La geopolítica, a lo largo de más de un siglo de existencia, ha establecido su propia estructura metodológica, como también, su proceso de teorización que facilita una mejor comprensión de los temas inherentes a la seguridad nacional e internacional, aunado al devenir de los intereses nacionales y la proyección del Estado para establecer su destino y desarrollo.  En ese sentido, la geopolítica cumple sistemáticamente, con otorgar a quienes estudiamos, analizamos e investigamos, los parámetros que ofrezcan las mejores opciones para dar las debidas explicaciones de lo que acontece en el escenario internacional, en el tablero mundial.  De febrero de este año a la fecha, la guerra de Vladimir Putin sobre Ucrania ha cubierto una gran cantidad de comentarios, reflexiones, análisis y propuestas de lo que la  conflagración ha impactado a una diversidad de naciones como a la economía y la seguridad mundial.  

En ese sentido, una diversidad de naciones, sobre todo europeas, de Asia e incluyendo a los Estados Unidos y a Canadá, han tenido que asumir cambios en su percepción de lo que deberá de ser las próximas décadas del presente siglo.  Tanto la pandemia como la guerra de Putin, las constantes agresiones de la República Popular de China (RPCh) sobre Taiwán, los chantajes armamentistas de mayor peligrosidad de Corea del Norte contra Japón y Corea del Sur, la amenaza que simboliza el cambio climático y el populismo, todo en conjunto, mantienen una tensa situación de cuál será el devenir de la sociedad global y una de la grandes preocupaciones, son los abastecimientos de hidrocarburos. 

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En los últimos años, los movimientos estratégicos del tablero mundial, hacen mostrar la condición que sostienen los países del Golfo Pérsico, de ser garantes del control de los recursos energéticos, necesarios para el sostenimiento del desarrollo económico y comercial, de una amplia lista de naciones.  Ejemplo de ello, se encuentra en el acuerdo de febrero de 2019 que subscribió Arabia Saudita con la RPCh, vía la empresa saudí ARAMCO, para construir una refinería y un complejo petroquímico, al  noreste de esa nación, con una inversión de 10.000 millones de dólares; aprovechando las desavenencias que el  príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán, mantenía con Washington DC, por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

Pero de igual manera, no se debe soslayar los vínculos de Irán con la RPCh en materia energética, es de citar, que en el año  de 2012, el gobierno de Teherán aceptó el pago en yuanes, por el crudo enviado a las refinerías chinas y para 2020 y 2021 se volvió a reafirmar la entrega de hidrocarburos, aunado a importantes acuerdos en materia de energía (presumiblemente nuclear), seguridad además de infraestructura y comunicaciones (incluyendo el ciberespacio). 

Ante los sucesos que se han ido presentando en los últimos meses y semanas, se debe destacar las opciones que se presentaron al interior de la Unión Europea para paliar los efectos de las sanciones que se le impusieron a Rusia, casi de inmediato tras su invasión sobre la soberanía ucraniana.  Luego entonces, la región del Golfo Pérsico, ha vuelto a reafirmar su preponderancia y en este caso Catar.  Este Emirato de casi 12.000 km2 (independiente de Gran Bretaña desde 1971), se encuentra ubicado en la península arábiga, dentro de otra península en la costa del Golfo Pérsico, cuya capital es Doha y su población es cercana a los 2,3 millones de habitantes, teniendo como vecinos a Arabia Saudita y a Bahréin.  

Si bien es un país con una mínima extensión territorial, es uno de los principales exportadores de gas natural licuado (LNG), considerando que el 75% de sus exportaciones son para los mercados de Japón, Corea del Sur e India (previas horas de la inauguración del Mundial de fútbol, se firmó un acuerdo de exportación con la RPCh).  Esta capacidad de exportación es gracias a que es el tercer lugar en reservas probadas de gas natural, es decir, 12.4% del total global, que son aproximadamente 25 billones de metros cúbicos.  Estos datos se traducen, para el Grupo Internacional de Importadores de Gas Natural Licuado (con sede en París, Francia), en 77,8 millones de toneladas, o sea, 21, 9% del total importado a nivel mundial tan solo en 2019. 

Con la contundencia de estos datos, el gobierno alemán propuso intensificar la compra del gas natural licuado a Catar, pues en 2021, esta nación del Golfo Pérsico, representó el 24% de las importaciones totales de GNL de Europa, casi al 26% que importa de EEUU y el 20% que provenía de la Federación Rusa.  El dinamismo exportador de GNL de Catar comenzó en 2017, tras retirar la moratoria que se había autoimpuesto en 2005, al expandir su principal campo, el denominado: Norte, en donde se ampliará su capacidad de exportación hasta 126 millones de toneladas anuales para 2027. El nuevo campo concluirá su construcción a finales de 2025, con el fin de alcanzar la meta alcanzada.  Ahora bien, no se debe de soslayar el proyecto Golden Pass LNG en Texas con la empresa ExxonMobil, primera inversión de Qatar Petroleum en el extranjero, de más de 10.000 millones de dólares. 

Pero si por el valor de sus reservas en GNL es importante Catar, también lo es para la seguridad internacional desde la parte defensiva, pues la cooperación militar entre EEUU y Catar se empezó a desarrollar a causa de la Guerra del Golfo (1990-1991), para expulsar a las fuerzas iraquíes de Sadam Hussein de Kuwait y desde el año 2000, los EEUU, utilizan la Base de al-Udeid de la Fuerza Aérea catarí, ubicada al suroeste de Doha, que en 2021 fue utilizada para albergar a miles de evacuados afganos tras el retiro estadounidense de Kabul (alberga un puesto del Comando Central de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y de la 379° Ala Aérea Expedicionaria).

Gracias al acuerdo de cooperación militar firmado en 1992 y que se ha extendido hasta la fecha; la base de al-Udeid, ha tenido inversiones por más de mil millones de dólares, aunado a la compra de equipamiento que incluye baterías de misiles antiaéreos tipo Patriot, helicópteros de ataque, cazas F-15 y también, misiles Javelin para acciones antitanque.  Además, se debe considerar que esta importante base aérea, es una de las más larga de su tipo en la región del Golfo Pérsico, permitiéndole la capacidad para albergar una gran cantidad de bombarderos B-52, aunado a que ahí están desplegados unos 11.000 soldados estadounidense, tanto de la Fuerza Aérea, la Marina y el Ejército, como también, 100 aviones de combate, transporte, inteligencia y reabastecimiento.  De igual manera, alberga el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (tuvo un costo de 60 millones de dólares en 2003), que controla los despliegues militares de los EEUU en Afganistán, Iraq, Siria y otros 18 países, además de ser apoyo para las acciones de otras naciones como Gran Bretaña.

El tablero se mueve, lo hace al ritmo de un balón pero también, a razón de las necesidades estratégicas que tienen las potencias globales y lo saben perfectamente cada una de las naciones productoras de petróleo y de gas natural, pues los movimientos de la transición energética están pasando por la región de Medio Oriente, pero ante todo, de lo que hagan naciones como Arabia Saudita, Irán, Kuwait o Catar.  El tablero nos deja ver otro movimiento, donde lealtades y posicionamientos son esenciales, para mantener la seguridad internacional. 

Mientras tanto en Palacio Nacional, la política exterior pasa por uno de sus momentos mas aciagos, utilizando diversos pretextos, la reunión de un importante organismo como lo es la Alianza del Pacífico fue cancelada sin considerar agendas y preparativos que se llevaron a cabo para su realización, si esto es malo, las propias diferencias por el fracaso de impulsar la candidatura de México por el Banco Interamericano de Desarrollo, provocaron serios diferendos con el gobierno de la Argentina, con el que se presumía una amistad profunda y sincera. Y por si fuera poco, el canciller se encontraba de vacaciones en Catar.  Mientras esto pasa, la veleidad, vanidad y desdén, son símbolos del fracaso de la política exterior de la 4T.