Epidemiólogos piden adelantar el toque de queda y cerrar interiores para frenar los contagios entre jóvenes
La cuarta ola se mantiene en ascenso en más de una decena de comunidades y repuntan los contagios en personas de entre 15 y 25 años
El epidemiólogo Daniel López Acuña sostiene que el toque de queda debería adelantarse a las ocho de la tarde para frenar las interacciones nocturnas
Joan Carles March, doctor especialista en Salud Pública, considera que la clave pasa por cerrar el interior de los bares y controlar los botellones
Se cumplen diez días del fin de la Semana Santa y sus efectos ya son evidentes en la mayoría de regiones de España. La cuarta ola se mantiene en ascenso en más de una decena de comunidades autónomas y la incidencia acumulada alcanza niveles muy preocupantes en Navarra, País Vasco, Madrid y en las ciudades de Ceuta y Melilla. Estos cinco territorios se encuentran desde hace días en ‘riesgo extremo’ de transmisión al superar los 250 casos por cada 100.000 habitantes. El número de contagios no para de crecer.
Una de las particularidades de esta cuarta ola se encuentra en el perfil de los infectados. Hay un cambio de patrón. El coronavirus afecta ahora a gente más joven. “Estamos viendo un incremento muy pronunciado de contagios en personas de entre 15 y 25 años, lo que nos dice que está habiendo demasiadas interacciones desprotegidas que, después, se extienden a otras franjas de edad”, sostiene el epidemiólogo Daniel López Acuña.
Para luchar contra esta escalada de contagios, dice este especialista, la solución pasa por intensificar las medidas restrictivas. “Ahora no podemos aflojarlas. Habría que hacer no solo una campaña de comunicación más eficaz dirigida a este grupo, sino también establecer más restricciones. Hay que estudiar muy bien cómo se están produciendo estos contagios, pero todo parece indicar que tienen mucho que ver con interacciones sociales que se producen, especialmente, en horas nocturnas”, sostiene.
Adelanto del toque de queda a las 20.00 horas
Para López Acuña, la reducción de los contagios pasaría por apostar por medidas que redujesen los encuentros cuando cae la noche. “Si seguimos con este incremento, yo soy partidario de que se amplíe el horario del toque de queda. Es algo que ya se ha hecho en otros países. Se pueden discutir los horarios pero, ante una situación de repuntes, creo que establecerlo a las ocho de la tarde sería algo razonable. Desde luego, relajarlo a las once o a las doce de la noche no creo que tenga mucho sentido cuando estamos teniendo más contagios”, explica. Es la opción por la que optó Castilla y León durante un tiempo y que fue tumbada por el Tribunal Supremo por vulnerar el decreto del estado de alarma.
Actualmente seis comunidades autónomas tienen el toque de queda fijado en las diez de la noche. Se trata de Castilla y León, Extremadura, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares. Madrid, Andalucía, Murcia, Aragón, La Rioja, Navarra, Cantabria, Asturias y Galicia –esta última a partir de este viernes 15- la han establecido a las once. Castilla-La Mancha es la más permisiva. Su toque de queda se fija a partir de las doce de la noche. En todas las regiones la limitación de la movilidad nocturna se extiende hasta las 06.00 de la mañana.
El cierre del interior de los bares
Pero hay otro aspecto que, para los epidemiólogos, es de suma importancia: hay que establecer un mayor control sobre los espacios cerrados. “En un momento en el que el tiempo mejora y en el que empieza a estar más gente vacunada, pienso que será difícil adoptar restricciones como la de adelantar el toque de queda. Los cierres perimetrales y el toque de queda podrían reducir un 50% los contagios, pero el resto depende de lo que hagas dentro de los perímetros. Desde mi punto de vista, hay que tener una actitud más restrictiva en el interior de bares y en los aforos de gimnasios y centros comerciales”, apunta Joan Carles March, doctor especialista en Salud Pública.
Esta, la de poner el foco sobre los espacios interiores, es la estrategia que ya han iniciado comunidades autónomas como Cantabria, País Vasco o Castilla y León. En estos territorios, el plan para reducir los contagios pasa por clausurar el interior de los bares junto con la reducción de aforos en espacios cerrados. “La gran prioridad es bajar la incidencia y en espacios interiores, sean bares, gimnasios u otros lugares donde pueda haber convivencia de personas, es donde más trasmisión se va a producir”, coincide Acuña. “Lo ideal sería cerrar el interior de los bares, tal y como recomendó el Consejo Interterritorial, en aquellas comunidades autónomas que superasen los 150 casos por cada 100.000 habitantes”, insiste March.
Este especialista en Salud Pública también pone el punto de mira en el fenómeno del botellón. Porque la pandemia no lo ha erradicado, como demuestran los partes policiales cada fin de semana. Este tipo de reuniones son muy peligrosas porque, en ellas, el uso de las medidas de protección, como la mascarilla, suelen relajarse. “Creo que es necesario controlar botellones y reuniones de jóvenes en horas no habituales. Es fundamental que no haya una relajación y las normas que están vigentes se cumplan”, recalca March.
El epidemiólogo gallego Juan Gestal ve, al igual que March, difícil que se aplique un adelanto del toque de queda. En su opinión, la clave está en limitar al máximo los desplazamientos en las zonas con alta incidencia. "El toque de queda ha sido una medida efectiva, que se está respetando. Pero no creo que las autoridades estén por la labor de adelantarlo antes de las diez de la noche. En mi opinión habría que aplicar medidas que limitasen los contactos interpersonales, habría que limitar al máximo la movilidad", sostiene.
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