Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

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sábado, 26 de septiembre de 2020

¿POR QUE SE LES LLAMA CHILANGOS A LOS HABITANTES DE LA CIUDAD DE MEXICO?

 

¿POR QUE SE LES LLAMA CHILANGOS A LOS HABITANTES DE LA CIUDAD DE MEXICO? EPIDEMIAS EN MEXICO, CULTO GUADALUPANO, PROFECIA POCOVID Y QUE SIGUE DESPUES DE LA PANDEMIA

POR ERUBIEL CAMACHO LOPEZ VALLEJO PERIODISTA BLOGUERO

MEXICOINFORMAISLAM.BLOGSPOT.COM erubielcamacho43@yahoo.com.mx

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Existen varias hipótesis ningunas de ellas aceptada oficialmente sobre cómo se nos llama a los habitantes de la ciudad de México, ante la ausencia de un aprobado y reconocido gentilicio popular, culto o coloquial con que se nos designe a la cerca 20 millones de personas que habitamos la capital de la República Mexicana también designada como Chilangolandia por el argot cotidiano. Esta gran urbe hoy conformada y dividida en 16 Alcaldías, antes llamadas delegaciones, se convive en colonias, barrios y pueblos originarios marcados con identidades y peculiaridades propias, unidas por nuestro idioma español, religión y cultura propia producto de la mezcla entre el hispano, indígena y la tercera raíz negra, desde hace más de 500 años producto de la conquista española. Aunque también podríamos llamarnos defeños, capitalinos o mexiqueños.

Pero no es sino a consecuencia del confinamiento por la pandemia del COVID-19 o Demonio de Wuhan por esta región del centro de China donde supuestamente surgió por una zoonosis (cualquier enfermedad propia de los animales que incidentalmente o en forma fortuita puede comunicarse a las personas) en un mercado con venta de mariscos, mascotas exóticas y gastronomía milenaria como la sopa del murciélago de las frutas, en que me surgió una inquietud con respecto al gentilicio CHILANGO y su relación con los murciélagos hoy de moda, los cuales eran ampliamente venerados por las culturas prehispánicas como la maya, zapoteca, tzotzil, mexica, etc., por lo que postulo esta vinculación: CHILANGOS-MURCIELAGOS, para religar esta palabra de la cual subyace una discusión abierta y no acabada, pero que nos da ya un sentido de pertenencia, identidad, orgullo, sin asegurar un origen exacto de esta simbiosis derivada de un nahuatlatismo, aceptado e incorporado a nuestro idioma, para aludir a este otrora despectivo discriminatorio e insultante a los mexicanos (as) nacidos o que viven en este altiplano central, por  lo que actualmente nos autoafirmamos  sin chauvinismos patrioteros o filopátricos, tratando siempre de superar los traumas que nos trajo la conquista militar hispana, la cual avasallo hasta con los pocos vestigios de un glorioso pasado del cual solo quedan reminiscencias nostálgicas con huellas psicológicas de añoranza trasnochada.

Del termino chilango existen referencias desde mediados del siglo XIX, pero no es sino en los años veinte del siglo pasado en que se empieza a oír principalmente entre los emigrados de la revolución a la capital, donde existe un sub registro de su mención entre la gente y la jerga mexicana, así como a la palabra Chintololo con la que se refieren y designa también a los habitantes del norte de la ciudad, concretamente a los que somos de la Alcaldía de Azcapotzalco y cuyo significado no está todavía esclarecido. Algunas versiones de tradición oral hablan, de que con la palabra Chilango se designaba a los vendedores de chiles postrados en las calles del centro en donde ofrecían sus mercancías y productos los que no son oriundos de la capital, otros nos hablan de que son herencia de las guerrillas liberales chinacas que combatieron a los franceses a mediados del siglo XIX y cuya característica era de gente desarrapada o que mostraba las carnes por lo roído de sus ropas y que apestaban hasta de lejos por siempre estas escondidos en cuevas y en la clandestinidad.

Otras versiones nos hablan de que se nombraba Guachinangos al pueblo bajo, lepero, mariguano, desobligado, pelado, torpe, iletrado, bajos recursos económicos y socio culturales, que la gente común despreciaba porque no tenían un oficio ni beneficio, la baja ralea herencia de las castas sociales que se aborrecían entre sí que se odiaban y eran violentas porque sacaban el puñal para todo pleito, borrachera o visita a las pulquerías. Gente de pelo revuelto, encrespado que no usaba zapatos, vagos, ociosos, algunos de ellos violadores, sin trabajo y que siempre andaban buscando conflictos para pasar el día o ver donde conseguir un alimento y que nunca se bañaba o tenía el más mínimo de higiene. 

Huachinangos también era un apodo o sobrenombre y con lo cual se mencionaba a las personas de rojos cachetes, colorados de piel enrojecida por el frio, quienes transportaban pescado Huachinango desde algunas lagunas o del Golfo de México y que se parecían a los pescados rojizos  que traían por la cara con chapas como ruborizados, gente carente de moral, asociados a los atados de chiles o delincuentes encuerdados. Bautizados también como totonacos, nacos, guachos, najayotes, con poca educación y los cuales Vivian al día, auxiliando a la gente en algunos oficios a cambio de poco alimento o unas monedas del pueblo como los tlacos o pilos de donde viene la frase; “te doy tu pilón”.

Pero mi hipótesis principal a la cual la asocio con los murciélagos la palabra chilango, es porque la gente común les denominaba como CHINACATES a la gente del vulgo, los desamparados de color moreno oscuro, que vivían en donde la caía la noche principalmente en las periferias de la ciudad o donde hubiera  una fogata o una luz mortecina para acercarse, encobijarse pobremente, espantar el hambre, ahuyentar el frio y poco dormir, como los murciélagos chinacates, o los pollos y gallos sin plumas, parecidos a los malolientes insectos pinacates negruzcos, endémicos de México, mismos que arrojaban gases pestilentes para defenderse y que muertos apestaban con una asquerosa repugnancia y asco para no olvidar y rechazarlos en donde se encuentren estos.

Pero también el pueblo llano, los chilangos “caperuzos” del lumpen proletariado, los macehuales, la plebe, chundos, pelados  beodos o semi beodos siempre, eran arrojados o valientes porque no tenían nada que perder, luchando como en septiembre de 1847 en la resistencia contra los yanquis, como lo que paso después de que el presidente e hipócrita; Santa Anna abandona el país en septiembre de 1847 con todo el gabinete, estos patriotas junto al pueblo encabezados por el sacerdote español, héroe olvidado y fusilado; Celedonico Domeco de Jarauta combaten en guerrillas con piedras, hondas, algunos machetes y puñales durante tres días contra los yanquis, sucumbiendo heroicamente.

Finalmente diremos para concluir que la palabra CHILANGO lingüísticamente hablando, es una expresión arcaica y modificada de CHINACATE (murciélago), utilizando solo el prefijo CHI, para luego añadir un aglutinante L y después unirlo con la expresión HUACHINANGO, quedando CHILANGO acortando la expresión y quedando para la posteridad con el sufijo ANGO de manera eufemística. Por eso el estereotipo del chilango arrastra toda una connotación negativa y perjudicial, misma que no ha podido ser superada por lo que arrastramos el lastre predispuesto de lo indígena o mestizo como sinónimo de tonto, mendigo, pordiosero, menesteroso, indigente, miserable o borracho por antonomasia. Ojalá que los grupos de la MEXICANIDAD o NEOMEXICANIDAD acepten estas conclusiones para ampliar su espectro de vida y convivencia social, ante el aumento de CHILANGOS sui generis del México Poscovid, dejando a un lado los estereotipos mentales esclavizantes, para liberarnos. “El sufrimiento humaniza, el amor diviniza y el conocimiento libera” Quetzalcoatl.

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