'Los árboles para mí son la vida'
En una entrevista radial me preguntaron por qué a los colonos judíos no les importaba destruir la tierra y los árboles que en última instancia reclaman como suyos y de los que se quieren apropiar. La pregunta habría que hacérsela a ellos. Lo que sí se es que la gran mayoría del medio millón de colonos judíos asentados ilegalmente en territorio palestino vinieron de muchos países diferentes, algunos muy lejanos; muy pocos nacieron incluso dentro del territorio de Israel. Sin embargo, sin importar su lugar de nacimiento, el gobierno israelí les otorga plenos derechos de ciudadanía y residencia, los mismos que les niega a los 4 millones de población palestina en su propia tierra ocupada.
2011-08-14 19:26:23 / Fuente: María M. Delgado, Palestina en el Corazón
iniendo de América Latina, a menudo encontré muchas similitudes entre la relación del pueblo palestino con la tierra y la que tienen los pueblos indígenas de nuestro continente. Para unos y otros, la tierra es más que una fuente de sustento: es la vida misma, la madre, la identidad, lo más sagrado; y por eso no se abandona, y se defiende. Quizás esa sea una de las pruebas más contundentes de que ellos son, efectivamente, los habitantes originarios de esa tierra.
Lo que sigue es la traducción del testimonio recogido por el actual equipo del EAPPI-Yanoun en la aldea de Burin (distrito de Nablus), publicado en el sitio web del EAPPI el 8/8/11.
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Yusef Ali Kados tiene 77 años. Su familia ha vivido en Burin por generaciones. Él trabajó como maestro de escuela durante 30 años, y con su esposa crió diez hijos e hijas. Los colonos israelíes han prendido fuego a sus árboles de olivo en tres ocasiones en esta década, desde que los ataques comenzaron.
A Yusef ahora le quedan sólo los 45-50 árboles plantados en el frente de su casa. Los otros, plantados al este de la carretera privada de la colonia judía Yitzhar, estaban entre los árboles incendiados por los colonos dos semanas atrás. Yusef perdió 350 árboles de olivo y 50 de almendras, los últimos que le quedaban en su tierra.
“Durante diez años los colonos han estado quemando nuestros árboles. También hemos sido atacados cuando tratamos de cosechar las aceitunas. Cuando los problemas empezaron hace diez años, fuimos a cosechar la aceituna y la seguridad privada de los colonos nos dijo que no volviéramos más. Cuando quemaron los olivos esta última vez, mandé a mi hijo a ver, porque yo estoy demasiado viejo. Me quedé rezando en la mezquita, y él me dijo después que los habíamos perdido todos.
“El ejército apoya y protege a los colonos. Nosotros queremos que los arreste; los soldados ven a los colonos y saben lo que están haciendo. Si uno de nosotros golpea a un colono, nos van a arrestar; si un colono golpea a un palestino, no pasa nada. Para protegerte, tienes que quedarte callado. Yo no presenté ninguna denuncia formal. El concejo de la aldea tomó los nombres de todos los que perdieron árboles e informó al ministerio de agricultura en Nablus, con la esperanza de que sean compensados.
“Estos árboles aportaban un ingreso extra a la familia. Podíamos producir 40-50 bidones (18 litros cada uno) de aceite, de los cuales vendíamos algunos. Cada año podemos producir menos aceite, porque los colonos nos destruyen más y más árboles. Estos olivos tardaron 60 años en crecer; si plantamos nuevos, tardarán de 10 a 15 años en madurar para poder tener una cosecha. Pero no podemos plantar árboles nuevos porque nuestra tierra está demasiado cerca del camino privado de la colonia.
“Para mí los árboles son la vida. Tengo 77 años; los planté yo mismo en 1952. Al salir de la escuela iba derecho a verlos antes de ir para casa. Verlos destruidos me rompe el corazón. La tierra es la vida del campesino. Mi sangre hierve de rabia cuando veo mi tierra quemándose y no puedo hacer nada.”
Nota de M.D.:
Los colonos judíos de Yitzhar están entre los más violentos y fanáticos de Cisjordania, y son responsables de buena parte de los ataques registrados contra las aldeas y pueblos palestinos del distrito de Nablus, atrapados entre las dos grandes colonias Yitzhar y Bracha. Según la oficina humanitaria de Naciones Unidas en Palestina (UNOCHA), en 2010 Nablus fue el distrito con más incidentes de violencia provocados por los colonos (más incluso que el distrito de Hebrón).
B’Tselem, la organización israelí de derechos humanos, difundió un video donde Mu’az Sufan, un residente de Burin -y amigo del EAPPI- registró con su cámara a los colonos incendiando tierra y árboles de familias palestinas el 30/6/11. En esa ocasión los actos de vandalismo de los colonos de Yitzhar destruyeron docenas de dunams de tierra y unos 400 árboles de olivo de habitantes palestinos de Burin y Huwwara.
En este video, filmado por otro colaborador de B’Tselem, se observa cómo los colonos de Yitzhar destruyen olivos en la aldea vecina de Asira al-Qibliya a la vista de los soldados, sin que éstos intervengan para impedirlo.
B’Tselem emitió un comunicado el 3 de agosto criticando la medida del gobierno israelí de emitir “órdenes administrativas de restricción” por 3 a 12 meses contra 12 colonos de Yitzhar por dañar propiedad de comunidades palestinas. El comunicado afirma:
“La medida es una forma inaceptable de tratar a quienes violan la ley en Cisjordania. Se debe tomar medidas firmes contra los colonos que agreden a los palestinos y dañan sus propiedades, pero debe hacerse a través del sistema jurídico penal, no emitiendo órdenes administrativas basadas en material clasificado.
Durante años, el Estado se ha abstenido de obligar a los colonos a cumplir la ley, permitiendo agresiones permanentes a los palestinos y sus propiedades por parte de colonos de Yitzhar, Gilad Farm, Susiya, Mizpe Ya’ir, Ma’on Farm, Adey Ad, Mizpe Avihai y otras colonias. Esta política opera en todos los niveles, ya se trate de los soldados, la policía o el sistema jurídico.
Sólo en las últimas semanas, B’Tselem ha documentado varios casos en los que colonos de Yitzhar atacaron a palestinos y dañaron su propiedad a la luz del día y a plena vista de las fuerzas de seguridad, que no hicieron nada para frentar los ataques o arrestar a los responsables.”
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