprobado y reconocido gentilicio popular, culto o
coloquial con que se nos designe a la cerca 20 millones de personas que
habitamos la capital de la República
Mexicana también designada como Chilangolandia
por el argot cotidiano. Esta gran urbe hoy conformada y dividida en 16
Alcaldías, antes llamadas delegaciones, se convive en colonias, barrios y
pueblos originarios marcados con identidades y peculiaridades propias, unidas
por nuestro idioma español, religión y cultura propia producto de la mezcla
entre el hispano, indígena y la tercera raíz negra, desde hace más de 500 años producto de la conquista española. Aunque
también podríamos llamarnos defeños, capitalinos o mexiqueños.
Pero no es sino a consecuencia del confinamiento por la
pandemia del COVID-19 o Demonio de Wuhan
por esta región del centro de China donde supuestamente surgió por una zoonosis
(cualquier enfermedad propia de los animales que incidentalmente o en forma
fortuita puede comunicarse a las personas) en un mercado con venta de mariscos,
mascotas exóticas y gastronomía milenaria como la sopa del murciélago de las
frutas, en que me surgió una inquietud con respecto al gentilicio CHILANGO y su relación con los
murciélagos hoy de moda, los cuales eran ampliamente venerados por las culturas
prehispánicas como la maya, zapoteca,
tzotzil, mexica, etc., por lo que postulo esta vinculación: CHILANGOS-MURCIELAGOS, para religar
esta palabra de la cual subyace una discusión abierta y no acabada, pero que
nos da ya un sentido de pertenencia, identidad, orgullo, sin asegurar un origen
exacto de esta simbiosis derivada de un nahuatlatismo, aceptado e incorporado a
nuestro idioma, para aludir a este otrora despectivo discriminatorio e
insultante a los mexicanos (as) nacidos o que viven en este altiplano central,
por lo que actualmente nos
autoafirmamos sin chauvinismos
patrioteros o filopátricos, tratando siempre de superar los traumas que nos
trajo la conquista militar hispana, la cual avasallo hasta con los pocos vestigios
de un glorioso pasado del cual solo quedan reminiscencias nostálgicas con
huellas psicológicas de añoranza trasnochada.
Del termino chilango
existen referencias desde mediados del siglo XIX, pero no es sino en los años
veinte del siglo pasado en que se empieza a oír principalmente entre los emigrados
de la revolución a la capital, donde existe un sub registro de su mención entre
la gente y la jerga mexicana, así como a la palabra Chintololo con la que se
refieren y designa también a los habitantes del norte de la ciudad,
concretamente a los que somos de la Alcaldía
de Azcapotzalco y cuyo significado no está todavía esclarecido. Algunas
versiones de tradición oral hablan, de que con la palabra Chilango se designaba a
los vendedores de chiles postrados en las calles del centro en donde ofrecían
sus mercancías y productos los que no son oriundos de la capital, otros nos
hablan de que son herencia de las guerrillas liberales chinacas que combatieron a los franceses a mediados del siglo XIX y
cuya característica era de gente desarrapada o que mostraba las carnes por lo
roído de sus ropas y que apestaban hasta de lejos por siempre estas escondidos
en cuevas y en la clandestinidad.
Otras versiones nos hablan de que se nombraba Guachinangos al pueblo bajo, lepero,
mariguano, desobligado, pelado, torpe, iletrado, bajos recursos económicos y
socio culturales, que la gente común despreciaba porque no tenían un oficio ni
beneficio, la baja ralea herencia de las castas sociales que se aborrecían
entre sí que se odiaban y eran violentas porque sacaban el puñal para todo
pleito, borrachera o visita a las pulquerías. Gente de pelo revuelto,
encrespado que no usaba zapatos, vagos, ociosos, algunos de ellos violadores, sin
trabajo y que siempre andaban buscando conflictos para pasar el día o ver donde
conseguir un alimento y que nunca se bañaba o tenía el más mínimo de
higiene.
Huachinangos también
era un apodo o sobrenombre y con lo cual se mencionaba a las personas de
rojos cachetes, colorados de piel enrojecida por el frio, quienes transportaban
pescado Huachinango desde algunas lagunas o del Golfo de México y que se
parecían a los pescados rojizos que
traían por la cara con chapas como ruborizados, gente carente de moral,
asociados a los atados de chiles o delincuentes encuerdados. Bautizados también
como totonacos, nacos, guachos, najayotes, con poca educación y los cuales
Vivian al día, auxiliando a la gente en algunos oficios a cambio de poco
alimento o unas monedas del pueblo como los tlacos o pilos de donde
viene la frase; “te doy tu pilón”.
Pero mi hipótesis principal a la cual la asocio con los
murciélagos la palabra chilango, es porque la gente común les denominaba como CHINACATES
a la gente del vulgo, los desamparados de color moreno oscuro, que vivían en
donde la caía la noche principalmente en las periferias de la ciudad o donde
hubiera una fogata o una luz mortecina
para acercarse, encobijarse pobremente, espantar el hambre, ahuyentar el frio y
poco dormir, como los murciélagos chinacates, o los pollos
y gallos sin plumas, parecidos a los malolientes insectos pinacates negruzcos, endémicos de México, mismos que
arrojaban gases pestilentes para defenderse y que muertos apestaban con una
asquerosa repugnancia y asco para no olvidar y rechazarlos en donde se
encuentren estos.
Pero también el pueblo llano, los chilangos “caperuzos” del
lumpen proletariado, los macehuales, la plebe, chundos, pelados beodos o semi beodos siempre, eran arrojados o
valientes porque no tenían nada que perder, luchando como en septiembre de 1847
en la resistencia contra los yanquis, como lo que paso después de que el presidente
e hipócrita; Santa Anna abandona el país en septiembre de 1847 con todo el
gabinete, estos patriotas junto al pueblo encabezados por el sacerdote español,
héroe olvidado y fusilado; Celedonico
Domeco de Jarauta combaten en guerrillas con piedras, hondas, algunos
machetes y puñales durante tres días contra los yanquis, sucumbiendo
heroicamente.
Finalmente diremos para concluir que la palabra CHILANGO lingüísticamente hablando, es
una expresión arcaica y modificada de CHINACATE (murciélago), utilizando
solo el prefijo CHI, para luego
añadir un aglutinante L y después
unirlo con la expresión HUACHINANGO,
quedando CHILANGO acortando la
expresión y quedando para la posteridad con el sufijo ANGO de manera eufemística. Por eso el estereotipo del
chilango arrastra toda una connotación negativa y perjudicial, misma
que no ha podido ser superada por lo que arrastramos el lastre predispuesto de
lo indígena o mestizo como sinónimo de tonto, mendigo, pordiosero, menesteroso,
indigente, miserable o borracho por antonomasia. Ojalá que los grupos de la MEXICANIDAD
o NEOMEXICANIDAD acepten estas conclusiones para ampliar su espectro de
vida y convivencia social, ante el aumento de CHILANGOS sui generis del México
Poscovid, dejando a un lado los estereotipos mentales esclavizantes, para
liberarnos. “El sufrimiento humaniza, el amor diviniza y el conocimiento
libera” Quetzalcoatl.
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